lunes, 8 de julio de 2013

ZOOARQUEOLOGÍA1: Su origen

En un yacimiento arqueológico encontramos multitud de información, derivada tanto de la cultura material como del contexto en que se desarrolla; uno de los estudios que más han proliferado y se han desarrollado en los últimos años  ha sido la incorporación de las labores relacionadas con el análisis de los restos óseos de fauna.
La disciplina que se dedica al estudio de los fósiles óseos recuperados en yacimientos arqueológicos es la zooarqueología o arqueozoología.  Ambos términos significan prácticamente lo mismo, así, en los países anglosajones se le conoce como zooarqueología (Shipman, Grayson..), sin embargo en investigaciones europeas se estudia como arqueozoología (Reitz y Wing) y en ámbito norteamericano se aplica el término osteoarqueología y etnozoología (Olsen y Olsen). 
Pero ¿qué es lo que diferencia la zooarqueología de la paleontología?, si las dos estudian restos de animales, podemos decir, a groso modo, que la paleontología se dedica al estudio de los seres vivos del pasado geológico; mientras que la zooarqueología es el estudio de las interacciones del pasado entre los humanos y los animales provenientes de los contextos arqueológicos.


Los materiales que estudia esta disciplina abarca desde los huesos de los mamíferos que suelen ser los más abundantes, hasta los de aves, anfibios, reptiles peces y conchas de moluscos que se suelen conservar en muy buen estado.
Hoy día, la arqueozoología en España, está bastante extendida por toda la comunidad científica, pero hasta hace poco, esta disciplina no formaba parte de la actividad arqueológica y ha tenido que irse abriendo paso, poco a poco, dependiendo de las universidades que iban formando arqueólog@s especializados en esta materia, ante la evidencia en los registros arqueológicos de la importancia que tiene la información contextual ósea para la interpretación del yacimiento y  la correlación entre el comportamiento de las sociedades humanas y el medio ambiente.
Pero esta pretensión por el estudio de los restos óseos, por parte de algún@s investigadores, se viene gestando desde el s. XIX, uno de los primeros autores fue el zoólogo inglés Lubbock, en 1865, en su obra “Prehistoric time, as illustated by ancient remains and The manners and custorns of moderm savages”, también, le siguieron Wyman, Morlot, Lartet, Mortillet.. que usaron el término zooarchaeologist para referirse al estudio de las faunas del pasado.


Pero verdaderamente quienes utilizaron y difundieron el término, en el campo de la arqueología, fueron los trabajos de Behrensmeyer, Western, Binford, Shipman, Gayson, Bonnischsen, de Estados Unidos, que se dedican a investigar los restos faunísticos hallados en contextos arqueológicos, y se iniciaría así, la corriente de la Nueva Arqueología (1965-1975), e incorporarían la arqueología experimental y etnográfica, para explicar el desarrollo cultural.
Toda investigación posee una serie de registros, uno de ellos, son los restos de animales ¿pero qué información podemos obtener de los restos óseos encontrados en un yacimiento? Estos son muchos y variados, podemos destacar la identificación taxonómica representada, en un conjunto faunístico, cuantificación del número de individuos, determinación de la edad, sexo y las partes esqueléticas implicadas, conocimiento de la fauna que se relaciona con las sociedades nómadas y sedentarias, técnicas de aprovisionamiento animal y su explotación, comportamientos subsistenciales, las estrategias de adquisición,  el tratamiento y procesamiento de los animales muertos, la utilización del animal como materia prima o alimento, estudio de las migraciones, estudio de la cadena operativa en la industria del hueso. Otros campos de estudio son también la reconstrucción del paleoambiente, paleoclima,  los nichos ecológicos, la estacionalidad…

 
                           

Para obtener toda esta información, la zooarqueología, se vale de una serie de técnicas como la tafonomía, que ya le dedicaré otro post, el análisis de laboratorio con colecciones de referencia, técnica de comparación etnoarqueológica, técnicas microscópicas, técnicas experimentales, análisis de patrones de representación, análisis genéticos…
 Una vez que se ha realizado el análisis metodológico, con todos los datos obtenidos, se extraen las conclusiones acerca del uso que las sociedades humanas del pasado dieron a los animales, presentes en el yacimiento, así como, de su desarrollo y devenir histórico que pueda extraerse de ellos.