miércoles, 6 de junio de 2012

LA MÚSICA

La música como la combinación de sonidos y silencios es, quizás, el arte más antiguo que ha acompañado a los seres humanos en su larga vida de la evolución, bien con sonidos de percusión producidos con las manos, pies o boca. Los registros que avalen esa hipótesis, no lo sabemos, hasta el momento, lo único que tenemos como registro arqueológico es el hallazgo de unas flautas musicales, que datan hace 42.000 años, de antigüedad.
Estudios realizados por investigadores de la Universidad de Oxford y de Tübingen revelan que, hace 42.000 o 43.000 años, el Homo sapiens de la cueva de Geissklösterle, al suroeste de Alemania, utilizaban instrumentos musicales como innovaciones tecnológicas y artísticas en su vida cotidiana, por lo que adquieren la primera representación, hasta la fecha, de piezas musicales encontradas pertenecientes al hombre moderno europeo.
 

Los hallazgos se produjeron en el año 2009 y fueron publicados en el revista Nature. 
La edad de dichos instrumentos ha sido datada por el método de Carbono-14, que ha retrasado la edad de los hallazgos, en unos 3.000 años. Pero, en el año 2009, lo que se dataron fueron los huesos de animales encontrados, en dichas capas de excavación, y los huesos de estos animales con marcas de haber sido cazados y comidos, por los humanos, no habían sido descontaminado lo suficiente y por eso, las dataciones anteriores, no habían dado unas dataciones precisas. Los investigadores confirman en la revista, Journal of Human Evolution,  estas nuevas dataciones, con un método capaz de eliminar los errores producidos por la contaminación. Se revela así, de ésta manera, que esta población correspondería hasta el momento a los más antiguos auriñacienses, de la era del Paleolítico Superior.
Uno de los autores del trabajo Nick Conard, de la Universidad de Tubinga, señala que el hallazgo coincide con una hipótesis que se hizo hace años, de que el río Danubio fue un corredor fundamental, para el movimiento de seres humanos e innovaciones tecnológicas hacia el centro de Europa, entre 40.000 y 45.000 años atrás.
En dicha cueva se encontraron la figura femenina tallada en marfil más antigua hasta ahora conocida, salida de Hohle Fels,  y los hallazgos de instrumentos musicales, estatuillas y herramientas, que configuran una amplia colección sobre los modos de vida de estas sociedades.
Las flautas aparecidas son las evidencias más antigua, hasta la fecha, conocida de practicas musicales.
Una de las flautas está realizada  con el radio de un buitre leonado, y ha sido reconstruida casi al completo, a partir de 12 fragmentos. Tiene una longitud de 21,8 cm de largo y unos 8 mm de diámetro , consta de cinco orificios para colocar los dedos sobre ellos, así como, dos hendiduras en forma de “V”, en el extremo superior del tubo, por donde los músicos probablemente soplaban. 
Según los autores, la cantidad de fragmentos y pequeñas piezas de instrumentos encontradas en la zona, con restos de animales y herramientas, dan cuenta de lo extendida que estaba la práctica musical, en el Auriñacense y de que la música cumplía una funciones sociales diversas. La otra está realizada sobre marfil de mamuts.



Las sociedades del auriñaciense fueron capaces de fabricar un gran número de adornos personales, un particular arte figurativo, que incluye imágenes míticas y una de sus características fuertes son un buen número de instrumentos musicales. Se cree que, éste desarrollo musical habría sido estimulado por las rigurosas características climáticas.
Los autores establecen que la música, como parte de otras expresiones artísticas y simbólicas de la época, contribuyó al mantenimiento de redes sociales, más grandes, y por tanto a la expansión territorial y demográfica, de los humanos modernos, en relación con las poblaciones de neandertales, culturalmente más conservadores y demográficamente más aisladas.
Tom Higham, de la Universidad de Oxford, explica que hay una supuesta flauta encontrada ,en Eslovenia, en una excavación con restos neandertales, pero los investigadores del trabajo, creen que los orificios los hizo un depredador carnívoro, y no un humano. Por lo que, los restos de Geissklösterle son la evidencia más antigua que existe, sobre instrumentos musicales.
Ante este hallazgo  y el de la flauta, del yacimiento Divje Babe, encontrada en Eslovenia nos encontramos con un nuevo caso de un estudio tafonómico que determinaría si se trata de una flauta o bien se trata de marcas de carnívoros, como creen algunos arqueólogos. 
En 1995 se encontró, en el yacimiento de Divje Babe, restos de un fémur, de un oso joven , que presentaba cuatro agujeros alineados. El arqueólogo,  Iván Turk,  la encuentra asociada a herramientas de la industria musteriense y con presencia de hogares.



Sin embargo, ésta flauta no ha sido considerada, por la comunidad científica, como la más antigua y perteneciente a una cultura neandertal.




Bibligrafía

-T. Higham, L. Basell, R. Jacobi, R. Wood, C.B. Ramsey, N. Conard (2012): “Testing models for the beginnings of the Aurignacian and the advent of figurative art and music: The radiocarbon chronology of Geissklösterle”.  Journal of Human Evolution. Vol 62. Pp: 664-676.