lunes, 22 de octubre de 2018

TREPANACIÓN EN UNA VACA DURANTE LA PREHISTORIA.


El asentamiento neolítico de Champ-Durand, situado en la región de la Vendée (Francia), ha sido interpretado como una localidad fortificada con tres series de zanjas y se describió como un importante centro de comercio regional especializado en la producción y el comercio de la sal y el ganado, principalmente el vacuno, que representa el 54% de la fauna allí recuperada. En las excavaciones llevadas a cabo entre 1975-1985, en las diferentes zanjas, permitieron recuperar importantes cantidades de restos de fauna doméstica como vacas, cerdos, ovejas y cabras, que eran la principal fuente de su alimentación.
Entre los restos de bóvidos recuperados se encontraba la cabeza de una vaca que presentaba un agujero en el lóbulo frontal derecho que, en un principio, fue interpretado por los arqueólogos como el resto de una cornada producida por otro animal. Gracias a una nueva revisión del material para la publicación de una monografía, sobre el yacimiento, y al revisar la documentación, los directores de la excavación le pidieron a los investigadores del CNRS francés, un estudio tafonómico más pormenorizado.
Este nuevo estudio, ha dado luz una nueva interpretación, parece ser que se trata de una trepanación (perforación del cráneo con un instrumento), que se le realizó a la vaca con intenciones prácticas, para luego poderlas realizar a los humanos.
Este tipo de agujeros puede tener varias interpretaciones, puede ser una perforación causada por otro animal, como en un principio se pensó, pero si hubiese sido así el hueso estaría astillado y la perforación hubiese sido diferente. También podía haber sido causada por una enfermedad infecciosa pero no se han encontrado patologías en los restos de huesos de la vaca. Otra posibilidad, es haber sido mordida por los carnívoros, en el proceso post mortem, pero no se muestra los patrones típicos causados por carnívoros.
Sin embargo, la cirugía craneal parece ser la explicación más evidente, porque hay numerosas marcas de corte de diferentes direcciones e intencionalidad, lo que sugiere un raspado deliberado del hueso. Las marcas vistas a microscopio son las mismas que se ven en los cráneos humanos que han sido sometidos a una trepanación. Además hay evidencias, según los estudios radiológicos, que confirman la ausencia de procesos de curación en el tejido óseo alrededor del agujero, lo que significa que el animal no sobrevivió al procedimiento “quirúrgico” o hay que pensar que el animal ya estaba muerto, en ese caso fue utilizado para realizar prácticas para mejorar su técnica y así experimentar con él.
Los investigadores ahora se plantean una serie de hipótesis como: si la trepanación evidencia la intención de sanar al animal, si podría tener algún significado ritual o si incluso podría ser un ejercicio práctico de cara a practicar la cirugía humana, por lo que nos encontramos con el primer caso conocido de experimentación animal y por otro lado sería la primera evidencia de prácticas de cirugía veterinaria en el cráneo de un animal.

Referencia:
- Ramirez Rozzi, F y Froment A., 2018. Earliert animal craneal surgery: from cow to man in the neolithic. Scientific Reports nº 8. Article number 5536.

Vista externa e interna del cráneo de vaca que muestra el orificio en el hueso frontal derecho. Foto: Fernando Ramírez

Cirugía craneal en vacas (fotos a-c) en comparación con dos cráneos humanos del período neolítico en Francia (fotos d-e). La cirugía en el cráneo de vaca no parece ser diferente a la cirugía craneal practicada en cráneos humanos. La mayoría de las marcas de corte aparecen en grupos que se cruzan entre ellas y están orientadas oblicuamente al borde de la perfección. Las marcas de corte larga paralelas producidas por una sola herramienta en un gesto único se pueden ver en vacas como en humanos- Foto de Fermando Ramirez.

La imagen SEM del detalle de la trepanación en un cráneo humano (foto f) permite distinguir las marcas de corte paralelas, múltiples, largas y rectas. En el cráneo de la vaca (foto g) aparecen marcas de corte con un aspecto típico: rectas, múltiples paralelas, en forma de V y con micro-estriaciones a lo largo de la ranura. La orientación, el aspecto y la traza de las marcas de corte revelan los mismos gestos en el cráneo analizado, lo que sugiere que la técnica utilizada  en el cráneo de la vaca fue la misma que la utilizada en el cráneo humano.


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