martes, 23 de febrero de 2021

LA CIRCULACIÓN DE OBJETOS DE BALLENA DURANTE EL MAGDALENIENSE


Mapa de localización y objetos hechos con huesos de ballena encontrados en las colecciones arqueológicas. Foto: A. Lefebvre.

Según los últimos estudios, se han encontrado las primeras evidencias de la circulación de objetos, de una red de comunicación de larga distancia, desde el interior a la costa, entre la zona norte del Pirineo y la costa atlántica del norte de la Península Ibérica.

Esta investigación está centrada en la revisión de los materiales de las colecciones arqueológicas de la zona de Cantabria. Su objetivo era determinar si los huesos de ballena eran utilizados por los cazadores-recolectores de la zona del Pirineo, como un hecho local o si éstos se desplazaban a la zona de Cantabria, para adquirir estos objetos.

Se han identificado 54 piezas de huesos de ballena, en 12 de los 64 yacimientos muestreados. En los yacimientos que más se han encontrado este tipo de materiales han sido en Las Caldas, La Viña, Tito Bustillo (Asturias), Ermittia (Guipúzcoa) y El Pendo (Cantabria). Estos objetos corresponden a puntas de proyectiles, son piezas grandes bien elaboradas. Entre estos restos se encuentra la punta de El Pendo que fue registrada en las primeras excavaciones, del siglo pasado; y ha sido fechada en 17.600 años. Esta punta presenta una decoración con motivos curvilíneos opuestos y rellenos de líneas cortas longitudinales y transversales.

Según la hipótesis que barajan los arqueólogos es que estos sitios formarían parte de una red bien estructurada de comunicación de larga distancia (600Km) y que operaban a ambos lados del actual País Vasco francés y español, entre 17.800 y 15.000 años.

La estructura de esta red plantea cuestiones sobre posibles interacciones sociales y/o económicas entre los grupos magdalenienses del Pirineo y de toda la zona Cantábrica.

Esto explica que los grupos de cazadores-recolectores se desplazaban por estas zonas para obtener los huesos de ballena, para la elaboración de armas de caza, debido a que éstos huesos son de gran tamaño y son buenos para elaborar piezas grandes. Estos huesos, como materia prima, sólo estaban documentados en la zona del Pirineo norte, donde se conocían más de un centenar de herramientas, y ahora se complementa con la zona del cantábrico.

Queda establecido que los cazadores-recolectores magdalenienses que vivían alrededor del Golfo de Vizcaya, llevaron a cabo una explotación de las ballenas para sus necesidades alimentarias y simbólicas, y aprovecharían estos grandes cetáceos cuando se quedaban varados en la costa atlántica. Es fácil encontrar estos animales embarrancados en las playas, por varias causas naturales entre las que podemos citar, por ejemplo, la debilidad que sufren las ballenas jóvenes por problemas de escasez de alimentos; otras mueren al dar a luz cerca de la costa, o bien por enfermedades.

Referencia:

-A. Lefebvre et al., 2021: “Interconnected Magdalenian societies as revealed by the circulation of whale boen artefacts in the Pyreneo-Cantabrian región”. Quaternary Science Reviews. Vol. 251,1.

 


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