domingo, 18 de marzo de 2018

MUSEO ARQUEOLÓGICO PROVINCIAL DE BADAJOZ





En la Plaza Alta de Badajoz, se encuentra el recinto de la Alcazaba Árabe y dentro de éste se localiza el Palacio de los Duques de Feria, mandado construir a finales del siglo XIV y, que posteriormente, paso a manos de los Duques de la Roca. Es un edificio renacentista, que ha sufrido varias restauraciones y ha conservado su preciada torre de Espantaperros. En el interior sobresale un claustro de estilo mudéjar.
El edificio consta de dos plantas, desde el vestíbulo se accede a un patio mudéjar que ha sido reconstruido en el s. XX, lo primero que visitamos son los mosaicos policromados del s. IV que decoraba el suelo de la villa romana de Pesqueo (Pueblonuevo del Guadiana), que representa el mito de Orfeo. También se exponen figuras de mármol romanas, como una escultura femenina, un pedestal y togados que conservan aún pinturas en la vestimenta.
Se pasa a la sala de arriba donde se encuentran los hallazgos de Prehistoria, secuenciados en orden cronológico, prosiguiendo así la evolución de las culturas asentadas en el territorio de todo lo que configura el actual valle medio del Guadiana. Así, cuenta con una excelente colección de tecnología lítica del Paleolítico Inferior y Medio. Además se muestran ofrendas presentes en los enterramientos, útiles de trabajo y domésticos, armas y representaciones de la divinidad en forma de ídolos. Estos ídolos realizados bien en hueso o placas de pizarra, tienen un marcado carácter  ceremonial, están decorados con motivos geométricos, que representarían los rasgos más característicos de una divinidad.
En la sala de Protohistoria destacan los influjos culturales del mediterráneo oriental, a través de los objetos que llegan al valle medio del Guadiana en el s. VIII a.C, a través de las redes comerciales griegas y fenicias. También, se halla la colección proveniente del palacio de Cancho Roano (Zalamea de la Serena), con objetos de lujo como pendientes de oro y otros vinculados con el mundo del caballo y el consumo del vino. Surge así una poderosa aristocracia local que controla el comercio, el acceso a las materias primas e importaciones con Etruria, Grecia y costa Fenicia. Además de estas piezas, hay una que es muy emblemática, se trata de la Copa Calada del asentamiento céltico del Castrejón de Capote (Higuera la Real).
Uno de los espacios más interesante del edificio es la galería de la parte superior, que alberga la mayor colección de estelas de guerreros existente en la Península Ibérica, en concreto la colección consta de 25 estelas, 19 de ellas están expuestas en el interior del claustro y el resto distribuidos dentro del museo. Estas estelas de guerreros son losas irregulares de piedra con motivos grabados en una de sus aras que representan a un personaje perteneciente a una élite social, provisto de diversos objetos como lanzas, escudos… Para algunos autores, tienen la función de señalizadores de tumbas o marcadores del territorio. Su cronología abarca desde el s. VIII - VI a. de C.
En la entreplanta se expone el mundo romano, sólo se exponen algunas piezas de algunos asentamientos romanos de la zona, porque el grosor de la época se encuentra en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida. Pero lo expuesto es interesante porque muestra aspectos de la vida romana, cómo su economía, minería, agricultura, creencias…
En la planta baja, se disponen espacios dedicados  al período tardorromano y comienzos del cristianismo. Cuenta con una rica exposición de la arquitectura decorativa de la época visigoda (s. VI-VII), de la época islámica en Badajoz (s. IX-XIII) y de la Baja Edad Media cristiana (s. XIII-XVI).
Sin lugar a dudas es un museo que hay que visitar, si pasamos por la capital pacense, para poder admirar la excelente colección de estelas y sobre todo para los estudiosos de la cultura  de Tartesos.
 
Patio múdejar 

Mosaico romano con escenas figuradas y motivos geométrico y vegetales.



Ïdolos realizados en huesos de animales

Utiles de hueso.



Caballo de bronce preveniente del yacimiento de Cancho Roano.

Caldero del yacimiento de Cancho Roano.

En la zona de Castuera se han encontrado evidencias de diversas explotaciones mineras tanto a cielo abierto como en galería. Esta actividad minera comienza al menos en el s. I a. C, se extraía plomo, plata e hierro.


Copa calada o quemador de la Edad del Hierro del yacimiento de Capote. Tiene el cuerpo decorado con triángulos y romboides calados. Se interpreta como un objeto ritual en un santuario.

Estela de arenisca, proveniente de El Corchito de Cabeza del Buey, representa una figura humana, con cabeza, tronco rectangular, los brazos hacia abajo y las manos con los dedos individualizados; las pierna s están abiertas con los pies hacia la derecha con una espada con la empuñadura marcada colocada en la cintura. En la parte superior un escudo compuesto de tres círculos concéntricos.

Estela de cuarcita procedente de La Pimienta de Capilla. Representa a dos guerreros. Uno de los guerreros lleva un arco con una flecha y junto a su cabeza se sitúa un carcaj con cinto para colgarlo al hombro. Al lado se representa un escudo dibujado con tres círculos concéntricos, escotadura y manilla en el centro.


Estela de cuarcita proveniente de La Yuntilla Alta en Cabeza del Buey, representa a un guerrero, una lanza, escudo y un carro de forma elíptica, dos ruedas y dos asideros pero son animales.



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