domingo, 25 de noviembre de 2018

MUSEO ARQUEOLÓGICO DE GRANADA


En el mes de mayo, el Museo Arqueológico abrió sus puertas tras años de cierre. Desde 1917 se encuentra emplazado en la Casa de Castril, en plena Carrera del Darro. Se trata de un palacio renacentista que pertenecía a la familia Hernando de Zafra, que fue secretario de los Reyes Católicos.
El museo en sus inicios estuvo dirigido por Joaquina Egüaras, posteriormente por Ángela Mendoza y actualmente por Isidro Toro, bajo su dirección se ha llevado a cabo un proceso de renovación y modernización de la obra museográfica.
Desde estos últimos años la exposición se encuentra en un proceso de restauración, rehabilitación y remodelación global de todas las instalaciones, así como de las obras expuestas, y se pueden observar unas 120 piezas. A priori parecen pocos vestigios para la cantidad de obras de que dispone los fondos del museo, pero creo que se ha querido dar prioridad a las piezas más emblemáticas. Así, bajo la exposición “Tesoros del Museo Arqueológico de Granada”, se hace un recorrido de la Historia desde los inicios de la Humanidad hasta el s. XV, mostrando los objetos más originales y prodigiosos de la galería.
La exposición se distribuye en 7 salas, las tres primeras están dedicadas a la Prehistoria donde se expone el diente de Orce, que pertenece a un individuo infantil, de hace 1.400.000 años BP.
También se exponen piezas del neolítico, de las cuales destacan las sandalias de esparto, descubiertas en la Cueva de los Murciélagos y la diadema de oro. Del mundo Megalítico hay que recalcar la Estela de Fonelas.
Hay que matizar la rica variedad de objetos que nos dejaron las diversas culturas colonizadoras que se asentaron en tierras granadinas, como la llamativa coraza Griega. De la cultura Íbera, además de los restos del ajuar funerario, incidir en la escultura de toro de Arjona, y los relieves de caballo, originarios de Trasmulas.
La Sala VI, está reservada a la antigüedad tardía, y la VII a la cultura andalusí, con ricas cerámicas vidriadas, arquetas de madera, grandes jarrones y una de las piezas representativas de ésta época, como es el Astrolabio.
En el patio se exponen piezas como capiteles y estelas de época romana, antigüedades tardías y el gran mosaico de la villa de Monoragones. Se ha utilizado este espacio como prolongación de las obras expuestas, de esta forma el patio queda integrado como un espacio más del museo.
A pesar de las limitaciones del espacio que la Casa Castril conlleva, se ha conseguido un sitio ideal para resaltar determinados elementos, como techos, escaleras de acceso a espacios superiores, que adquieren protagonismo al estar exentas de objetos,  consiguiendo rincones diáfanos que realzan la belleza de la arquitectura del edificio.
Un espacio entrañable, que no debe dejarse atrás, es el mirador de su última planta desde dónde puedes contemplar las vistas de la Alhambra.
Mis felicitaciones a los que han participado en el montaje y selección de piezas, opino que se ha llevado a cabo una exquisita selección de los objetos más relevantes de cada período.
A través de los diferentes objetos expuestos, los visitantes podemos obtener una visión general del Proceso Histórico de Granada y conocer un poco más la idiosincrasia de estos pueblos, a través de sus diferentes culturas.
Creo que es obligada su visita para aquellas personas que pasen por esta ciudad, por la exquisitez de su contenido y por la joya arquitectónica que muestran sus instalaciones.


Fragmento de frontal de Homo sapiens neandertal, de la cueva de la Carigüela (Piñar - Granada) 75.000-70.000 BC.

Molar de homínido (Homo sp). Barranco León (Orce- Granada). 1.400.000 BC.


Sandalias de esparto trenzado. Cueva de los Murciélagos (Albuñol). 5.500 -4.300 BC.

Idoloantropomorfo. El Malagón (Cúllar). 3.200 - 2.800 BC

Estela de Fonelas. Necrópolis de la Cruz del río Cogollero (Fonelas). 2.600 -2.100 BC. Está realizada sobre una laja de pizarra, formaba parte del pavimento de un dólmen.

Bajorrelieves de caballos. Santuario de Ilurco (Pinos Puente). 300 - 200 BC.

Astrolabio de Ibn Zawal. Albaicín (Granada) 1481.






martes, 13 de noviembre de 2018

CUEVA MAS D´AZIL / CAVE MAS D´AZIL (Francia)


En la región francesa de Midi Pyrénées, se encuentra la cueva de Mas d´Azil, que guarda una de las estratigrafías más interesante del Paleolítico Superior. Sus registros nos confirman la presencia de las diferentes culturas que abarcan el Paleolítico Superior, desde más de 35.000 años BP.
Esta cavidad es una continuación compleja de salas y galerías profundas, que han ofrecido no sólo niveles paleontológicos antiguos, sino sobre el Paleolítico Superior, especialmente Magdaleniense, rico en arte parietal y mobiliario, industrias y vestigios humanos. Y donde podemos llegar a conocer la forma de vida de sociedades con una economía apropiadora (caza y recolección), a una economía productora (agrícola y ganadera), con una serie de cambios tanto en el ámbito cultural cómo económico, climático, de hábitat, etc.
Lo más llamativo de ésta cueva-túnel es, por un lado, sus dimensiones, y por otro su acceso, por la misma carretera que llega de Foix pasando por el interior de la cueva; sí así es, la carretera atraviesa literalmente la cueva. El río Ariège ha realizado un excelente trabajo de erosión en esta montaña, creando un entramando de galerías que supuso un lugar idóneo para el refugio, tanto de animales, como del Homo sapiens.
Esta cavidad ha sido conocida a lo largo de la Historia. La primera intervención se llevó a acabo, en 1857, cuando se realizaron unos trabajos de acondicionamiento y la construcción de un camino con idea de que cruzara la cueva; en estos trabajos realizados, en el margen derecho, sobre depósitos arcillosos salieron a la luz una serie de objetos arqueológicos. Según, los estudios geomorfológicos realizados, se detecta una sucesión estratigráfica de las diferentes culturas del Paleolítico Superior. La primera que está representada es el periodo Auriñaciense (35.000 -33.000 años BP), que marca el debut del Paleolítico Superior. Se caracteriza por la llegada del Homo sapiens a Europa, además se difunden una serie de ricos aportes culturales, entre los que destacan el arte, la fabricación de industrias sobre hueso, talla de animales realizadas en madera y la fabricación de herramientas líticas.
En el año 2011, un nuevo proyecto se puso en marcha en la cavidad, por parte del INRAP (Instituto Nacional de Investigación Arqueológica Preventiva) y del Laboratorio de Traces (CNRS) de la Universidad de Toulouse, donde las dataciones obtenidas oscilan entre 35.000 y 33.000 años BP. 
Parece ser que el Auriñaciense de Mas d´Azil, es un Auriñaciense Antiguo. Los restos recuperados pertenecen a productos líticos, y restos de animales, que han sido consumidos, como équidos, cérvidos, bóvidos y algún elemento atribuible al arte mobiliar.
Sin embargo, la cultura Solutrense está poco representada en la cavidad y pertenece también a un Solutrense Antiguo, con una datación de 22.000 años BP; basándose sobre todo en el estilo de las obras parietales de la sala Roja, como son los caballos con cabezas alargadas que son representativos de esta época.
El Magdaleniense supone el desarrollo de la expansión simbólica y artística, lo vemos reflejado en numerosas cuevas como la de Lascaux, Niaux, Chavet e incluso la de Altamira, etc. En estos niveles encontramos los objetos decorados con motivos geométricos, y las representaciones figurativas alcanzan su mayor grado de riqueza industrial, faunística y artística. Como por ejemplo, las azagayas (son armas de asta que se lanza con la mano o bien con la ayuda de un propulsor) que adquieren una gran diversificación, sobre todo una variación decorativa, y donde el arte mueble adquiere un gran desarrollo.
También durante este período hace su aparición el propulsor, su uso hace aumentar la potencia de tiro y adquiere un gran desarrollo la decoración de estos objetos, sobre todo en la zona de los Pirineos y Dordoña. Esta diversidad y riqueza de objetos es lo que da pie a que se hable de regiones dentro del Magdaleniense.
Los principales lugares ocupados, a lo largo del Magdaleniense Medio y Superior, en la cavidad, corresponden a la entrada, en el margen derecho (la Rotonda y en la Galería del Sílex), ello nos confirma que lo hicieron teniendo en cuenta una serie de factores como: la facilidad de acceso, la protección, la proximidad al río y la luz natural que llega del exterior. 
Según los estudios realizados han demostrado que se trata de ocupaciones humanas estacionales, que se desplazaban persiguiendo a las manadas de bisontes, caballos y cérvidos. Este período cultural se desarrolló a finales de la última glaciación, el paisaje era de estepas abiertas, con poca vegetación arbórea y con una rica fauna de grandes herbívoros (reno, bisonte, caballos, uros). El reno era su presa favorita pero también cazaban zorros polares, liebres, rebecos, lagópodos, salmones…
Debido a la cantidad de objetos descubiertos en esta cueva, con materiales que vienen de diferentes lugares induce a pensar que la cueva de Mas d´Azil funcionó como un lugar de agregación, es decir, un lugar dónde periódicamente se reunían grupos humanos de la región, con el propósito de intercambiar conocimiento, técnicas, materias primas o bien para organizar ceremonias, rituales necesarios para la vida grupal.
Una fuerte identidad magdaleniense se observa a través de las evidencias de los Pirineos franco-cantábricos. Se han encontrado numerosas similitudes entre las obras parietales y los objetos realizados en toda esta zona, tanto desde un punto de vista estilístico como temático. Mas d´Azil es un lugar integral: es un sitio de agregación, de hábitat, lugar  clave para el arte mobiliar y arte parietal, sobre todo por su calidad técnica, su singularidad y gran valor artístico. La presencia de restos humanos ha sumado aún más la particularidad de este lugar, que ha sido conocido en todo el mundo.
Durante el Aziliense no nos encontramos con los mismos animales. Durante este periodo, el clima es mucho más cálido, lo que provoca la desaparición de las estepas a favor de los árboles y grandes bosques. Luego sus presas favoritas eran el ciervo, jabalí y el caracol. Estas características climáticas, unido a unas herramientas microlíticas (de pequeño tamaño), arpones llanos de cuernos y un arte principalmente representado por guijarros pintados o grabados con signos geométricos cuyo significado aún está por determinar, han confirmado lo que conocemos como cultura azilense.


Los inicios de Mas d´Azil.

Este asentamiento está considerado como yacimiento paleontológico y prehistórico, desde el año 1860. Félix Garrigan divulgó la estratigrafía general, en 1867 y, años más tarde, Edouard Piette llevó a cabo importantes excavaciones. Era un conocido científico en Francia, por sus trabajos en las cuevas de Gourdan y Lortet, que les permitió reconocer muchas obras de arte prehistóricas, aunque, tuvo que enfrentarse a los coleccionistas y aficionados que trabajan de una manera muy trasegada.
La importancia de Piette se debe a los trabajos llevados a cabo en la orilla derecha, que él la llamo “La caverna río arriba”, que incluía: la Sala Piette y la Galería Rotonda. Pero también llevo a cabo excavaciones en la orilla izquierda, que le llevaron a identificar la presencia de una cultura intermedia entre el Magdaleniense y el Neolítico, y que le atribuyó el nombre de Aziliense.
A él, se debe la colección de huesos de reno que se expone en el museo (hablaré de ella en la entrada correspondiente del museo).
Durante estos años se obtuvieron importantes registros, tanto de industria lítica como de arte mobiliar. Después de su intervención, la cavidad pasó al olvido y los coleccionistas clandestinos encontraron la oportunidad de hacerse con una rica colección, hay que pensar que en esa época no existían leyes que regulasen el Patrimonio Arqueológico.
Piette animó al abad Henri Breuil para que fuese a trabajar a la cueva, que realizó dos campañas de excavación (1901-1902) y descubrió los primeros hallazgos de arte parietal (bisontes, caballos, felinos, pez…) y grabados, pero no quiso invertir más dinero en la cueva y no volvió a trabajar allí.
Bégouën junto a sus hijos realizaron varias excavaciones y, en 1912, descubrió uno de los conjuntos parietales más importantes, que se engloba en lo que conocemos como la Galería Breuil.
Joseph Mandement descubrió una serie de galerías en la orilla derecha, durante dos décadas. A él se deben los descubrimientos de la segunda parte de la Galería de Breuil, Galería de los Osos y de Los Pedernales. También fue el descubridor del cráneo humano (1948) atribuido a una niña entre 15 y 20 años, ha sido el único resto humano encontrado en la gruta.
Sus trabajos fueron científicos, los realizó a través de estratigrafía y el material recuperado constituye una colección inestimable, que se encuentra expuesta en el museo del pueblo.
Durante los años 1978 al 1982 se llevaron a cabo trabajos de inventario del material y estudios sistemáticos de las manifestaciones gráficas parietales que realizaron A. Vilalou, Alteirac y Leclerq.
Mas d´Azil ha jugado un papel primordial en el estudio del Paleolítico Superior francés, principalmente, durante la cultura Magdaleniense, pero también, por la singularidad geológica de la cavidad y, sobre todo, por ser el lugar donde se identifico por primera vez una nueva cultura, que marca una transición entre el Paleolítico Superior y el Neolítico y que conocemos como Aziliense.

La visita a la cueva:

Desde 2013 se puede visitar esta cavidad. Es recomendable pasar primero por su Centro de Interpretación, que es un edificio que está construido dentro de la cueva, para hacernos una idea de lo que vamos a visitar.  La visita se desarrolla por galerías amplias y de fácil acceso, acondicionadas por pasarelas. 
En cada uno de los espacios más interesantes a comentar se encuentran paneles explicativos, en francés, y en otros espacios se han instalado una serie de recursos museográficos, para completar las explicaciones de la guía.
Las diferentes galerías que se visitan, que no son todas, están distribuidas en tres niveles. En el primer nivel está la Sala Piette y la Galería de Breuil, en segundo nivel se encuentra la Sala del Templo y la Galería Flint y en la tercera la Galería Bear, la Sala de Conferencias y la Sala Mandement.
En la Sala de Conferencias tienen montado un audiovisual con tres personajes a tamaño natural, uno de ellos es el francés Edouard Piette, que exploró la cueva en 1889, y le debemos los principios básicos en que se han basado los conceptos actuales de la Prehistoria. Otro de los personajes es Joseph Mendement  descubrió varias galerías y el hallazgo del cráneo de una niña que le llamo “Magda”. 
Y el tercer personaje es Magda, la niña, que observa la discusión entre los dos investigadores, y reacciona hablando en un idioma inventado, ya que los Magdalenienses usaban ya un lenguaje articulado pero no se conoce, evidentemente.
En la Sala Mendement, se encuentra un osario típico de periodos fríos. Esta acumulación de huesos está fusionada en arcilla compacta y se encuentran en niveles anteriores a las ocupaciones magdalenienses, sin huellas humanas asociadas. 
En cuanto a su origen, una de las hipótesis que barajan es que esta acumulación procede de una aportación del  nivel superior, y han llegado a esas galerías por corrientes de barro por las fracturas de las calizas, que hoy día se encuentran taponadas. La acumulación está formada por huesos de osos de las cuevas, rinoceronte lanudo y mamut.
Las pinturas rupestres se encuentran distribuidas por cuatro galerías pero no se pueden visitar, primero por su estrechez para el público y segundo por razones de conservación. Éstas se pueden contemplar en el Museo y en el centro de Interpretación que tienen diferentes paneles dedicados al arte.
La cueva está ambientada con un juego de luces de colores, que no favorece nada con la temática que estamos tratando y resta credibilidad al lugar, pero hay que decir, que los franceses invierten mucho dinero en la conservación de su Patrimonio, con vistas a una explotación turística que le hacen recabar importantes ingresos a las arcas públicas.