jueves, 27 de septiembre de 2012

TREINTA AÑOS DE EXCAVACIÓN: ABRIC ROMANÍ

Todos los años, en el mes de agosto, el yacimiento de Abric Romaní (Capellades, Barcelona) abre sus  puertas a la ampliación del conocimiento, de las comunidades  cazadoras  - recolectoras del paleolítico medio: los Neaderthales.
Es uno de los pocos yacimientos, o quizás el único, que se viene excavando desde 1909 de forma ininterrumpida, y ha servido de cantera para la formación de muchos arqueólogo/as, entre los que he tenido la suerte de poder asistir a varias campañas. Fue mi primer contacto con la arqueología de campo, y sobre todo, con la utilización de  un método científico de excavación.
Este yacimiento se localiza en un macizo travertínico, en la Cinglera del Capelló, en el pueblo de Capellades, y fue descubierto por uno de los eruditos locales, Amador Romaní en 1909, que se convertiría en uno de los precursores de los estudios prehistóricos en Cataluña.

Los primeros trabajos de Amador Romaní.

Las primeras intervenciones arqueológicas fueron realizadas por Nobert Font y Lluís María Vidal, hasta la muerte de Romaní, en 1930. Durante este período, se excavó el nivel correspondiente al Paleolítico Superior (Auriñaciense).
Ya, en una segunda fase se hizo cargo de los trabajos de campo el Dr. Eduard Ripoll  i Perelló, aunque también participaron con él investigadores como Laplace, Henry Lumley, que se encargaron de establecer las secuencias cronológicas del yacimiento.
Posteriormente, pasó al Centre de Recerques Paleoecosocials, que llevó las excavaciones hasta los años 1989, bajo la dirección de E. Carbonell, R. Mora y A. Cebriá, en el marco de un proyecto de investigación sobre el Pleistoceno Medio y Superior de Cataluña. 
A partir de esta fase se empieza a desarrollar, en el yacimiento, una productiva actividad científica con análisis en los diversos campos de estudios, tanto a nivel faunístico, del registro lítico y sedimentológico.
En esta cuarta fase (1983), el yacimiento se excava ya bajo la dirección del Dr. Eudald Carbonell, que año tras año, ha ido creando una escuela de formación de profesionales de la arqueología,  y que  hoy día son miembros del IPHES.

Equipo de excavación del Abric Romaní.

Una de las principales labores, durante estos años, ha sido la elaboración de una secuencia estratigráfica del yacimiento. Se han reconocido 27 niveles de ocupación pertenecientes, casi todos ellos, al paleolítico medio (M-L) y con una datación entre los 40 y los 52 ka BP, que ha permitido la reconstrucción de los patrones conductuales, de los grupos de neandertales.
Desde que desempeñó la dirección, en solitario, llevó a cabo un tipo de investigación paleoetnográfica, siendo el único abrigo que se ha excavado en extensión, de estas dimensiones, y que permite ver el empleo sincrónico del asentamiento.
Así, a nivel del estudio zooarqueológico, se ha determinado que los taxones que más se repiten en todos los niveles son los équidos y cérvidos. Los bóvidos, rhinocerontidae, caprinae y sus scropha aparecen de forma menos regular y con un número menor de restos. Los animales de talla grande sufren un primer proceso de descuartizamiento, en el lugar de captación, en cambio los de talla media y pequeña llegan enteros al depósito.
Una de las similitudes entre los grupos de Homo sapiens y Homo neandertales que se ha llegado a determinar es  la técnica que empleaban estos últimos para realizar los útiles de piedra, que es de tipo laminar, industria que caracteriza al Homo sapiens
A partir del estudio de las  cadenas operativas,  se han distinguido dos tipos de ocupaciones, por una parte, las ocupaciones de corta duración que están caracterizadas por acumulaciones individuales de cada una de las actividades y, por otra, las ocupaciones de larga duración que se caracterizan por una mayor complejidad representadas por cadenas operativas, técnicas completas.
En el análisis de la funcionalidad, de las piezas, se ha podido identificar rasgos característicos en la utilización, para actividades relacionadas con el procesado de los vegetales y en el procesamiento de la fauna.
Todos estos años de trabajo sistemático les  ha permitido excavar unos doscientos hogares y saber la dinámica del fuego, de estas comunidades de neandertales. Así como, los objetos de madera de pequeño y gran formato que han aparecido, elaborados en pino y en materiales vegetales, que nos hacen saber que tenían un servicio doméstico bien estructurado, referente tanto a la cocina, como en la caza.
También, se ha podido localizar las zonas dedicadas al descanso del grupo, a dormir, colocados en forma de arco y cerca de la pared, separados unos de otros entre 50 y 70 cm. Estas habitaciones, de unos 40 cm de diámetro, se encuentran situadas a unos 4 m del hogar central y servían de lugar de reunión.
Todo este conjunto de descubrimientos, que está aportando el Abric Romaní, nos sirven para saber los modos de vida, de estos grupos humanos, de cazadores-recolectores y evidenciar aspectos hasta ahora desconocidos  de los neandertales.
Gracias a estos treinta años de trabajo intenso en el yacimiento, podemos saber las estrategias de ocupación, la estructuración de los hábitats, las estrategias de subsistencia, la tecnología del fuego …fruto de la introducción en el estudio del asentamiento de un enfoque transdisciplinar y que Eudald ha sabido coordinar perfectamente. Gracias a su búsqueda incansable por el conocimiento, de los modos de vida de las comunidades de neandertales y a su tesón puesto en el abrigo, hoy día, el Abric Romani es uno de los yacimientos pioneros en el campo de la ciencia arqueológica, y con un registro clave para conocer los modos de vida de las comunidades  cazadoras –recolectoras del  pleistoceno superior.

Felicitaciones a un trabajo bien hecho

                                                                   

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