lunes, 4 de diciembre de 2017

LA CAZA DEL CIERVO EN LA PREHISTORIA (I)

La caza fue, quizás, una de las primeras actividades que realizaron  los grupos humanos. Para comprender este trabajo, en la Prehistoria, y su evolución en un medio natural, hay que tener en cuenta una serie de factores y hechos, el más importante es que la fauna de una determinada zona cambia en el transcurso del tiempo. Como resultado de las oscilaciones climáticas, surgen nuevas especies y a su vez se extinguen otras. 
Esta especie está presente durante la biozona Mp 19, debido a las fluctuaciones climáticas producidas durante esta etapa. La fauna de gran tamaño sufrirá una serie de cambios morfológicos y métricos, como es el caso del ciervo, dentro de este periodo nos encontramos con el Megaloceros, que es un mamífero que pertenece a la familia de los cérvidos; su característica es que era de gran tamaño, sus dimensiones alcanzaban los dos metros de alto y su cornamenta media hasta los 3,65m de extremo a extremo.  Se trata de un género de cérvido extinguido, que se desarrolla durante el Plioceno al Pleistoceno y se extinguió, aproximadamente, hace unos 10.000 años. Los últimos registros de ciervo gigante, Megoloceros matritensis, se han localizado en las terrazas del río Manzanares, en el sur de Madrid, hace 300.000 y 400.000 años, sus restos estaban asociados a industria achelense y musteriense; y formaba parte de la dieta de los preneandertales.
En general, en la península están presente tres especies de ciervo el Megoloceros novocarthaginiensis, M. savini y M. matritensis. El M. novocarthaginiensis vivió durante el pleistoceno temprano (780.000 años) y se ha encontrado en los registros de cueva Victoria (Cartagena-Murcia).
En la Península, a parte de la Cueva Victoria (Cartagena-Murcia), también están presentes en los yacimientos de Preresa (Getafe) y en la Cova del Rinoceront (Castelldefels-Barcelona), en niveles de hace 90.000 años, en la cueva de Bolomor (Tabernes de Valldigna-Valencia), en Jou Puerta (Asturias), en las cuevas de Amalda y Labeko Koba (Guipúzcoa), como vemos, están presentes en la zona norte, este y sur.
Durante la biozona Mp 19 se produce la renovación de los Megaceros de grandes cornamentas, que dará paso al Cervus elaphus, durante el Paleolítico Medio. Y durante la biozona Mp 20 se produce un restablecimiento de la fauna mediterránea llevada a cabo por la biocenosis de determinadas especies, como el Equus caballus, Mammuthus primigenius y el Cervus elaphus; por un cambio regenerativo de la vegetación arbórea, producido por un gran cambio climático. 
Algunas plantas desaparecen y  aparecen una renovación de algunas de ellas, que venían con poco contenido en minerales. Estos minerales son necesarios para la dieta de los cérvidos, tanto para sus huesos como para sus astas, luego un déficit en la aportación de estos minerales significa la presencia de animales débiles, que llevarían a su próxima extinción. Se pasa, así, a un registro más homogéneo de especies mediterráneas como los équidos, bóvidos, cérvidos y cápridos que perdurarán hasta la llegada del Holoceno.
El Cervus elaphus de la península, pertenece a una de las cuarenta especies de la familia de los cérvidos que hoy existen en el mundo. De todas estas especies de cérvidos, hay tres especies que han sobrevivido a lo largo de todo el Holoceno, como son: el ciervo (Cervus elaphus), el corzo (Capreolus capreolus), y el gamo (Dama dama). 
En la Península habitan dos especies, que se pueden considerar autóctonas, como son el Cervus elaphus hispánicus y el Cervus elaphus boliva, más robusto y de cuernas más ramificadas, encontrándose estas en las sierras del sur, como sierra Morena y Extremadura.
Recientes trabajos de investigación, entre las Universidades de Córdoba y de Navarra, basados en los análisis de ADN, han observado diferencias genéticas entre los ciervos que pueblan los montes  españoles con los de otras partes de Europa, y han ratificado la existencia de dos linajes diferentes dentro de la subespecie ibérica. Se ha determinado que estas dos poblaciones locales se diferenciaron durante la última era glacial, por lo que tienen una antigüedad de al menos 12.000 años. A partir de este estudio los investigadores han podido identificar no sólo estos dos grupos locales diferenciados, sino establecer qué zonas ocupan y desde cuándo.  
Así tenemos que estos ciervos pueblan la Península Ibérica desde la última glaciación. El sur de Europa, se convirtió en un refugio para este mamífero, por eso al establecerse en una zona mucho más cálida que la centroeuropea, esta especie reduce su talla, no quiere decir que sea antinatural, sino que es sabido que una misma especie reduce tanto más su talla cuanto más cálidas sean las condiciones de su hábitat….
En el próximo post hablaré de los aspectos generales cinéticos, dinámica poblacional, etiología y biodiversidad del ciervo para llegar a entender su caza…


Referencias:

- Made, J.van der., 2014: “The latest Early pleistocene giant deer megaloceros novocartaginiensis n.sp. And the fallow deer Dama cf. vallonnetensis from Cueva Victoria (Murcia,Spain)2. Mastia, 2012 - 2014.
- Carranza, J; Salinas, M; Andrés, D; y Pérez-González, J., 2014: “Iberian red deer: paraphyletic nature and mtDNA but nuclear markers support its genetic identity”. Ecology and Evolution.

- Cáceres Sánchez, I., 2003: La transición de las sociedades cazadores-recolectoras a pastoras-agricultoras en el mediodía peninsular a través de los restos óseos. Modos de vida y de trabajo de las sociedades cazadoras y productoras. BAR. International. Series 1194. Oxford. Londres.



Ilustración del Megaloceros o ciervo gigante de Diego Álvarez





2 comentarios:

  1. quizas podeis poner mas informacion ( como la Wikipedia ) pero tampoco os digo que tengaiais poca espero que me entiendas

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