miércoles, 16 de diciembre de 2015

JACQUES BOUCHER DE PERTHES: su aportación a la Arqueología.






Jacques Boucher de Crèvecoeur,  nacido en Perthes, de ahí que sea conocido como J. Boucher de Perthes, es un erudito francés que cultivó varios géneros literarios y además se interesó por la arqueología y antropología. Para comprender mejor su obra, nos tenemos que remitir al s. XIX y a su contexto socio-político e ideológico, para entender su pensamiento aperturista.
J. Boucher llega a Abbeville, en 1802 como Agente de Aduanas, en esta época esta ciudad está en plena expansión constructiva, tanto de obras civiles como militares, promovida por una sociedad burguesa y aristocrática. Para acometer  estas obras se necesitaba gran cantidad de materiales, como era la extracción de tierras de sus alrededores, dónde abundaban las turberas. Debido a la buena conservación de los materiales, que aparecían en estas turberas, se desplazaron al lugar para la observación de los mismos, varios investigadores, entre ellos, se encontraba Casimir Picard, que se establece en Abbeville en 1829, como médico rural, y como muchos de su profesión, tienen la afición por la Historia Natural, así como,  intereses coleccionistas. Esta afición por las piedras, le lleva a ser  uno de los primeros en ofrecer un análisis tecnológico y tipológico de las herramientas prehistóricas, tanto en piedra tallada, como pulidas.
A través de su trabajo empírico realizado en las graveras del Somme (Francia), Picard llegó a establecer los fundamentos de la tecnología lítica, sin entrar a hacer una valoración histórico-cultural, del contexto en el que aparecían.
Podemos decir que Picard es el que inicia a Perther, en la recogida de materiales de las conocidas “Antiguedades celtas”, en las turberas de la zona del valle del Somme. Este valle se sitúa en los terrenos del norte de Francia, con una edad cronológica del Cretácico, es uno de los sitios claves para el estudio de la secuencia del Cuaternario, porque cuenta con estratos ricos en sílex, y además ha contribuido a la presencia de un gran número de yacimientos paleolíticos.
Pero corrían los años de 1830 y Europa se debatía entre dos ideologías contrapuestas sobre el origen de los seres vivos. Por un lado estaban los de la corriente evolucionista, que consideraban que los seres vivos cambian como respuestas a las condiciones ambientales; y por otro los fijistas, que consideraban que los seres vivos no han cambiado desde su creación.
J. Boucher estaba muy concienciado por las diferentes corrientes de pensamiento, más que nada, por la influencia recibida de su padre, que era botánico, y conocedor de las teorías defendidas por Darwin sobre los humanos antidiluvianos; este interés le llevaba a recoger material  en su tiempo libre, así,  fue forjando sus habilidades como arqueólogo y geólogo. Por medio de la observación de los registros, principalmente herramientas de sílex, que iban asociadas a una colección de restos fósiles de huesos de mamíferos ya extintos, llega Jacques a determinar, que los personajes que fabrican las herramientas eran contemporáneos de los animales que se registraban en las graveras de la zona,  con estos argumentos escribe la obra: “Antiquités Celtiques et Antédiluviennes” (antes del diluvio), recogidas en tres volúmenes y publicadas en 1849, 1857, y 1864.
Esta obra podemos decir que fue la primera en incluir la existencia del ser humano en la etapa final del Pleistoceno, sin saberlo, J. Boucher estableció las bases de lo que posteriormente sería la Prehistoria.
Antes de terminar su obra, Jacques envió una copia del primer volumen a la Academia de las Ciencias, pero no recibió el apoyo, ni la aprobación científica que Perther esperaba, principalmente por la falta de registros de restos antropológicos, imprescindible para llegar a tales afirmaciones, y por la falta de rigor en los dibujos presentados; sin embargo, en 1849 la publico, ajeno a todas las críticas de la Academia.

Pasaron unos años de controversias, por la falta de consenso, entre los especialistas, y por que los acontecimientos ocurrían en una sociedad en la cual la única referencia que se tenía acerca del origen del hombre eran los escritos bíblicos. Pero, a partir de 1859 se publicó, el Origen de las especies, de Darwin; las hipótesis divulgadas por J. Boucher fueron cada vez mas aceptadas por un grupo de científicos,  encabezado principalmente por Charles Lyell; de esta forma, las teorías de Boucher van adquiriendo más popularidad.
En 1863, Jacques descubrió el yacimiento de Moulin Quignon, que presentaba una asociación de industria lítica y restos de animales extintos (elefantes, rinocerontes, etc). Pero en esta época, los obreros que trabajaban en las canteras cobraban una recompensa por facilitar el material a los coleccionistas y aficionados; y vieron una buena ocasión de obtener una buena prima, por lo que extrajeron una mandíbula de un cementerio cercano y la pusieron en la gravera dónde estaba excavando J. Boucher. Este hallazgo venía a determinar que el hombre actual había vivido en aquella región en tiempos remotos.
Ante tales decepciones y astucias, Jacques da un giro a sus investigaciones,  y determina estar presente en la excavación y llevar un control más exhaustivo de análisis de los diferentes estratos que iban apareciendo. De estos resultados vemos como, en su obra, llegó a la formulación de lo que sería la estratigrafía arqueológica, donde estableció una correlación entre los diferentes estratos y la edad de los hallazgos.
Estos acontecimientos marcaron el devenir de la ciencia prehistórica. Gracias a investigadores como J. Boucher y a sus contemporáneos se establece un sistema  cronológico cultural que será conocido como la Edad de Piedra, Edad de Bronce y Edad del Hierro que se convertirá en la primera clasificación sistemática que marcará las bases de la documentación arqueológica.
En general podemos decir, que con  J. Boucher, Ch. Darwin, G. Vallace, E. Haeckel, T.H. Huxley, se iniciaron los debates científicos entre antropólogos conservadores y liberales; así como, la utilización de nuevas metodologías aplicadas a la ciencia prehistórica. También, se fue abriendo paso hacia un tipo de análisis, más científico, donde los estudios del origen del hombre se apoyaron más en la geología y la paleontología. Con él, el estudio de los registros fósiles de animales, así como, la industria lítica adquieren un contexto socio-cultural, además de colocar a los seres humanos en el Pleistoceno y principios del periodo Cuaternario. Por todo ello, a J. Boucher se le ha considerado el padre de la Prehistoria, por llamar la atención del mundo científico hacia los registros fósiles y darles un contexto arqueológico.




Dibujo de un perfil estratigráfico extraído de Antiquités.





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