jueves, 30 de abril de 2020

EL DOLMEN DE MAGACELA (BADAJOZ)

Magacela es una pequeña población de la comarca de La Serena, que se encuentra situada en una ladera escarpada de la sierra, que le da nombre, y al resguardo de su castillo medieval. Su pequeñez la engrandece con un importante registro histórico, que va desde la prehistoria hasta la edad medieval, por eso, fue declarada Bien de Interés Cultural, por su riqueza arqueológica y su arquitectura urbana de épocas pasadas.
Su situación es muy estratégica, ya que, se encuentra en la misma red de caminos del yacimiento de Cancho Roano (Zalamea de la Serena), de época tartésica, s. VI d. C y el edificio protohistórico de La Mata (Campanario) y del dolmen de Sierra Gorda (Valle de La Serena).
El dolmen de Magacela o dolmen de la cerca de Marzo, actualmente, está compuesto de 12 ortostatos que configuran la cámara circular, destacando y alzándose los dos monolitos que nos indican la puerta de entrada, tratándose de un dolmen de corredor.
De éste conjunto funerario no se ha conservado ningún tipo de registro, sólo se cuenta con la información que nos dejó José Ramón Mélida, que visitó el lugar en 1908, y decía que se componía de una serie de bloques alineados por el cual se daba acceso a la entrada principal.
Sin embargo, ya en 1950, estos ortostatos habían desparecido. En los escritos de E. Jiménez ya no existían, parece ser, que el dolmen fue saqueado y sus bloques reutilizados.
En 1985, Primitiva Bueno y F. Piñon realizaron un estudio del sepulcro y lo relacionaban con el de Granja de Toniñuelo (Jerez de los Caballeros-Badajoz) y con el de Azután, en Toledo.
Los ortostatos de granito, que aún se conservan, presentan en su parte interna una serie de simbolismo relacionado con los astros, y en su parte externa diferentes cazoletas y motivos ramiformes relacionados con el mundo funerario.
Estos emplazamientos que corresponde con culturas del III o II milenio a. C, nos determinan unos asentamientos neolíticos y calcolíticos, reflejo de comunidades que desarrollaban un modelo de ocupaciones basadas en la agricultura y ganadería. En estos milenios se puede hablar de un proceso de consolidación de sociedades tribales, que ya comparten un trabajo colectivo.
La organización territorial, de estos poblados, refleja el paso de asentamientos de tipo aldeano, dónde predominan fenómenos de la igualdad colectiva tribal, hacia la transición de la nuclearización de los poblados, que nos marcan el tránsito de las sociedades clasistas iniciales.
En todo éste amplio territorio social, que se complementa con conjuntos dolménicos, como el del Campillo I y II, El Revellado I y II, Marzoco, Granja de Toniñuelo…toda una serie de asentamientos nucleares que tiene una evidente relación con los grandes poblados como La Mata y Cancho Roano, se articula así, como un modelo socioeconómico de estados primitivos como centro de producción, redistribución y consumo.


Referencias:

-J. R Mélida Alinari (1914): “Arquitectura dolménica ibérica. Dólmenes en la provincia de Badajoz”. Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Madrid.

-F. Jiménez, J. R Fernández y E. Rodríguez (1950): “Arqueología de Magacela”. Revista de Estudios extremeños. Badajoz.

-P. Bueno Ramírez et al., 1998: “Dólmenes en la cuenca del Tajo: Restauración y consolidación de megalíticos en Alcántara (Cáceres).” Trabajos de Prehistoria, Vol. 55. Madrid.



Vista del pueblo y de su fortaleza

Vista de Magacela desde el yacimiento de La Mata










Planta realizada por J. R. Mélida cuando visitó el dolmen.


martes, 7 de abril de 2020

LAS PRIMERAS EVIDENCIAS DE CÓMO LOS ASNOS FUERON ELEGIDOS PARA JUGAR AL POLO.


Hace unas semanas la revista Antiquity publicaba un artículo, que más que insólito, lo podemos catalogar como peculiar o muy novedoso, por la presencia de la mujer en la práctica del polo y su competición con asnos.
El juego de polo tiene sus orígenes en Persia, en el s. VI a. C, si bien hay teorías que lo relacionan en las estepas del Tibet, pero esto puede cambiar cuando se terminen los estudios de las tumbas Yangha (China), donde un grupo de arqueólogos han recuperado tres pelotas de cuero y ocho palos de polo. 
Las primeras dataciones nos indican una antigüedad de 2400-2800 años, por lo que, sí estos números se confirman serían las primeras evidencias de éste deporte.
Pero hoy nos vamos a centrar en la tumba de Cui Shi, se trata de una mujer de la nobleza, que murió en el año 817 d. C, y fue enterrada en Xi´an (China), la entonces capital de la dinastía Tang, más que nada, porque resulta deslumbrante la libertad que tenía la mujer en la cultura asiática que no tiene paralelos en el mundo, para estas fechas.
La dinastía Tang fue una época de esplendor en muchos campos, estuvo en el gobierno desde el año 618 hasta el 907, y el polo adquirió un gran éxito y proliferó mucho entre la familia de la realeza y las clases más elitistas, en un principio era una forma de entrenamiento para la guardia real y las unidades de caballería de elite. Pero fue tal el dominio que adquirió que el Emperador se valió de éste juego para elegir a sus generales. 
De ésta forma el marido de Cui Shi adquirió el rango de general, por ganar un partido.
Investigadores de China y Estados Unidos encontraron restos óseos de burro (Equus asinus), en la tumba de Cui, y a través de los análisis del ADN mitocondrial se determinó que tres de los animales, allí enterrados eran asnos, y por el análisis de Isótopos revelaron que los alimentaban con grandes cantidades de plantas, que habían sido cultivadas.
Las mujeres de la nobleza en su vida cotidiana, practicaban el deporte de polo. Pero en China se consideraba un deporte peligroso por la altura y robustez de los caballos, de hecho un Emperador murió practicando éste. 
Sin embargo, los burros son animales más dóciles e inteligentes, además de ser más pequeños y es menos factible que tiré al suelo a su jinete, por eso fue una buena alternativa la utilización de los burros y muchos nobles prefirieron utilizarlos. Tanto los hombres como las mujeres, se sentían más seguros cabalgando a lomos de un asno.
El yacimiento fue excavado en 2012, y ha revelado a pesar de varios saqueos, que se trata de una tumba, en la que se encontraron además de los restos óseos, varios objetos de ritos funerarios, entre los que se encontraba una lápida con un epitafio referido a la noble Cui Shi. Ella era tan aficionada a éste deporte que hizo que la enterraran con sus animales. 
Es un caso único, hasta la fecha, de ofrendas de asnos en los enterramientos, sobre todo en la zona asiática.
A raíz de esta investigación, se determina de forma empírica que los asnos fueron utilizados para jugar al polo en la China Imperial. Según los datos biométricos se ha determinado que estos animales no habían sido utilizados para el transporte, ni evidentemente para la carga, eran bastantes pequeños. 
También, por la relación que tenían estos animales en la vida de las mujeres de cierto estatus social. Y, asimismo, queda demostrado que los rucios no sólo sirvieron como animales de carga, y transporte porque  son recios y resistentes, sino cómo animales que servían como entretenimiento y disfrutaban de cierto prestigio en la sociedad China.

Referencia:

-Songmei Hul, Yaowu Hu, Junkai Yang, Miaomiao Yang, Pianpian Wei, Yemao Hou y Fiona B. Marshall, 2020: “From pack animals to polo: donkeys from the inth-century Tang tomb o fan elite lady in Xi´an, China”. Antiquitty, 2020 pp 1-18.



Palo y pelotas encontradas en el yacimiento de Yangha (China), con una antigüedad de 2.400 años.



Tumba de Cui Shi  dónde aparecieron restos óseos de asnos. Foto: Antiquitty

Diferentes vistas del cráneo de asno. Foto: Antiquitty