sábado, 11 de febrero de 2012

LA CUEVA DEL ÁNGEL (LUCENA , CORDOBA): UN HÁBITAT DE CAZADORES ACHELENSES EN EL SUR DE LA PENÍNSULA IBÉRICA.

La revista Quaternary International (Vol 243) ha publicado un artículo con los resultados de las excavaciones llevadas a cabo, en la cueva del Ángel (Lucena, Córdoba). El estudio está encabezado por Cecilio Barroso  Ruíz junto a varios especialistas  (32).
La cueva fue descubierta en 1995, pero es a partir del año  2005 cuando  se ha seguido un proceso de excavación de forma sistemática. La cueva está situada en un complejo  kárstico, con una secuencia sedimentaria al aire libre, su edad cronológica la sitúan los autores en  230Th/234U.
Los investigadores han determinado del estudio de las piezas líticas que conforman las diferentes unidades estratigráficas que corresponden a un episodio del Pleistoceno Medio y principio de un Pleistoceno Superior (MIS 11eMIS 5), se corresponde con una industria Achelense, con la técnica de levallois, aún no desarrollada, alejándose así, de las contemporáneas culturas musterienses que se desarrollan en la Península Ibérica y Europa Occidental.
Las especies animales que se han determinado en el estudio corresponden a los siguientes taxones:

Orden Carnivora
Familia UrsidaeUrsus arctos ; Ursus spelaeus
Familia Canidae : Canis lupus
Familia Felidae:  Felis silvestris ; Lynx pardinus


Orden Perissodactyla
Familia équido:  Equus ferus
Familia Rhinocerotidae:  Stephanorhinus hemitoechus

Orden Artiodactyla
Familia bóvidosBos primigenius ; Bison Prisco; Capra sp
Familia cérvidos : Cervus elaphus; Dama dama
Familia suidos : Sus scrofa

Orden Proboscidea
Familia Elephantidae:  Elephas palaeoloxodon antiquus

El grupo taxonómico mejor representado es el de los grandes herbívoros, los carnívoros tienen una presencia menor en el yacimiento. La especie mejor representada  es el caballo, seguida de los bóvidos, en menor proporción el jabalí, el rinoceronte, el oso y la hiena. La presencia de elefantes y  el lobo es escasa y la cabra casi inexistente.
Del estudio tafonómico y arqueozoológico, se desprende que el  material  óseo estaba formado por astillas de hueso y fragmentos de diáfisis. El tamaño de las esquirlas de hueso es bastante pequeño, entre 2  y  10 cm.
Hay una buena proporción de huesos fracturados, para la extracción de la médula ósea, con presencia de marcas de carnicería y estrías. También hay evidencias de huesos quemados.
Según los autores, los restos óseos fueron fracturados, así se determina, que los huesos largos se fracturaron desde el centro de las diáfisis hacia las epífisis, con diversos golpes, hasta que se redujeron en pequeñas astillas. Este proceso se aplica a numerosos huesos cortos y las falanges fueron seccionas longitudinalmente.  En las costillas hay evidencias de fracturas por flexión.
El registro del material óseo con evidencias de fuego, presenta diferentes grados de combustión.
Del estudio se desprende que los animales fueron llevados enteros  o en grandes trozos a la cueva y consumidos después de haber sido cazados, en el entorno cercano a la cueva. La presencia de numerosos fragmentos de restos craneales y postcraneales (principalmente conformados por maxilares, mandíbulas, cráneos, restos de cuernos y restos postcraneales como vértebras, tarsos, falanges fracturadas y huesos largos como fémur y tibia), hacen confirmar la hipótesis de una continua ocupación humana de la cueva. Estos humanos, que ocuparon la cueva, eran cazadores especializados en la caza de grandes herbívoros y cazaban ocasionalmente animales de pequeño tamaño. 
La presencia de los carnívoros hace suponer que fueron consumidos como los herbívoros, debido a la poca presencia de estos en el sitio indicaría que utilizaron la cueva como refugio. Los autores también determinan que el alto porcentaje de fragmentos de huesos encontrados en el depósito es debido a la acción del hombre para obtener la médula ósea, alimento rico en grasa y con un alto contenido nutricional. Los huesos fueron totalmente fracturados no encontrándose huesos largos completos, incluso huesos de pequeño tamaño, como falanges y mandíbulas, que contienen poco contenido calórico, han sido fracturados.
También se han encontrado a lo largo de toda las secuencias huesos carbonizados dándole una interpretación de ser material  combustible. Las especies más representativas han sido los cérvidos y suidos, por lo que los autores, reflejan que se trata de un bosque mixto con un clima más húmedo que el actual.