miércoles, 16 de noviembre de 2022

LAS HUELLAS FÓSILES MÁS ANTIGUAS


Pensar que después de 3,6 millones de años podamos ver las primeras icnias (pisadas fósiles) humanas y de animales parece algo inverosímil. Este tipo de investigaciones, aunque no lo parezcan, no son nada recientes. En 1976 fueron descubiertas, en Laetoli, por el equipo de Mary Leakey, y nos reflejaban los pies de tres individuos Australopithecus afarensis, que caminaban erguidos.

Hoy nos vamos a centrar, en las primeras huellas de pisadas encontradas, en la zona del continente europeo. La aparición de las huellas de los homínidos, digamos que, no han despertado mucho interés en el campo de la Paleoantropología, debido a la escasez de hallazgos, y por la falta de datos en comparación con los registros fósiles de huesos. Hoy día, el número de hallazgos ha crecido y se le está prestando una gran atención por la información que nos aporta, en cuento a aspecto biométricos, morfométricos, referente al tamaño y composición de los grupos humanos y los desplazamientos de la fauna.

El primer estudio que se ha llevado a cabo en la Península Ibérica referentes a las pisadas dejadas por los primeros homínidos la tenemos en Gibraltar, en el año 2019, aparecieron en las dunas móviles situadas en el área de Catalán Bay. En la cantera debido a los trabajos realizados, de la explotación del sedimento arenoso, que han dejado expuesta la estructura interna de las dunas del pleistoceno, y donde se acumulan unos depósitos eólicos. Éstos llenan las cuevas marinas y cubren las laderas que forman rampas de arenas colmatadas y débilmente cementadas, lo que hace que el registro se conserve en óptimas condiciones.

Después de unos años, se produjeron una serie de derrumbamientos de forma natural de la arena, con la consigueinte aparición de más material. Las huellas corresponden a cinco morfotipos de pisadas de mamíferos como el ciervo, íbice, uro, leopardo, elefante y la de un humano joven, posiblemente un neandertal, que han sido reconocidas en secciones transversales. Las dataciones se realizaron por luminiscencia ópticamente estimulada (OSL), con una fecha de 29.000 años. Estos hallazgos representan el primer registro paleoicnológico en los sedimentos eólicos de Gibraltar. La datación de las huellas situada en el MIS 2, corresponde con el tránsito del paleolítico medio al superior y coincidirían con los registros fósiles hallados en Gorham’s cave y Vanguard cave, menos el Elephas antiquus que sólo ha sido identificado en un solo lugar del Peñón y está asociado a registros del último ciclo glacial.

Poco tiempo después, en 2020, un equipo de investigación encabezado por Fernando Muñiz y Carlos Neto localizó una superficie del pleistoceno superior atestada de huellas y rastros, que han quedado expuestas en la base del acantilado de “El Asperillo” (que tiene una altitud de 20-22 m y una longitud de 35 km, y situado en el Parque Nacional de Doñana, Matalascañas, Huelva), como consecuencia del temporal. Se trata de una superficie pisoteada y está relacionada con áreas encharcadas de aguas poco profundas en una posición interdunar, muy similar a las que se producen hoy día en el Coto de Doñana.

 Esta superficie pisoteada registra huellas de animales como Bos primigenius, Cervus elaphus, Sus scrofa, Pelaeoxodon antiquus, Canis lupus y aves acuáticas (anatidae, charadriiformes). Para estos investigadores la mayoría de las huellas representan a una megafauna típica de estos periodos, que vivía en esta zona, como eran los uros de gran tamaño, así como los elefantes de colmillos rectos, y la especie de jabalí Suidichnus galani, qué es, tres veces mayor que el actual cerdo y posible descendiente de éste; y también leones y leopardos. Este lugar sería un lugar de caza, donde los grupos humanos encontraban en los grandes vertebrados, como elefantes una presa fácil, pues se trataban de hembras parturientas y sus crías.

Las huellas se encontraron bajo una capa de dunas fosilizadas, con una datación de 106Ka, mediante termoluminiscencia (OSL), y corresponde a la etapa primaria MIS-5 o último interglacial. Los grupos humanos que ocupaban la Península Ibérica probablemente eran neandertales. En aquella época la línea de costa se encontraba a 20km mar adentro, de la costa actual.

Este año 2022, el Grupo de Investigación de Geociencias Aplicadas de la Universidad de Huelva, encabezado por Eduardo Mayoral, han sido los encargados del estudio de las huellas fósiles de animales y también las de origen humano. En esta nueva fase de estudio, se han tomado muestras de cuatro niveles sedimentarios para contrastar los resultados con la campaña anterior, y la edad de los restos fósiles ha quedado definida en 295,8 ±17,8 Ka.

Las demás muestran han arrojado unas fechas de 271±15,8 Ka y 232,8±13,1Ka, y el nivel más joven se sitúa en la base de una unidad eólica con una edad de 203,8±12,7Ka. Con estas nuevas dataciones, el yacimiento queda adscrito al pleistoceno medio y no al pleistoceno superior, como se había establecido anteriormente. Y las huellas estarían asociadas a individuos de Homo heidelbergensis, pero no se dispone de registros óseos de los pies que facilite una comparativa.

Hasta la fecha, el grupo de investigación se planteaba que las huellas humanas pertenecían a grupos de neandertales. Aquí, la cosa se complica, en Europa sólo hay, hasta la fecha, dos yacimientos que tengan unos registros de huellas de Homo heidelbergensis, que son el yacimiento de Terra Amata (Niza, Francia) y Roccamonfina (Italia).

El yacimiento de Terra Amata fue excavado, en 1961, por Henry Lumley, que establece dos momentos con presencia humana, uno más antiguo situado en la playa junto al mar, corresponde a un período cálido hace 400 Ka. Y un asentamiento moderno situado en una duna en la costa, en un período de enfriamiento hace unos 380 Ka. Mostraban una rica presencia de fauna (Palaeoloxodon antiquus, Cervus elaphus, Bos primigenius, Strephanorhinus hemitoechus, Sus scrofa, Hemitragus banal), con industria lítica achelense. La fauna es típica del período cálido MIS 11-8. En este lugar, se localizó una huella humana que correspondían a un individuo de podía tener una altura de 1,55 cm. Estudios posteriores realizados en este yacimiento, por Paola Villa, interpreta unos resultados diferentes y aboga que se había producido una serie de desplazamientos en vertical de los materiales, entre los diferentes niveles, y que los consideró un palimpsesto.

La datación que se llevó a cabo, en esta revisión, de materiales se situaba entre 230 Ka (OSL) y 380Ka (ESR). Sin lugar a dudas un extraordinario yacimiento, pero las pisadas no se pueden valorar en un período determinado.

Otro registro, con huellas de homínidos fueron descubiertas en 2003, cerca de la localidad de Foresta (Italia), y también muy cerca del volcán extinto Roccamonfina, aparecieron las huellas de un individuo adulto y cuatro jóvenes que caminaban ladera abajo de la montaña, supuestamente pertenecientes a Homo heidelbergensis. Dada la pendiente de la ladera tuvieron que ayudarse con las manos, por la que se han registrado 56 huellas de pisadas y algunas de manos. La estatura de los individuos era aproximadamente de 1,55m. La datación los sitúa en 385.000-325.000 años. Las huellas se han conservado porque quedaron cubiertas de una fina capa de cenizas volcánica.  Los investigadores de este hallazgo aseguran que las huellas podían pertenecer al Homo heidelbergensis, pero no lo afirman hasta que no tengan nuevos datos.

En la costa de Norfolk (Reino Unido) han aparecido unas huellas de homínidos con una datación de 780.000 años. Gran Bretaña en aquella época estaba todavía unida por tierra a la Europa Continental, y lo que hoy es el yacimiento de Happisburgh debió de ser una zona de marisma de un gran río. Este yacimiento es conocido desde 2005, donde se tenía constancia de la existencia de industria lítica de pedernal sobre todo de lascas y núcleos, además, los huesos presentaban marcas de corte. Según las evidencias de flora y fauna se pueden atribuir a la última parte de un interglaciar, que está fechado sobre la base de evidencias bioestratigrafías y paleomagnéticas, que corresponden a la fase del pleistoceno temprano, entre MIS 21 o MIS 25.

En 2013, aparecieron huellas de homínidos adultos y jóvenes, tenían una estatura de 0,93cm y 1,73 m de altura, posiblemente los miembros de una familia que caminaban por la orilla del río. Atendiendo a la fecha y medidas de las pisadas la única especie conocida en Europa Occidental es el Homo antecesor. Es un rango que no ofrece muchas alternativas; pero sobre todo son unas huellas muy frágiles, donde han sido destruidas por la erosión costera.

Para el equipo de Mayoral, esta nueva datación sitúa a las huellas en su conjunto en un marco paleoambiental y por supuesto una reconsideración taxonómica de las huellas de homínidos, que en un principio se han podido identificar con toda claridad 87 pisadas, que quedaron registradas en una zona pantanosa al borde de una zona encharcada muy poco profunda que se situaría muy cerca de la línea de costa y al resguardo del cordón de dunas; y de las cuales 31 están longitudinalmente completas y miden 14 a 29 cm. De estas huellas 7 están asociadas a niños, 15 a adolescentes y 9 a adultos y 11 entre niños-adolescentes. Dada la amplia gama de tamaño de las huellas, se cree que se trata de un grupo social integrado por individuos de edades diferentes, distribuidas entre niños, jóvenes y adultos.

Estos momentos se corresponden con distintos estadios climáticos, entre una época cálida MIS-9 y su transición al MIS-8, en la que se produjo una glaciación, se trata pues, de una evolución climática de cálida a fría.

Ante todas estas evidencias surge el debate, a parte de las pisadas de EL Asperillo, no se conocen otras huellas de homínidos en dichos estudios del pleistoceno medio, motivo por el cual se cuestiona que las pisadas pertenezcan a neandertales. Tras los resultados de las dataciones hay evidencias para afirmar que se trata de homínidos preneandertales, pero como hemos valorado sólo hay dos yacimientos con dataciones de Homo heildelbergensis, el de Terra Amata dónde las evidencias no son muy claras y el de Norfolk se aleja mucho, en el tiempo y tamaño de las huellas, además desaparecieron tras quedar expuestas a los temporales. Y la tercera posibilidad es el de Roccamonfina, que se aproxima a las dataciones, pero el responsable del estudio no afirma que se trate de pisadas de Homo heildelbergensis, necesita más datos para verificar esa hipótesis. Los dos únicos paralelos que tienen evidencias más claras son el de Theopetra (Grecia) y Biache-Vaast (Francia), pero están adscritos a los neandertales y no al Homo heildelbergensis.

El grupo de investigación de Matalascañas, encabezado por el Prof. Eduardo Mayoral, determinan que las huellas de homínidos, probablemente, corresponden al linaje neandertal (Homo neanderthalensis y Homo heidelbergensis) pero aún faltan huellas que se encuentren bien conservadas para que se aprecien rasgos morfométricos, como pies anchos, que están asociados a los neandertales. La falta de registros óseos de esta época dificulta la comparativa y dejan la puerta abierta, hasta nuevos estudios, de que se tratan de homínidos preneandertales. Para este equipo se plantea la hipótesis de que sean grupos de cazadores-recolectores que se desplazan por la zona o bien desarrollarían actividades de pesca o marisqueo aprovechando los recursos del territorio.

Sin lugar a dudas se trata de un yacimiento de características excepcionales, ya que se trata del primer registro de huellas de vertebrados fósiles del Golfo de Cádiz, es muy interesante este momento para entender las ocupaciones humanas en Europa durante el pleistoceno. Este tipo de evidencias nos permiten aproximarnos a unos entornos paeloambientales y paleoecológicos, y sobre todo a las condiciones sedimentológicas en las que fueron realizadas, algo muy novedoso hasta ahora. Además, es el único yacimiento hasta la fecha, en tamaño y registro de huellas tanto de animales como de homínidos, que nos revelan un único momento de vida de un grupo humano prehistórico, porque lo que tenemos hasta ahora son sólo datos arqueológicos que nos aportan información sobre cultura material y actividades del grupo.

Referencias:

- N. Ashton et al, (2014): Hominin footprints from Early Pleistocene deposit at Happisburgh, UK. PLoS ONE 8, e88329.

- F. Muñiz et al, (2019): Following the last Neanderthals: Mammal tracks in Late Pleistocene coastal dunes of Gibraltar (S. Iberian Península). Quaternary Science Reviewa, V 217, pp 297-309.

-M. Marshall, 2020: “Neanderthals may have climbed an active volcano son after it erupted”. New Scientist.

- C. Neto de Carvalho et al, (2020): First vertebrate tracks and palaeoenvironment in a MIS 5 context in the Doñana Nacional Park (Huelva, SW Spain). Quaternary Science Reviews, V 243.

- E. Mayoral et al, (2021): “Tracking late pleistoceno Neandertals on the Iberian coast”. Sientific Reports nº 11, 4163.

- E. Mayoral et al, (2022): New dating of the Matalascañs footprints provides new evidence of the Middle Pleistocene (MIS 9-8) hominin paleoecolgy in southern Europe. Sci Re 12, 17505.


A. Marco geográfico del área de estudio y su ubicación en la Península Ibérica. B. Vista general de la superficie con pisadas. C. Sección estratigráfica simplificada del acantilado de El Asperillo. Foto: C.N. de Carvalho (2021).

Huellas de cérvidos y homínidos. Foto: E. Mayoral. 

Diferentes tipologías de pisadas de homínidos de la playa de Matalascañas (Huelva). Foto: E. Moyoral.

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