miércoles, 20 de abril de 2016

MARY ANNING: Un pilar fundamental de la Paleontología.



La vida de Mary Anning la podemos definir cómo cautivadora, pero a la vez desgarradora, por la cantidad de injusticias que tuvo que soportar de la comunidad científica de su época; basadas principalmente en dos estigmas: uno era el de ser mujer y otro pertenecer a una clase social baja o trabajadora.
Nació en el año 1799, en el seno de una familia muy humilde, su padre se dedicaba a la ebanistería y sus ratos libres los dedicaba a buscar fósiles para venderlos en el sur de Inglaterra a los turistas. Con 11 años se quedó huérfana de padre y decidió que se dedicaría a buscar fósiles como medio de subsistencia, junto a su hermano Joseph.
Para comprender las vicisitudes por las que paso esta mujer, tenemos que trasladarnos a la situación social del momento, en que murió su padre. En Gran Bretaña imperaba la teoría creacionista, es decir, la religión era la que marcaba las directrices de la vida. La Biblia era el único texto que se utilizaba para interpretar cualquier acontecimiento que surgiese en el entorno. Pero ya se iban alzando voces en favor a una teoría evolutiva, presentada por Lamarck. También, surgen los planteamientos de R. Owen sobre la presencia de dinosaurios en la tierra. Hay que decir que, los dinosaurios estuvieron presentes en la tierra durante más de 150 millones de años y los podemos agrupar en diferentes categorías, tamaños, etc, es decir, su diversidad era formidable, pero hasta el siglo XIX no se había encontrado restos de fósiles de estos animales.
La presencia de estos restos fósiles se la debemos a la búsqueda incansable de Anning, que vino a dilucidar las hipótesis planteadas por algunos científicos. También hay que destacar los trabajos llevados a cabo por el anatomista Gorges Cuvier, que fue el primero en fijar el término “extinto”.
Mary Anning vivía en Lyme Regis (sur de Gran Bretaña) ajena a todos estos acontecimientos que iban surgiendo en el mundo de la ciencia, ella sólo deseaba buscar fósiles, en su zona era conocida como “la buscadora de fósiles”. Solía salir después de los días de lluvia y cuando la pleamar bajaba para adentrase en los acantilados, que debido a los golpes de las olas contra las rocas jurásicas, estos fósiles se desprendían y caían. En un principio, Annig sólo encontraba animales pequeños y piezas sueltas, hasta 1820, que se encontró su primer esqueleto de Plesiosaurio; también encontró el primer esqueleto completo de Ictiosaurio, hasta entonces desconocido, y Dapedium politum, un pez que vivió durante el Triásico y Jurásico.  Annig sólo gozaba de una preparación de educación básica que le sirvió para poderse comunicar con los estudiosos de la Geología de la época, como eran G. Cuvier, William Buckland y Herry de la Beche.
Todo lo que Mary Annig aprendió fue de forma autodidacta, sus inquietudes y falta de medios le impulsaba día a día a superarse, así, consiguió aprender francés para poder leer los artículos de Cuvier o bien hacía disecciones con animales, para poder conocer su anatomía, y poco a poco se convirtió en una excelente anatomista e ilustradora de los fósiles que encontraba, fue conocida en todo el mundo.
Sus descubrimientos llegaban a todas partes, el coleccionista de fósiles, Thomas Bierch, viajó hasta Regis para visitarla y ver sus hallazgos; y descubrió la precaria situación económica en que vivían, les quiso ayudar organizando una subasta de fósiles, para la comunidad de coleccionistas, que imperaba en la época. Así, Anning pudo abrir una tienda y vender sus fósiles.
Con el correr del tiempo, Anning fue ganándose el respeto de la comunidad científica y llegó a tener un conocimiento más avanzado que muchos de ellos, pero sin embargo, nunca le otorgaron su nombre a ninguno de los fósiles que ella encontró, a pesar de que la mayoría de ellos, se encuentran en museos y colecciones privadas.
En vida, nunca recibió nada de la Sociedad Geológica de Londres a pesar de su gran contribución al conocimiento de la ciencia.
Cuando murió su madre, tuvo que vivir sola y enfermó muy joven de cáncer de mama y debido a la cantidad de fármacos que tomaba, le atribuyeron que era alcohólica. Murió con sólo 47 años.
Al morir, científicos y coleccionistas borraron su nombre de los libros que avalaban que era la autora de tales hallazgos y se acreditaron su autoría.
Anning nunca entendió este comportamiento tan fatuo de sus compañeros. Aunque siempre fue consciente de que fue utilizada y esgrimida por la comunidad científica.

Destacar de Mary Annig, que sus descubrimientos fueron esenciales para la reconstrucción de la Historia de los seres vivos y fue una de las fundadoras de la ciencia geológica y de la especialidad moderna, que hoy conocemos como Paleontología. Su aportación al conocimiento de esta disciplina científica fue excepcional; y sirvió de cimiento para lo que, posteriormente, sería la teoría de  la extinción de las especies y, sobre todo, para la teoría de la evolución por selección natural.






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