jueves, 29 de enero de 2015

DOROTHY GARROD: Un nombre para la Arqueología

Nos hemos pasado siglos y siglos hablando del papel relevante que ha llevado a cabo el hombre a lo largo de la Historia de la Humanidad, y nos hemos olvidado del papel de la mujer, a lo largo de ésta.
Por ejemplo, esta invisibilidad Histórica, la vemos reflejada en la persona de Annie Elizabeth Dorothy  Garrod, nacida en 1892 en Oxford, en el seno de una familia de intelectuales; su padre fue considerado el fundador de la Bioquímica Genética.

Dorothy Garrod de Newpham College de Cambridge  y Dorothy Garrod en 1926
Este ambiente familiar llevó a Dorothy a matricularse en Oxford (1922), para estudiar Arqueología. Para ampliar sus estudios se tuvo que marchar a París (en la actualidad sigue siendo una tónica habitual) donde se decantó por la Prehistoria, y después de varios años de trabajo en este campo, le llevó a doctorarse en 1924. Este mismo año se iniciaron las excavaciones cerca del abrigo Devil´s Tower, en Gibraltar, donde tuvo la suerte de hallar restos de un frontal y parietal izquierdo de un cráneo infantil de neandertal, asociado a un conjunto de industrias líticas del Musteriense Tardío.
Este hallazgo fue muy memorable en aquella época porque en este mismo lugar, en 1948, se había hallado el primer cráneo fósil de neandertal más meridional de Europa.
La publicación de este hallazgo, en la revista “Journal of the Royal Anthropological Institute of Great Britain and Ireland”, digamos que le abrió las puertas al mundo de la investigación del Paleolítico en su país; y lo tuvo que hacer muy bien cuando sus propios compañeros la propusieron para el premio del Instituto de Antropología de Ámsterdam por el excelente trabajo que había realizado.
Después de estos acontecimientos Garrod realizó una serie de excavaciones, en gran Bretaña y llevó a cabo expediciones por Kurdistán, Palestina, Líbano, Anatolia, Bulgaria, Irak, Israel y Francia.
Podemos decir que el trabajo más complejo y completo que llevo a cabo ésta investigadora lo realizó en Monte Carmelo (1928), en Israel, una zona que estaba plagada de cavidades, con un amplio registro.


Campamento de excavación en Monte Carmelo. 1929

En éstas excavaciones Dorothy trabajo junto a la paleontóloga Dorothea Bate donde sacaron a la luz restos de neandertales, sólo había registros de ésta especie en Europa, luego fue un caso insólito para la comunidad científica. 
Su trabajo conjunto les llevo al estudio de 52 especies de fauna distintas que le sirvieron a Bate para crear la tabla de Dama-Gazalla, que utilizó más tarde para determinar los cambios climáticos generados en la zona.
En 1935, se publico en la prestigiosa revista Nature los registros aparecidos en Monte Carmelo que abarcaban desde el Paleolítico Inferior, Medio y Epipaleolítico. En concreto, en las cuevas de Tabún y Es-Skhul, descubrieron esqueletos de neandertales y humanos modernos, y en Shukbah y las terrazas de Wad, en el valle de Wadi-an Natuf, les sirvió para acuñar el término Natufiense por las características tan peculiares que presentaba el registro fósil, además de ser los pilares para la comprensión de la transición de los modos de vida al Creciente Fértil en la zona.



Podemos decir que Dorothy Garrod fue una gran innovadora y una mujer pionera en su tiempo por varios motivos:

-Valorar su gran valentía al dedicarse tanto al estudio de la prehistoria como de la Arqueología en una época en que ambas estaban emergiendo como disciplinas modernas, donde los estudios multidisciplinares no existían y tuvo que enfrentarse a una comunidad científica bajo los efectos del evolucionismo lineal.
-Destacar la dedicación que le prestó al análisis de los restos de fauna asociados a los materiales arqueológicos, que no era muy propicio en aquella época incorporarlos al estudio de los registros. Y llegó a determinar las condiciones climáticas y ecológicas de los ecosistemas a raíz de los restos de fauna. Estos estudios han servido de base para posteriores investigaciones en Paleoecología.
-Para llevar a cabo su trabajo se rodeó de un completo equipo de trabajo de otras especialidades, y además para las labores de excavación contrataba a las mujeres árabes locales que gratificaba con un salario. Todo un progreso para las mujeres en aquel momento.
-También la podemos considerar pionera en establecer los límites geográficos entre los neandertales típicos: Eurasia y Próximo Oriente. Primeros resultados de las migraciones prehistóricas.
-Destacó en sus interpretaciones sobre el arte paleolítico quizás influenciada por los estudios de su maestro Breuil.
-Tuvo el denuedo de presentarse a la cátedra de una de las Universidades más prestigiosas del momento como era la de Cambridge, puesto que sólo era ocupado por hombres. No fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando las mujeres pudieron acceder a estos puestos como profesoras con pleno derechos.
Su enseñanza ejerció una gran influencia en el conocimiento y expansión tanto de la Arqueología de campo como en la Antropología, y además podemos considerarla precursora en los trabajos interdisciplinarios con otros colegas, como, los que llevó a cabo en Monte Carmelo.
Su minuciosidad científica fue tan valorada que le nombraron presidenta de la Asociación Británica para el avance de la Ciencia, y le concedieron la Medalla de Oro de la Sociedad de Anticuarios de Londres.
Podemos decir que Dorothy Garrod fue una mujer polifacética e inquieta, quizás, por la formación que tuvo de sus colegas como Henri Breuil, Teilhard de Chardin, Louis Didon, Diana Kirkbride, Layard, etc. 
También era una entusiasta de la música, tocaba la flauta, estoy segura que a Dorothy le hubiese gustado tocar con Ara Malikian, después de una jornada de excavación, en Monte Carmelo.
Reconocer que muchos de los derechos que disfrutamos las mujeres del mundo occidental se lo debemos a mujeres como Dorothy Garrod, Encarnación Cabré Herreros, Christiane Desroches, Katheleen Kenyon, Nina Layard, Dorotha Bate, Johanna Mestof, etc, que han tenido que luchar contra la incomprensión de la sociedad de su tiempo sumergida en un paradigma creacionista, y lidiar contra los prejuicios y la incredulidad de que una mujer no podía aportar nada a la ciencia. Pero aún hoy, a pesar de que la sociedad  ha evolucionado mucho en el campo del conocimiento y donde la Arqueología del género está abriendo nuevas líneas de investigación, se resiente escuchar en las aulas de Arqueología Prehistórica nombres de personalidades como las que hemos comentado, que han contribuido a fortalecer y mejorar la teoría de la Arqueología.

    Museo de Prehistoria de Valencia en 1951. Lluís Pericot explicando la sala a John Waechter,
Dorothy Garrod, Germaine Henri-Martín y Suzanne de Saint Mathurin.

Dorothy Garrod y el padre Breuil. Foto: MAN



Referencias:

-Clark JGD., 1937: Revisión de la Edad de Piedra del Monte Carmelo: Excavaciones en Wady el-Mughara 1, Garrod y bate. Actas de la Sociedad Prehistórica 3 (2).

-Annan, NG., 1955: The intellectual Aristocracy, en JH Plumb (Ed.). Estudios en historia social: Un tributo a GM Trevelyan. Londres.

-Daniel, G., 1955: Alguna pequeña cosecha: las memorias de Glyn Daniel. Londres.

-Bar-Yosef, O., 1970-89: Garrod Dorothy Annie Elizabeth. Diccionario de la biografia científica, 21. Nueva York. Hijos de Charles Scribner.



lunes, 19 de enero de 2015

ZOOARQUEOLOGÍA: Los Coprolitos

Los seres humanos y los animales realizan dos procesos básicos en su día a día, uno es la alimentación, otro la defecación. Pero no todo lo que ingerimos puede ser digerido por el organismo y estos restos se desechan en forma de heces.
¿Para qué le sirve las heces o excrementos aun arqueólogo/a? ¿Qué información nos aporta?
Cuando excavamos un yacimiento este tipo de material lo encontramos ya mineralizado, y su nombre científico es coprolito. La primera persona en describirlo fue el paleontólogo William Buckland, en 1829, pero enfocado más bien a los registros de dinosaurios. Los restos de dinosaurios fueron descubiertos a mediados del XIX y supuso toda una revolución científica, debido a que eran especies extintas y en aquella época interesaba todo lo relacionado con su alimentación y forma de vida.
Actualmente los estudios arqueozoológicos nos van dando nuevos datos de estos fósiles. Cuando se analizan los excrementos fosilizados podemos encontrar pequeños restos de huesos que nos pueden servir para identificar qué especies  comían, y también se puede saber si se trataba de un carnívoro o herbívoro. Hay que decir que la información obtenida de un coprolito herbívoro es diferente de la de un carnívoro. Así, si se trata de un herbívoro los microanálisis determinan que son principalmente materia orgánica, pero también están presentes restos de vegetales, fúngicos, microbianos y minerales, así como, semillas y frutos, es decir, nos informa del tipo de pastos que han ingerido y de posibles enfermedades por la presencia de parásitos.Podemos decir que los estudios de los herbívoros  están más enfocados a determinar el tipo de vegetación que se da en la zona, así como, los forrajes y enfermedades de los animales en comunidades del neolítico, según nos revelan los trabajos realizados por E. Badal, en algunos yacimientos del Levante.
Sin embargo, los coprolitos de carnívoros y depredadores son los que mejor se conservan en los yacimientos por la presencia de fósforo y calcio de los huesos de sus presas que son excelentes compuestos para la preservación y formación de los fósiles.
Estos restos a veces son difíciles de reconocer porque es fácil confundirlos con una roca u otro objeto al estar fosilizado, pero su forma redondeada normalmente los delata ya que suelen presentar bultos adyacentes. Su tamaño también puede inferir mucho, puede oscilar desde unos milímetros a varios centímetros, dependiendo del  animal que se trate.
Pero como he comentado el estudio de estos restos, aplicados a registros arqueológicos, podemos decir que son bastante recientes, ycada día surgen nuevos análisis multidisciplinares que están dando nuevos enfoques y perspectivas a estossedimentos.Así, por ejemplo, vamos a ver tres tipos de análisis respecto a coprolitos de animales y de humanos. Uno de ellos corresponde a las hienas que son los animales que suelen estar presentes en los depósitos de cuevas. Un grupo de investigadores franceses han llegado a la reconstrucción del genoma de la hiena de las cavernas a través de su ADN presentes en las heces, y han llegado a determinar tanto el ADN de sus dueños como el de sus alimentos, en este caso el del ciervo rojo, con que se alimentaban las hienas de las cavernas.


Otro ejemplo, es el que ha realizado la investigadora M. Esteban Nadal, basándose en una metodología actualista con excrementos de lobos, para poder llegar a comprobar qué tipo de capturas podían haber efectuado en el Pleistoceno. El objetivo de la investigación se ha centrado en el contenido de las heces de lobo desde la perspectiva de su representación taxonómica, frecuencias esqueléticas, tamaño de los restos y transformaciones físicas y químicas de los restos anatómicos desde el momento de la ingestión hasta la defecación. Después del proceso de análisis se ha visto que estas especies habían consumido Bos taurus, Capreoluscapreolus, Ovis, Capra y Lepus. Y los elementos anatómicos identificados corresponden a fragmentos craneales, postcraneales y apendiculares. El estudio nos refleja las preferencias de estos animales.
Y el último,respecto a los excrementos fosilizados de los humanos, se ha realizado un estudio por parte de investigadores de la Universidad de La Laguna (Sta.Cruz de Tenerife) y el Instituto Tecnológico de Massachusetts con unas muestras recuperadas en el yacimiento de El Salt (Alcoy, Alicante) que se remontan a 65.000 años y corresponden con una ocupación de neandertales. Las muestras han sido analizadas con una serie de técnicas geoquímicas donde se encontraron presencia de coprostanol, la primera evidencia de que se trataba de coprolitos humanos; después  se determinó la proporción de coprostanol, producto del colesterol animal y fitosterol presente en las plantas.
Con este tipo de análisis se establece que los grupos de neandertales se alimentaban tanto de carne como de algunos vegetales, es decir, tenían una dieta omnívora.
En general, podemos decir, que los cropolitos o excrementos fósiles mineralizados, son una fuente de información en los trabajos de arqueozoología y tafonomia para conocer el paleoclima, paleovegetación y los patrones de dietas tanto de poblaciones animales como de los grupos humanos  en la Prehistoria.





lunes, 5 de enero de 2015

MUNIGUA

El municipio romano de Munigua es quizás una de las poblaciones de la Bética menos conocida, pero no por ello resta importancia a sus hallazgos, que nos hablan de una ciudad minera que disfrutaban de una vida de esplendor y riqueza. Uno de los conjuntos arqueológicos más espectaculares de Andalucía.
Este yacimiento se localiza en el término municipal de Villanueva del Río y Minas (Sevilla). Las primeras noticias de este emplazamiento datan de 1757 cuando Tomás Andrés de Gusseme, gobernador de Lora del Río, describió este lugar con claras evidencias de minería ante la presencia de escorias de hierro en el lugar y lo catalogo ya como Santuario; y en el año 1956 el Instituto Arqueológico Alemán, con sede en Madrid, fue el que se hizo cargo de las excavaciones que se han venido realizando casi todos los años. 
Se puede considerar que el yacimiento cuenta con dos momentos de ocupación histórica, uno corresponde a momentos prerromanos y otro romano; desde el s. IV a.de. C hasta el s. III/IV d. de. C, que entra en decadencia y posteriormente cuenta una ocupación islámica (s. VIII) reflejadas en construcciones de época almohade. 
Los inicios de esta población se deben a un pequeño asentamiento ibérico que se estableció en esta pequeña colina aledaña a Sierra Morena, zona rica en la extracción minera y dedicada a la producción cobre y hierro. Este promontorio situado en una zona de dehesas, olivos y encinas  disponía de una muralla perimetral que quedaba abierta por su parte oeste y conserva cuatro de sus torres.
Desde el s. IV a. de. C, hasta la época de Augusto (27 a. C 14 d. C) se corresponde con los primeros momentos de ocupación romana, que es cuando la población se vincula al Imperio mediante un contrato de patronazgo. Será con Augusto cuando el diseño urbanístico adquiere más esplendor con presencia de edificios civiles y religiosos. Con el emperador Vespasiano se le concede a la ciudad la condición de Municipio, y la población pasó a llamarse: Municipium Flavium Muniguense. Este cambio de estatus jurídico, queda reflejado en una tessera de hospitalidad, y es el que determina que la ciudad adquiera un auge urbanístico y arquitectónico. 
Si recorremos el yacimiento por su parte alta podemos contemplar el Santuario de Terrazas, el Foro, el Templo de Mercurio, el Templo de Podio, el Pórtigo de dos Picos, las Termas, la necrópolis y el Mausoleo. Si observamos este espacio, donde se concentra todos los edificios públicos, sólo ocupa 4ha, apenas queda espacio para las viviendas, lo que denota que posiblemente la mayoría de la población viviría dispersa por los alrededores de la ciudad y que en el centro neurálgico de la ciudad sólo vivirían las familias que ostentaban el poder. 

El edificio más emblemático de la ciudad es el Santuario de Terrazas que domina toda la ciudad desde la cima. Destaca por su construcción a base de altos muros con gruesos contrafuertes  visible desde cualquiera de sus vertientes. Sólo comentar que este monumental edificio en perfecta armonía con el entorno y todos los edificios que la rodeaban, con una exquisita decoración de mármoles multicolor, tuvo que ser una de las ciudades más bellas de la Bética.
Si avanzamos por su parte baja donde se distribuyen las casas y viviendas vemos como se determina el tipo de urbanismo que desarrollaron, así como, la economía de este municipio romano basada principalmente en la agricultura (olivar), ganadería, minería y en la metalurgia del cobre y hierro. Su economía ganadera la componía la cría del ganado vacuno y porcino, en menor representación se encuentran la oveja y la cabra; pero en su dieta también estaban presentes las especies salvajes como el ciervo, corzo, liebre, jabalí y paloma especies típicas de hábitat mediterráneo. Los animales que más se utilizaron en los sacrificios fueron la vaca, el cerdo y la oveja.
Los trabajos de excavación que se están realizando en los últimos años, en el yacimiento, corren a cargo del arqueólogo y director científico del Instituto Alemán de Arqueología, Thomas Schattner. Estas investigaciones han dado un giro a las interpretaciones que se estaban llevando a cabo hasta la fecha, dando prioridad a las bases económicas de la ciudad basadas principalmente a la explotación minera acompañada de la agricultura y la ganadería mixta, llegando a determinar que la ciudad tuvo su esplendor económico durante los s. I y II siendo un centro neurálgico de producción de hierro de toda la Bética. Sin embargo, a partir del s. III, a raíz de un terremoto la ciudad entra en un periodo de crisis urbanística y de progreso, ya no se vuelve a construir nuevos edificios sino que se reparan los que habían quedado en pie, lo que se interpreta como una fase de abandono progresivo de la ciudad que llega a su final en el s. IV d.C. 
Mi agradecimiento a Thomas Schattner por sus explicaciones para adentrarnos en el conocimiento de esta ciudad 
Observaciones: La ciudad de Munigua es posiblemente la ciudad mejor conservada de la Bética por encontrase situada en un lugar estratégico, alejada de todas las grandes vías de comunicaciones actuales, por ello las personas que les guste de compaginar cultura arqueológica con el senderismo o ciclismo tiene un lugar idóneo para ello. Para llegar al asentamiento arqueológico  tienes que partir andando del pueblo de Villanueva del Río, y apenas encuentras señalización vas todo el tiempo por un carril que te lleva al arroyo Tamohoso y desde aquí ya se divisa el Santuario.

Estación de ferrocarril de Villanueva del Río y Minas







Thomas Schattner en las termas, las paredes presentan una decoración con grandes rectángulos rojos y líneas amarillas.
Termas con baño caliente y sauna (caldarium y tepidarium) y baño frío (frigidarium)

Museo Arqueológico de Sevilla