martes, 25 de junio de 2013

OLDUVAI GORGE MUSEUM


En el área de Conservación de  Ngorongoro y el Parque Serengeti se encuentra la Garganta de Olduvai, un lugar puntual del Valle de la Gran Grieta del Rift, con forma de surco profundo y encajonado entre barrancos de material sedimentario y volcánico, donde se localiza uno de los yacimientos arqueológicos y antropológicos más importante de África.


Muy cerca del yacimiento de Olduvai se encuentra el museo Oldupai Gorge, cuando pones los pies en el, te sorprende su sencillez y sobriedad, nada que ver con los grandes museos europeos; se trata de un pequeño museo que fue creado originariamente para guardar los materiales que se iban extrayendo de las excavaciones, y guarda una gran simultaneidad con el entorno. 


Sin embargo dos pequeñas habitaciones encierran toda la historia de los inicios de la humanidad, así fue como este pequeño almacén paso a ser el museo Gorge y fue fundado por Mary Leakey en los años 70, del siglo pasado, y a raíz de su muerte pasó a ser dirigido por el Departamento de Antigüedades Culturales del Gobierno de Tanzania.


En 1990, el museo sufrió una reforma y alguna de las salas fueron diseñadas  por el   museo Getty  de California, y se introdujo una nueva ala para exposiciones.


Este pequeño museo te permite hacer un recorrido por la historia, la geología y la arqueología de la Garganta, a base de gráficos y mapas de la zona; también en una de las salas se expone una réplica de las huellas fósiles de Laetoli del que hablaré en otra entrada. 


El museo dispone de muchos paneles informativos de la evolución humana y están acompañados de moldes de fósiles de los primeros homínidos, principalmente son replicas de los cráneos de las cuatro especies que se han recuperado de los yacimientos de Olduvai, en


representación de cerca de dos millones de años de la evolución de los homínidos, así, podemos ver al Paranthropus boisei, Homo habilis, Homo ergaster, Homo sapiens moderno; todos ellos acompañados de las piezas originales de herramientas líticas y fósiles de animales de la zona que vivieron hace millones de años.


El museo también contiene fotos antiguas donde se muestran las excavaciones llevadas a cabo por la familia Leakey.


En la zona exterior, el museo, cuenta con dos áreas de conferencias bajo toldos de paja donde el visitante a la vez que va recibiendo las explicaciones de los guías, que suelen ser miembros de la comunidad local maasai, pude ir observando toda la panorámica que la garganta le ofrece y su significado de lo que representa la zona la Cuna de la Humanidad.


viernes, 7 de junio de 2013

LOS NEANDERTHALES PADECÍAN CÁNCER DE HUESO

 
La revista científica Plos One ha publicado un artículo donde hace referencia a un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Kansas  y de Croacia, encabezado por David Frayer, en las excavaciones de Krapina (Croacia), donde determinan que los neandertales sufrieron tumores en los huesos como los que padecemos en la actualidad.
Las excavaciones en Krapina se iniciaron en el año 1899 cuando Dragutin Gorjanovic Kramberger, profesor de la Universidad de Zagreb y director de del Museo de Paleontología, visitó por primera vez dicha cueva en la actual Croacia, guíado por un maestro local que había sido el que había descubierto la cavidad. Encontraron restos de herramientas de piedra, fragmentos de huesos de animales y un molar humano. Después de un siglo, en 1990, se han recuperado cerca de 900 fragmentos de huesos humanos, atribuidos a unos 75 individuos neandertales. 
Algunos fósiles de Krapina corresponden a individuos que sobrevivieron a heridas muy profundas, aunque los investigadores consideran que nada evidencia que procedan de entierros deliberados. En cambio, en algunos fósiles sí se aprecian huellas de canibalismo y amputaciones. 
 
El estudio se ha efectuado sobre la aparición de un resto fósil de costilla, perteneciente a un espécimen varón incompleto, por lo que no se ha podido definir los efectos en la salud que dicho tumor podría haber causado.
Este tipo de cáncer es conocido como displasia fibrosa y es uno de los cáncer más comunes en la actualidad  y es una tumoración benigna que a veces se acompaña de deformaciones en los huesos.
                                           The bones recovered from the Croatian site were first X-rayed in the 1980s. Most were high-quality scans, but one small rib fragment appeared fuzzy. Researchers were intrigued and conducted further analysis, ultimately determining the unclear image was due to the loss of the inner bone from a tumor.

Los métodos y resultados llevados a cabo en las excavaciones nos demuestran que los humanos convivieron con las enfermedades; la disciplina que se encarga de su estudio es la Paleopatología que estudia las enfermedades padecidas por personas o animales en la antigüedad, a través de vestigios hallados en los huesos.
Este descubrimiento es importante porque está datado en torno a 120.000 años, si hay restos suficientes y la patología está bien estudiada estamos ante el registro ósea con evidencias de haber padecido cáncer de huesos  más antiguo. 

La costilla cancerosa fue recuperada en la famosa excavación arqueológica de la ciudad croata de Krapina. / Penn Museum
Costilla con evidencia de tejido canceroso. Microescáner del hueso. Museum Penn
Este hallazgo demuestra que vivir en un ambiente relativamente libre de contaminación no significa necesariamente que estés libre de sufrir cáncer afirma Frayer. Los neandertales tenían una esperanza de vida inferior a la que gozan los humanos modernos en los países desarrollados y sin embargo fueron expuestos a diferentes factores ambientales.
Teniendo en cuenta estos factores los restos más antiguos con patologías diagnosticadas pertenecen a restos del Neolítico, sobre todo a enfermedades degenerativas como la artritis, espondilosis o a enfermedades endocrinas como gigantismo, enanismo, acromegalia o gota. 
Por eso es importante este tipo de hallazgos tan antiguos porque nos proporciona información detallada sobre la naturaleza y la historia de la asociación de los seres humanos a la enfermedad neoplásica. Es un yacimiento con un rico registro del Pleistoceno superior.

Referencia:  Monge J, Kricun M, Radovcˇic´ J, Radovcˇic´ D, Mann A, et al. (2013). “Fibrous Dysplasia in a 120,000+ Year Old Neandertal from Krapina, Croatia”. PLoS ONE 8(6).
                            

miércoles, 5 de junio de 2013

LOS UROS

A sólo 6 kms de la ciudad de Puno en el altiplano peruano se asienta la comunidad étnica de los Uros, en el lago Titicaca a 3.810 m.s.n.m.
El lago Titicaca es uno de los más grandes del planeta y además es el más alto donde se puede navegar, es abastecido por ocho ríos y es compartido con Bolivia.  En los  alrededores  del lago se asientan, en unas cuarenta islas artificiales flotantes, las familias de los Uros (o lo que queda de ellas, ya que, poco a poco han ido mezclándose con los quechuas y con los aymaras), cuyo nombre significa “los hijos del amanecer”, con unos modos de vida muy peculiares. Ellos se autodenominan “hombres lacustres”, su habita está en estas islas flotantes fabricadas con juncos acuáticos llamadas aquí totoras.


La totora (Scirpus californicus) es la planta principal del lago Titicaca, es un vegetal herbáceo perenne cuyo tallo viene a medir de uno a tres metros, flota en el agua y ofrece firmeza para no hundirse. Es una planta muy tornadiza ya que tiene múltiples usos, sirve tanto para la construcción de las casas como de las balsas, para desplazarse por el lago y también como base alimenticia, se puede hacer té y es un buen medicamento tanto sus hojas como la flor, y muy rica en yodo para prevenir enfermedades como el bocio y como combustible. Creo que no ha habido una planta a la que se le haya sacado tanto provecho.


El origen de esta cultura es anterior a los Incas pero dependiendo de las fuentes que consultemos los estudios varían bastante unos de otros, así como, los calificativos displicentes que algunos autores le otorgan a estos indígenas, pero cuando pasas por sus poblados te das cuenta que a pesar de esa precaria economía a la que se ven sometido; son comunidades sedentarias donde existe una relación entre la población y su entorno, se modela no desde un


principio económico de acumulación de bienes sino desde la afirmación de la renovación ecológica, como modo de sustentación económica. Al vivir en islas flotantes no se puede dar por sentado el emplazamiento ni la superficie que habitan, sino que, cada cierto tiempo se va renovando, hay unos ciclos naturales de existencia, en este caso lo marca la totora, que si no se cuida desparece. Pero a su vez existe una simbiosis entre los Uros y el agua, ésta es la que les faculta esta constancia que les permite asentarse aquí durante siglos.


Los nativos han sabido subsistir con los recursos que le ofrece su entorno basado principalmente en la pesca que le ofrece el lago (pejerrey, la trucha, carachi), la cual hacen de 


forma artesanal y cuyas piezas secan al sol una vez limpias, convirtiéndose en moneda de cambio con la que adquieren otros alimentos. En menor medida suelen cazar aves, que normalmente se crían en el lago como patos, actualmente han introducido la cría de gallinas.


Las mujeres se suelen dedicar a la elaboración de tejidos de tapices de lana que le da a las islas y a sus vestimentas un aspecto multicolor y son buenas conocedoras de las técnicas de conservación de los alimentos para los tiempos de carencia.

 
Como todo cultura indígena tienen sus creencias en la existencia de hechiceros o brujos, en adivinos y sobre todo y el más extendido el pago a la santa tierra “Pacha mama” (madre de toda la existencia).


Pero estos modos de vida basada en la pesca practicado durante siglos, en menos de una década, se han venido abajo, todo el origen mítico que encerraba estas comunidades ancestrales son sólo un escaparate cara al turismo, la estructura social que equilibraba esta cultura con su lago ha cambiado, así como, su economía; este cambio ha supuesto una catarsis de los modos de vida de los Uros, y por otro lado, sin embargo un resurgir de su economía.