miércoles, 16 de diciembre de 2020

EL JUGUETE EN LA VIDA DE LOS NIÑOS/AS DE LA PREHISTORIA

En éste post vamos hablar del juguete, cómo utensilio utilizado por los niños/as, durante la prehistoria, a través del registro arqueológico.

Lo primero a considerar es que el juguete, en la prehistoria, no es uno de los enfoques que más se contemplen en la investigación arqueológica, por lo que los restos materiales que los niño/as dejan en el registro son rara vez mencionados o considerados.

Como dice la Prof. Margarita Sánchez, la cultura material asociada con la infancia ha pasado desapercibida en la mayor parte de las investigaciones, bien por las características de los materiales, que éstos no han perdurado, bien por problemas metodológicos o de recogida de materiales en la excavación, bien porque los restos se han interpretado de manera errónea o bien porque directamente se han descartado como elemento de explicación social.

En general podemos decir que la cultura material que nos aporta el registro arqueológico como los ajuares de los enterramientos, la organización espacial y las áreas de producción, así como los objetos producidos por los propios niños/as en sus juegos, no permiten su conservación.

Por eso, en arqueología, nos tenemos que plantear miradas alternativas que contemplen de otra forma el registro y que suponga una reinterpretación significativa de categorías, ya aportando nuevas informaciones sobre ellos. Porque la invisibilidad de estos objetos no nos viene del pasado sino de la mirada que desde el presente se adopta hacia esta producción.

Dicho esto, consideramos que el juguete es un objeto o artilugio relacionado con el entretenimiento de los niños/as. Digamos que, por su naturaleza, es un elemento que siempre ha existido porque todos hemos sido niños y además forma parte de su desarrollo.

Además, el juego es un factor multifuncional dependiendo del campo que lo queramos utilizar, por eso, nos centraremos en lo que es el juguete en sí, como una de las primeras fases de la producción humana.

Como he comentado, encontrar estos objetos en los registros arqueológicos es difícil, principalmente, por ser materiales caducos, que no suelen dejar huella en el registro, porque suelen estar elaborados en madera, materiales orgánicos o de arcilla que por su fragilidad se rompe y no se conservan; y también por la misma naturaleza del juguete que está creado y concebido para un periodo concreto, sin intención de perdurabilidad en el tiempo.

Pero voy hacer una selección, de una serie de artefactos, que han perdurado en el tiempo y han aparecido en los registros arqueológicos; y que hasta la fecha están considerados por sus descubridores como juguetes. Los niños/as son por tanto productores como consumidores de la cultura material.

El registro más antiguo lo encontramos en China, en el yacimiento de Heitougou, en la provincia de Hebei; y está datado con 1,8 millones de años.

El yacimiento cuenta con unos seis metros cuadrados y se han recuperado unas 700 piezas líticas; se trata de una serie de objetos que han sido tallados. Según los investigadores afirman que se trata de juguetes y no de artefactos líticos, por una parte, porque son de pequeño tamaño y no presentan evidencias de desgastes al ser utilizado, y por otra porque, además, consideran que se trata de una zona de juego, porque tampoco han aparecido restos de animales, que son típicos en las zonas de hábitat.




En el sudeste de Turquía, se ha descubierto una tumba de un niño que contenía una especie de carroza en miniatura con cuatro ruedas, con una datación de 5.000 años. Normalmente los niños se enterraban con sus juguetes.

                                          Foto: Halil Fidan/Anadolu Agency Images

En la República de Jakasia, en el sur de Siberia, en el noroeste del lago Itkul, se ha hallado una de las muñecas más antiguas, dentro del registro de juguetes prehistóricos, con una datación de 4.500 años. Pertenecía a la cultura okunnev, de la Edad del Bronce. La muñeca está elaborada en esteatita, que es una roca blanda, lo que les ha permitido representar los rasgos faciales, y posiblemente el cuerpo iría recubierto con vegetal. El tamaño es de 5cm de altura.

                                                                           Foto: The Siberia Times

En la campaña, de 2016, se descubrió en el yacimiento Acemhöyük, en Akoarey (Turquía), un sonajero que se remonta a la Edad de Bronce, con una datación de terracota de 4.200 años. El juguete está elaborado en terracota y tiene forma de bolsa y probablemente tendría un asa. También tiene una serie de adornos y pequeños guijarros en su interior, que produce ruidos al agitarlo.


                                                                    Foto: GTU Gazeturka

En 2018, en la revista Journal of Current Anthropology, se ha publicado el hallazgo en una aldea de Maszkowice, al sur de Polonia, un asentamiento que ha sido considerado una casa, de uso doméstico, y se han localizado junto a uno de sus muros, dos pequeñas figurillas zoomorfas realizadas en arcilla con forma de cerdo, donde se aprecian las orejas, ojos y morro, con una datación de 3.500 años; perteneciente a la Edad del Bronce.

                                                             Foto: Grzegoz Momot/PAP

Muy cerca del monumento de Stonehenge, al sur de Inglaterra, fue recuperada la figura que representa a un erizo tallado en piedra caliza. Se encontraba en la tumba de un niño de unos tres años, que fue enterrado con su juguete preferido, está datada en 3.000 años, entre la Edad del Bronce y la Edad del Hierro. También en la tumba había vasijas que contenían alimentos que se cree que eran ofrendas para el niño.


                                                                                                 Foto: N. Geographic.       

Casos de artefactos, a lo largo de la prehistoria, se han localizado bastantes, elaborados en diferentes materiales, normalmente estos suelen aparecer en los contextos arqueológicos con los ajuares de los enterramientos infantiles, en diferentes momentos cronológicos y también los encontrados en los lugares de habitación. Pero, hay en determinados periodos, que no todos los estudios los incluyen como juguetes, sino más bien como amuletos, elementos decorativos o con carácter ritual o simbólico y es necesario llevar a cabo una revisión de determinados objetos para determinar su verdadera función.

Otro tema es que, también, se han encontrado determinadas herramientas y objetos en miniatura, con la misma forma que la usada por los adultos, como pueden ser lanzas, el bastón perforado, arpones, el arco y la flecha o las cerámicas que son considerados como juguetes, pero habría que hacer más análisis para determinar si eran verdaderos juguetes o eran herramientas que usaban los más pequeños para iniciarse en las tareas de los adultos. La maduración de un niño en la época de la prehistoria era mucho mayor que la de cualquier niño/a de hoy.

A modo de conclusión, tenemos que decir que, desde hace unas décadas ha sido la arqueología postprocesual la que ha dado visibilidad a las mujeres a través de los estudios de género, para después ir incorporando todo lo referente a éste mundo, por ejemplo, la incorporación de las muestras de materiales que componen los yacimientos arqueológicos.

Estos elementos nos descubren las evidencias de las actividades cotidianas que se desarrollaban en el seno de estos grupos humanos, que durante todo el Historicismo Cultural han permanecido ocultos y, sin embargo, estos objetos y zonas son los que descubren momentos de ocio y celebración en las diferentes culturas del pasado.

Referencias:

-Politis, G., 1999: La actividad infantil en la producción del registro arqueológico de cazadores-recolectores. Revista de Museu de Arqueología e Etnología, Sao Paulo, Suplement 3: 263-283.

-Morales Reyes, L., 2006: “La arqueología de la infancia”. Arte, Arqueología e Historia, nº 13, pp 154-155. Córdoba. 

-Sanahuja Yll, E., 2007: La cotidianidad en la prehistoria. La vida y su sentimiento. Icara y antrazyt.

-Lillehammaer, G., 2010: “Archeology of Children”. Revista Complutum, 21 (2), pp 14-45.

- Sánchez Romero, M., 2010: “¡Eso no se toca! Infancia y cultura material en arqueología”. Revista Complutum, Vol, 21 (2): 9-13.

 


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