En
un yacimiento arqueológico encontramos multitud de información, derivada tanto
de la cultura material como del contexto en que se desarrolla; uno de los
estudios que más han proliferado y se han desarrollado en los últimos años ha sido la incorporación de las labores
relacionadas con el análisis de los restos óseos de fauna.
La
disciplina que se dedica al estudio de los fósiles óseos recuperados en yacimientos
arqueológicos es la zooarqueología o arqueozoología. Ambos términos significan prácticamente lo
mismo, así, en los países anglosajones se le conoce como zooarqueología (Shipman, Grayson..), sin embargo en investigaciones
europeas se estudia como arqueozoología
(Reitz y Wing) y en ámbito norteamericano se aplica el término osteoarqueología y etnozoología (Olsen y
Olsen).
Pero ¿qué es lo que diferencia la zooarqueología de la paleontología?, si
las dos estudian restos de animales, podemos decir, a groso modo, que la
paleontología se dedica al estudio de los seres vivos del pasado geológico;
mientras que la zooarqueología es el estudio de las interacciones del pasado
entre los humanos y los animales provenientes de los contextos arqueológicos.
Los
materiales que estudia esta disciplina abarca desde los huesos de los mamíferos
que suelen ser los más abundantes, hasta los de aves, anfibios, reptiles peces
y conchas de moluscos que se suelen conservar en muy buen estado.
Hoy
día, la arqueozoología en España, está bastante extendida por toda la comunidad
científica, pero hasta hace poco, esta disciplina no formaba parte de la
actividad arqueológica y ha tenido que irse abriendo paso, poco a poco,
dependiendo de las universidades que iban formando arqueólog@s especializados
en esta materia, ante la evidencia en los registros arqueológicos de la
importancia que tiene la información contextual ósea para la interpretación del
yacimiento y la correlación entre el
comportamiento de las sociedades humanas y el medio ambiente.
Pero
esta pretensión por el estudio de los restos óseos, por parte de algún@s
investigadores, se viene gestando desde el s. XIX, uno de los primeros autores
fue el zoólogo inglés Lubbock, en 1865, en su obra “Prehistoric time, as illustated by ancient remains and The manners and
custorns of moderm savages”, también, le siguieron Wyman, Morlot,
Lartet, Mortillet.. que usaron el término zooarchaeologist
para referirse al estudio de las faunas del pasado.
Pero
verdaderamente quienes utilizaron y difundieron el término, en el campo de la
arqueología, fueron los trabajos de Behrensmeyer, Western, Binford, Shipman,
Gayson, Bonnischsen, de Estados Unidos, que se dedican a investigar los restos
faunísticos hallados en contextos arqueológicos, y se iniciaría así, la
corriente de la Nueva Arqueología (1965-1975), e incorporarían la arqueología
experimental y etnográfica, para explicar el desarrollo cultural.
Toda
investigación posee una serie de registros, uno de ellos, son los restos de
animales ¿pero qué información podemos obtener de los restos óseos encontrados
en un yacimiento? Estos son muchos y variados, podemos destacar la
identificación taxonómica representada, en un conjunto faunístico,
cuantificación del número de individuos, determinación de la edad, sexo y las
partes esqueléticas implicadas, conocimiento de la fauna que se relaciona con
las sociedades nómadas y sedentarias, técnicas de aprovisionamiento animal y su
explotación, comportamientos subsistenciales, las estrategias de adquisición, el tratamiento y procesamiento de los
animales muertos, la utilización del animal como materia prima o alimento,
estudio de las migraciones, estudio de la cadena operativa en la industria del
hueso. Otros campos de estudio son también la reconstrucción del paleoambiente,
paleoclima, los nichos ecológicos, la
estacionalidad…
Para
obtener toda esta información, la zooarqueología, se vale de una serie de
técnicas como la tafonomía, que ya le dedicaré otro post, el análisis de
laboratorio con colecciones de referencia, técnica de comparación etnoarqueológica,
técnicas microscópicas, técnicas experimentales, análisis de patrones de representación,
análisis genéticos…
Una vez que se ha realizado el análisis
metodológico, con todos los datos obtenidos, se extraen las conclusiones acerca
del uso que las sociedades humanas del pasado dieron a los animales, presentes
en el yacimiento, así como, de su desarrollo y devenir histórico que pueda
extraerse de ellos.
