jueves, 2 de agosto de 2012

UN CRÁNEO DE URSUS DOLINENSIS EN ATAPUERCA

Los codirectores de la campaña de excavación de Atapuerca, E. Carbonell, J.Mª Bermúdez y J.L Arsuaga han presentado los resultados de la campaña de 2012. El yacimiento más rico del mundo, en registro de fósiles humanos, sitúan al yacimiento de Atapuerca, como el primer  “santuario de la Humanidad” por el número de registros encontrados, según J. L. Arsuaga.
La  presencia de una falange distal, con la incorporación de una uña, del pie de un niño que vivió en la sierra de Atapuerca, hace 300.000 y 500.000 años, podría corresponder a un Homo heidelbergensis. Los coodirectores,  del yacimiento, consideran que la acumulación de cadáveres (30 individuos) fueron depositados allí por otros humanos, lo que tendrían la prueba “más antigua de un comportamiento humano simbólico de tipo funerario”.


Durante ésta campaña de excavación en el nivel TD4, en la Gran Dolina, se ha recuperado un cráneo completo de la especie de oso, Ursus  dolinensis, con una antigüedad aproximada que oscila entre los 900.000 a los 780.000 años, de antigüedad, es decir, durante el último tramo del pleistoceno inferior. 
Hace una década se había registrado una mandíbula, ahora se dispone de un cráneo completo; por lo que se determinará mejor su posición filogenética, en la cadena de los úrsidos.
Según, el arqueólogo Jordi Rosell del IPHES, el oso utilizaba las cuevas para hibernar y los restos fósiles encontrados podrían pertenecer a animales viejos, que mueren durante este período. Así, se han encontrados señales  de algunos zarpazos en la pared, pero estos animales no competía directamente con los carnívoros.


Los osos tienen la capacidad de hibernación que consiste en adaptarse a unas condiciones climáticas extremadamente frías, es decir, un estado de hipotermia regulada durante un determinado tiempo y les permite conservar su energía durante el invierno. Por eso, durante estos periodos de tiempo, cuando el oso está hibernando su consumo de energía es mínimo, por lo que pueden sobrevivir sin ingerir comida, empleando tan sólo su grasa acumulada.
El tema de la hibernación es muy relativo, ya que, varía en relación a las circunstancias climatológicas, como en la sierra de Atapuerca, el clima hace un millón de años era diferente al actual, los osos hibernaban en las cuevas.
El Ursus dolinensis es la especie más antigua encontrada en los niveles de Gran Dolina TD4-5 y en la Sima del Elefante, en los niveles 9-11, pertenecientes a un pleistoceno inferior. Este oso pertenece a una especie hasta ahora no registrada, en los yacimientos de Europa, por lo que se ha denominado Ursus dolinensis, por ser en el yacimiento de Gran Dolina, donde aparecieron los primeros restos fósiles, de este animal. 
Presenta características primitivas y derivadas en su morfología. Así, el cuerpo mandibular grácil y los dientes también gráciles y, de pequeño tamaño, lo asemejan a formas como Ursus arctos y Ursus etruscus.


El Ursus dolinensis era un animal muy parecido a los osos pardos actuales, y tienen algunos rasgos comunes con los osos de las cavernas, que habitaron posteriormente Europa. Esta especie convivió con el Homo antecessor.
Pero a aparte de esta especie, en Atapuerca, también, se han registrado otras especies de osos, como el Ursus deningeri, con una antigüedad de medio millón de años, que serán los que darán lugar a los grandes osos de las caverna, el Ursus spelaeus. Esta especie, se ha registrado en muchos yacimientos del pleistoceno medio europeo, con una datación de hace 250.000 años y se extinguió hace unos 10.000. Normalmente, sus registros se localizaban en lo más profundo de las cavernas, de ahí su nombre.
Contigua, a la Sima de los Huesos, se encuentra la Sala de las Oseras, donde se realizó una pequeña excavación, ante la presencia de encames que utilizan los osos para la hibernación y presencia de zarpazos en la pared, y en la que se descubrió decenas de huesos de la especie de Ursus deningeri, de todas las edades, desde adultos hasta cachorros. 
Pero, para Nuria García, este sitio era una trampa mortal para los osos, debido a que este tramo de la cueva dispone de una boca estrecha y difícil de atravesar, y con 13 metros de distancia, hacia el abismo y los osos morían allí  despeñados. 
En esta sima es donde se han recuperado más de 180 individuos de esta especie. Pero, no sólo los osos se sentirían atraídos por el olor que desprendía la sima, sino que, otros carnívoros sufrieron la misma fortuna que estos osos, así, se han recuperado restos fósiles de leones, zorros, linces, gato montés, martas y lobo.
Y, más recientemente, también, se han recuperado restos de Ursus arctos, el oso pardo, que habitó hace unos 18.000 años, ya con la especie de Homo sapiens
Sus restos se han encontrado en el interior de las galerías de la Cueva Mayor.

REFERENCIAS:

- García, N y Arsuaga, J.L., (2001).  Ursus dolinensis. Una nueva especie de úrsido del pleistoceno inferior de la Trinchera Dolina, Atapuerca (España). Comptes rendus de l’Académie des sciences. Série 2. Pp 717-725.