martes, 20 de mayo de 2014

YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE GADIR



Desde el mes de marzo se puede visitar el yacimiento arqueológico donde se asentaba la antigua ciudad fenicia de Gadir, emplazado en el subsuelo del actual Teatro de Títeres, La Tía Norica; donde juega un papel primordial, el binomio, restos arqueológicos y la utilización de nuevas tecnologías.
Un audiovisual, da la bienvenida para situarte en el lugar de los hechos, mediante una explicación técnica-cinematográfica te expone el desarrollo histórico de la fundación de Gadir y su posterior ocupación romana de Gades.
La historia del yacimiento se remonta al año 2002 cuando el arqueólogo José María Gener presenta un proyecto de excavación con el objetivo de documentar la secuencia estratigráfica de los niveles de ocupación fenicia. 
Después de los sondeos y excavaciones comenzaron a vislumbrarse, lo que serían, las estructuras arquitectónicas de un entramado urbano de la ciudad; que comenzaría con una fase de ocupación fenicia-arcaica, luego vendría la púnica, la republicana romana  y la imperial. Ante el valor de los hallazgos, en el año 2008,  la Junta de Andalucía y  el Ayuntamiento de la ciudad decidieron profundizar y conservar las estructuras para una puesta en valor del yacimiento.
El grupo de arqueólogos que, configuraron ésta nueva etapa, estaba formado por J.M Gener, J.M. Pajuelo y M.A. Navarro que llevaron a cabo la excavación arqueológica, en extensión, de unos 600m2. Donde se han documentado un total de 10 periodos históricos; que se inician con la etapa arcaica fenicia que abarca desde finales del s. IX a. C y subsiste hasta unos periodos romanos del s. I-II d.C.
Una vez visualizado el audiovisual, se da paso a la visita del yacimiento y se comienza el recorrido por medio de una pasarela de cristal dónde vas observando los diferentes espacios que configuran la ciudad; los muros de pilares de edificio fenicio levantados con arcilla y las amplias calzadas con el pavimento de arcilla apisonada, donde han aparecido fragmentos de cerámicas a torno fenicia y fragmentos de cerámica indígena, confeccionada a mano, con decoración incisa rellena de almagra. 
En una de estas calles, en concreto en la principal, se han registrado numerosas huellas de bóvidos (Bos taurus), así como, restos óseos del mismo que se conservan sobre el pavimento; también se han recuperado restos de oveja, cabra y cerdo; pertenecientes al s. VIII a.C. 
A finales de este siglo se produce el abandono de las viviendas, posiblemente debido a una catástrofe, se encuentran vestigios de un individuo completo de gato (Felis silvestris) aplastado, en el yacimiento se puede observar parte de su esqueleto; y también restos antropológicos.
Las piletas de salazón romana, un total de ocho piletas, de las cuales se han excavado cinco totalmente, en una de ellas se ha conservado un registro de lapas de mar.
Las viviendas conservan las habitaciones y la cocina donde se encuentran los hornos, los fuegos y diferente utillaje de cerámica para la elaboración de alimentos y fragmentos de molinos barquiformes  y molederas; así como, bancos corridos para la colocación de útiles de la casa. 
En el fondo tenemos un horno fenicio tipo tannür, muy bien conservado, fabricado en arcilla, con forma cupuliforme y dos aberturas, se utilizaba para la elaboración de pan ácimo.
En una de estas viviendas se conserva un taller de alfarería, con grandes recipientes rellenos de tinte y utensilios de hueso y marfil para la decoración de la cerámica.
Una cisterna romana para el almacenaje de agua que sería utilizada en la industria de salazón, ésta se alimentaba por medio de tuberías de plomo que recogía el agua de las cubiertas y que hoy día se conserva en perfecto estado; dentro de esta cisterna se ha colocado una cámara para poder visionar a través de una pantalla su interior: bóveda, columnas, restos óseos de animales, restos de ánforas.
Están documentadas una serie de estancias romanas de la época republicana y una zona industrial de la fase imperial. Esta zona industrial está relacionada con la transformación de productos pesqueros que llevarían a cabo sus actividades hasta finales del s. II d. C; durante esta fase productiva se han documentado dos tipos de industria una factoría de salazones y una tintorería para el teñido de ropas, así como, la presencia de un crisol de fundición en una de las habitaciones del patio central, donde se llevaría a cabo la fabricación de anzuelos y clavos para la actividad pesquera.
También se han registrado una necrópolis tardorromana, que corresponde con los restos de una necrópolis infantil de los s. IV y V d. C, aprovechando los elementos constructivos de la factoría de salazones del s. I-II d. C, que se hallan debajo.
Mientras se realiza la visita por el yacimiento, en uno de los laterales del mismo, se va proyectando un audiovisual, de la reconstrucción del paisaje, del entorno de Cádiz en el momento en que fue habitado por los fenicios, sus calles, comercios, bahía, tipos de  embarcaciones, etc, mostrándonos los modos de vida y la época de esplendor que vivió la ciudad desde el s. VII a. C hasta adentrarnos al s. I d. C, con los romanos y los cambios geológicos que ha sufrido el entorno.
El conjunto urbanístico de la ciudad, junto a la cantidad de material arqueológico recuperado, determinara una vez finalizado su estudio, los modos de vida y de trabajo de las diferentes culturas y civilizaciones que han pasado por la antigua ciudad de Cádiz.
Todo el yacimiento dispone de una excelente información didáctica, para todos los públicos, y de una innovación tecnológica, que va acompañada de una serie de recursos audiovisuales para ser visionado de una manera agrupada, así como, carteles explicativos y dispositivos móviles para un enfoque particular de los elementos hallados en el yacimiento y contextualizados en el medio cotidiano para tener, así, una correcta explicación y comprensión de toda la información que genera los restos arqueológicos, es decir, puedes ir visionando e interaccionando todo tipo de información.
En este yacimiento estamos ante un excelente trabajo de conservación de nuestro Patrimonio Histórico-Arqueológico, donde las administraciones han sabido apostar por su recuperación, desde una perspectiva cultural y turística; pero se han olvidado de darle el protagonismo que un yacimiento de este tipo de  se merece;  siempre será el Teatro de Títeres, La Tía Norica una valiosa colección de títeres de cuerda y otro bien distinto es el yacimiento de Gadir, hablamos de la ciudad más antigua de occidente; dos centros importantes que deberían estar ubicados en lugares diferentes.













martes, 6 de mayo de 2014

MACHU PICCHU (Perú): La tierra del sol


En lo más alto del cañón del río Urubamba, recibiendo al sol, totalmente erguida, majestuosa, solemne y vistosa se encuentra la misteriosa ciudad de Machu Picchu, a 2.700m de altura, el yacimiento arqueológico más grande de América.
El profesor de la Universidad de Yale, Hiram Bingham, emprendió su viaje (1911) por Perú, en busca de lo que en la época se creía que era la última fortaleza de la civilización Inca, Vilcabamba, y lo que descubrió, entre la maleza de la selva, fue los restos de una civilización con una minuciosa organización social.
Una vez descubierto el hallazgo, Binghan regresó, un año después, con un proyecto de limpieza y excavación del yacimiento, hasta 1915, posteriormente las excavaciones fueron llevadas a cabo por diferentes arqueólogos.
Existen varias teorías sobre la antigüedad y pertenencia de la ciudad, para algunos se trata de una ciudad pre-incaica, para otros, se trata de un centro cultural de la civilización Inca, con una antigüedad del s. XV.
El yacimiento se encuentra seccionado en dos sectores principalmente, el urbano y el agrícola, separados entre sí, por un gran foso, que tendría la función de recogida de aguas pluviales, debido a la altura del lugar, y también arbitraban de un sistema agrícola muy desarrollado.
El sector urbano dispone de su Plaza Central, Plaza Sagrada, Reloj Solar, así como, su barrio alto y bajo, su zona industrial y residencial. 
Otros elementos arquitectónicos de que disponían eran de altares sagrados, fuentes, templos que rendían culto al Sol, a la Luna, a las estrellas.
Machu Picchu es una fortaleza  amurallada, cuyos muros te sobrecogen por su espesor de un metro, su perfección en la construcción, por su distribución sobre el terreno, por sus obras de ingeniería, por su arquitectura, por sus nichos, sus pasadizos, por sus gigantescas piedras de molino, su talla en la roca granítica, por sus altares, torres, por su sistema de cultivo en terrazas y escalinatas empinadas… todo, en su conjunto, hace que Machu Picchu sea un yacimiento único y a la vez misterioso, donde convergen la modernidad del lugar con la antigüedad, la controversia con la realidad.
También, estas ruinas tienen su lado oscuro, como muchos de los grandes yacimientos, que se excavaron en épocas anteriores, y es el excesivo número de visitantes que recibe diariamente, y son verdaderas cajas registradoras de hacer dinero y se olvidan que todos los yacimientos necesitan unos mantenimientos y conservación de sus estructuras.
En Machu Picchu, en concreto, al ser un yacimiento no cubierto, que te ofrece unas vistas aéreas espléndidas, no cabe duda, está expuesto a los fenómenos atmosféricos que actúan sobre los restos arqueológicos y también tenemos los que actúan sobre el interior del terreno.
Creo que para ser uno de los yacimientos más visitados del mundo y más emblemáticos no se valora el inmenso trabajo que supuso para los artesanos de la época el labrar la piedra, puliéndola y arrastrándola sobre rulos porque no conocían aún el trasporte de ruedas, y a una altura de casi 3.000m. Debería de protegerse más para su conservación en el tiempo.

OBSERVACIÓN: Para aquellas personas que vayan a visitar este yacimiento indicarles que existe el llamado “Camino Inca” que unía la ciudad de Cuzco con Machu Picchu, y hoy día hay tramos que se conservan muy bien y se pueden hacer andando, como rutas de senderismo, hay que salvar un desnivel de 2.000m, y está dentro del Parque Nacional de Machu Picchu. Hay que reservar plaza antes de salir de España. Por el camino puedes ir visitante multitud de yacimientos Incas y demás culturas  pre-incaicas.
Al final del camino y un poco antes de llegar al yacimiento, de Machu Picchu, te encuentras con el mirador de la “Puerta del Sol” desde contemplas todo el conjunto y siempre mantendrás en tu memoria estas imágenes.
















sábado, 3 de mayo de 2014

FAUNA CATERNARIA EN LAS TERRAZAS DEL GUADALQUIVIR

El grupo de investigación del departamento de Geografía Física Aplicada y Patrimonio,  de la Universidad de Sevilla,  coordinado por el profesor Rafael Baena, dedicado al estudio geológico del río Guadalquivir,  ha puesto al descubierto el hallazgo paleontológico  y  arqueológico en las terrazas del mismo.
El hallazgo ha tenido lugar cuando se realizaban labores de extracción de áridos, para la construcción,  en la localidad de la Rinconada (Sevilla); y han dejado al descubierto un corte estratigráfico donde se han registrado restos fósiles de fauna del  cuaternario, en concreto dos caninos de hipopótamo, que según el análisis  osteométrico, los autores han determinado que trata de un  animal  que tenía una talla superior a los actuales. Así como, restos dentarios, de fémur y vértebras de elefantes, junto a rinocerontes, caballos y uros.
Según, el estudio de los sedimentos de la terraza de La Jarillas, ha permitido datar la secuencia estratigráfica con una datación mayor  a la registrada hasta ahora, para el río Guadalquivir, que la sitúan entre 780.000 a 120.000 años a.C.
Junto a este registro paleontológico se han recuperado unas 750 piezas de industria lítica (triedros, hendedores, bifaces) atribuidas al Paleolítico Inferior.
En el museo de La Rinconada se habían depositado restos óseos y líticos que habían sido donados por el cura F. Sousa; gracias a este hallazgo ahora pueden ser contextualizados.

Nos encontramos ante un yacimiento, con un  rico registro,  de herramientas talladas asociada a restos de macrofauna, en unos momentos de clima cálido y árido, donde se viene a determinar un cambio climático en la fauna del momento. Este tipo de registros están ya presentes en la Península, como por ejemplo, en las terrazas del río Guadalete (Cádiz), con presencia de industrias líticas de paleopoblaciones de preneardentales que conviven con diferentes especies de elefantes y grandes mamíferos de herbívoros, según lo atestigua los estudios llevados a cabo por Francisco Giles Pacheco, en el proyecto, Prospecciones Arqueológicas Superficiales en la cuenca del río Guadalete desde el año 1993 o incluso en el mismo afluente del Genil, en el yacimiento de La Barqueta.

Comparación del tamaño del hipopótamo del pleistoceno con sus parientes actuales. Foto: US.
Restos del canino inferior de hipopótamo. Foto: US