En la región francesa de Midi
Pyrénées, se encuentra la cueva de Mas d´Azil, que guarda una de las
estratigrafías más interesante del Paleolítico Superior. Sus registros nos
confirman la presencia de las diferentes culturas que abarcan el Paleolítico
Superior, desde más de 35.000 años BP.
Esta cavidad es una continuación
compleja de salas y galerías profundas, que han ofrecido no sólo niveles
paleontológicos antiguos, sino sobre el Paleolítico Superior, especialmente
Magdaleniense, rico en arte parietal y mobiliario, industrias y vestigios
humanos. Y donde podemos llegar a conocer la forma de vida de sociedades con
una economía apropiadora (caza y recolección), a una economía productora
(agrícola y ganadera), con una serie de cambios tanto en el ámbito cultural
cómo económico, climático, de hábitat, etc.
Lo más llamativo de ésta cueva-túnel
es, por un lado, sus dimensiones, y por otro su acceso, por la misma carretera
que llega de Foix pasando por el interior de la cueva; sí así es, la carretera
atraviesa literalmente la cueva. El río Ariège ha realizado un excelente
trabajo de erosión en esta montaña, creando un entramando de galerías que supuso
un lugar idóneo para el refugio, tanto de animales, como del Homo sapiens.
Esta cavidad ha sido conocida a
lo largo de la Historia. La primera intervención se llevó a acabo, en 1857,
cuando se realizaron unos trabajos de acondicionamiento y la construcción de un
camino con idea de que cruzara la cueva; en estos trabajos realizados, en el
margen derecho, sobre depósitos arcillosos salieron a la luz una serie de
objetos arqueológicos. Según, los estudios geomorfológicos realizados, se
detecta una sucesión estratigráfica de las diferentes culturas del Paleolítico
Superior. La primera que está representada es el periodo Auriñaciense (35.000 -33.000 años BP), que marca el debut del
Paleolítico Superior. Se caracteriza por la llegada del Homo sapiens a Europa, además se difunden una serie de ricos
aportes culturales, entre los que destacan el arte, la fabricación de industrias
sobre hueso, talla de animales realizadas en madera y la fabricación de
herramientas líticas.
En el año 2011, un nuevo proyecto
se puso en marcha en la cavidad, por parte del INRAP (Instituto Nacional de
Investigación Arqueológica Preventiva) y del Laboratorio de Traces (CNRS) de la
Universidad de Toulouse, donde las dataciones obtenidas oscilan entre 35.000 y
33.000 años BP.
Parece ser que el Auriñaciense de Mas d´Azil, es un Auriñaciense
Antiguo. Los restos recuperados pertenecen a productos líticos, y restos de
animales, que han sido consumidos, como équidos, cérvidos, bóvidos y algún
elemento atribuible al arte mobiliar.
Sin embargo, la cultura Solutrense está poco representada en la
cavidad y pertenece también a un Solutrense Antiguo, con una datación de 22.000
años BP; basándose sobre todo en el estilo de las obras parietales de la sala
Roja, como son los caballos con cabezas alargadas que son representativos de
esta época.
El Magdaleniense supone el desarrollo de la expansión simbólica y artística,
lo vemos reflejado en numerosas cuevas como la de Lascaux, Niaux, Chavet e
incluso la de Altamira, etc. En estos niveles encontramos los objetos decorados
con motivos geométricos, y las representaciones figurativas alcanzan su mayor
grado de riqueza industrial, faunística y artística. Como por ejemplo, las
azagayas (son armas de asta que se lanza con la mano o bien con la ayuda de un
propulsor) que adquieren una gran diversificación, sobre todo una variación decorativa,
y donde el arte mueble adquiere un gran desarrollo.
También durante este período hace
su aparición el propulsor, su uso hace aumentar la potencia de tiro y adquiere
un gran desarrollo la decoración de estos objetos, sobre todo en la zona de los
Pirineos y Dordoña. Esta diversidad y riqueza de objetos es lo que da pie a que
se hable de regiones dentro del Magdaleniense.
Los principales lugares ocupados,
a lo largo del Magdaleniense Medio y Superior, en la cavidad, corresponden a la
entrada, en el margen derecho (la Rotonda y en la Galería del Sílex), ello nos
confirma que lo hicieron teniendo en cuenta una serie de factores como: la
facilidad de acceso, la protección, la proximidad al río y la luz natural que
llega del exterior.
Según los estudios realizados han demostrado que se trata de
ocupaciones humanas estacionales, que se desplazaban persiguiendo a las manadas
de bisontes, caballos y cérvidos. Este período cultural se desarrolló a finales
de la última glaciación, el paisaje era de estepas abiertas, con poca
vegetación arbórea y con una rica fauna de grandes herbívoros (reno, bisonte,
caballos, uros). El reno era su presa favorita pero también cazaban zorros
polares, liebres, rebecos, lagópodos, salmones…
Debido a la cantidad de objetos
descubiertos en esta cueva, con materiales que vienen de diferentes lugares
induce a pensar que la cueva de Mas d´Azil funcionó como un lugar de
agregación, es decir, un lugar dónde periódicamente se reunían grupos humanos
de la región, con el propósito de intercambiar conocimiento, técnicas, materias
primas o bien para organizar ceremonias, rituales necesarios para la vida
grupal.
Una fuerte identidad
magdaleniense se observa a través de las evidencias de los Pirineos
franco-cantábricos. Se han encontrado numerosas similitudes entre las obras
parietales y los objetos realizados en toda esta zona, tanto desde un punto de
vista estilístico como temático. Mas d´Azil es un lugar integral: es un sitio
de agregación, de hábitat, lugar clave
para el arte mobiliar y arte parietal, sobre todo por su calidad técnica, su
singularidad y gran valor artístico. La presencia de restos humanos ha sumado
aún más la particularidad de este lugar, que ha sido conocido en todo el mundo.
Durante el Aziliense no nos encontramos con los mismos animales. Durante este
periodo, el clima es mucho más cálido, lo que provoca la desaparición de las
estepas a favor de los árboles y grandes bosques. Luego sus presas favoritas
eran el ciervo, jabalí y el caracol. Estas características climáticas, unido a
unas herramientas microlíticas (de pequeño tamaño), arpones llanos de cuernos y
un arte principalmente representado por guijarros pintados o grabados con
signos geométricos cuyo significado aún está por determinar, han confirmado lo
que conocemos como cultura azilense.
Los inicios de Mas d´Azil.
Este asentamiento está
considerado como yacimiento paleontológico y prehistórico, desde el año 1860. Félix
Garrigan divulgó la estratigrafía general, en 1867 y, años más tarde, Edouard
Piette llevó a cabo importantes excavaciones. Era un conocido científico en
Francia, por sus trabajos en las cuevas de Gourdan y Lortet, que les permitió
reconocer muchas obras de arte prehistóricas, aunque, tuvo que enfrentarse a los
coleccionistas y aficionados que trabajan de una manera muy trasegada.
La importancia de Piette se debe
a los trabajos llevados a cabo en la orilla derecha, que él la llamo “La caverna
río arriba”, que incluía: la Sala Piette y la Galería Rotonda. Pero también
llevo a cabo excavaciones en la orilla izquierda, que le llevaron a identificar
la presencia de una cultura intermedia entre el Magdaleniense y el Neolítico, y
que le atribuyó el nombre de Aziliense.
A él, se debe la colección de
huesos de reno que se expone en el museo (hablaré de ella en la entrada
correspondiente del museo).
Durante estos años se obtuvieron
importantes registros, tanto de industria lítica como de arte mobiliar. Después
de su intervención, la cavidad pasó al olvido y los coleccionistas clandestinos
encontraron la oportunidad de hacerse con una rica colección, hay que pensar
que en esa época no existían leyes que regulasen el Patrimonio Arqueológico.
Piette animó al abad Henri Breuil
para que fuese a trabajar a la cueva, que realizó dos campañas de excavación (1901-1902)
y descubrió los primeros hallazgos de arte parietal (bisontes, caballos,
felinos, pez…) y grabados, pero no quiso invertir más dinero en la cueva y no
volvió a trabajar allí.
Bégouën junto a sus hijos
realizaron varias excavaciones y, en 1912, descubrió uno de los conjuntos
parietales más importantes, que se engloba en lo que conocemos como la Galería
Breuil.
Joseph Mandement descubrió una
serie de galerías en la orilla derecha, durante dos décadas. A él se deben los
descubrimientos de la segunda parte de la Galería de Breuil, Galería de los
Osos y de Los Pedernales. También fue el descubridor del cráneo humano (1948)
atribuido a una niña entre 15 y 20 años, ha sido el único resto humano
encontrado en la gruta.
Sus trabajos fueron científicos,
los realizó a través de estratigrafía y el material recuperado constituye una
colección inestimable, que se encuentra expuesta en el museo del pueblo.
Durante los años 1978 al 1982 se
llevaron a cabo trabajos de inventario del material y estudios sistemáticos de
las manifestaciones gráficas parietales que realizaron A. Vilalou, Alteirac y
Leclerq.
Mas d´Azil ha jugado un papel
primordial en el estudio del Paleolítico Superior francés, principalmente,
durante la cultura Magdaleniense, pero también, por la singularidad geológica
de la cavidad y, sobre todo, por ser el lugar donde se identifico por primera vez
una nueva cultura, que marca una transición entre el Paleolítico Superior y el
Neolítico y que conocemos como Aziliense.
La visita a la cueva:
Desde 2013 se puede visitar esta
cavidad. Es recomendable pasar primero por su Centro de Interpretación, que es
un edificio que está construido dentro de la cueva, para hacernos una idea de
lo que vamos a visitar. La visita se
desarrolla por galerías amplias y de
fácil acceso, acondicionadas por pasarelas.
En cada uno de los espacios más
interesantes a comentar se encuentran paneles explicativos, en francés, y en
otros espacios se han instalado una serie de recursos museográficos, para completar
las explicaciones de la guía.
Las diferentes galerías que se
visitan, que no son todas, están distribuidas en tres niveles. En el primer
nivel está la Sala Piette y la Galería de Breuil, en segundo nivel se encuentra
la Sala del Templo y la Galería Flint y en la tercera la Galería Bear, la Sala
de Conferencias y la Sala Mandement.
En la Sala de Conferencias tienen
montado un audiovisual con tres personajes a tamaño natural, uno de ellos es el
francés Edouard Piette, que exploró la cueva en 1889, y le debemos los
principios básicos en que se han basado los conceptos actuales de la
Prehistoria. Otro de los personajes es Joseph Mendement descubrió varias galerías y el hallazgo del
cráneo de una niña que le llamo “Magda”.
Y el tercer personaje es Magda, la
niña, que observa la discusión entre los dos investigadores, y reacciona
hablando en un idioma inventado, ya que los Magdalenienses usaban ya un
lenguaje articulado pero no se conoce, evidentemente.
En la Sala Mendement, se encuentra
un osario típico de periodos fríos. Esta acumulación de huesos está fusionada
en arcilla compacta y se encuentran en niveles anteriores a las ocupaciones
magdalenienses, sin huellas humanas asociadas.
En cuanto a su origen, una de
las hipótesis que barajan es que esta acumulación procede de una aportación
del nivel superior, y han llegado a esas
galerías por corrientes de barro por las fracturas de las calizas, que hoy día
se encuentran taponadas. La acumulación está formada por huesos de osos de las
cuevas, rinoceronte lanudo y mamut.
Las pinturas rupestres se
encuentran distribuidas por cuatro galerías pero no se pueden visitar, primero
por su estrechez para el público y segundo por razones de conservación. Éstas
se pueden contemplar en el Museo y en el centro de Interpretación que tienen
diferentes paneles dedicados al arte.
La cueva está ambientada con un
juego de luces de colores, que no favorece nada con la temática que estamos
tratando y resta credibilidad al lugar, pero hay que decir, que los franceses
invierten mucho dinero en la conservación de su Patrimonio, con vistas a una
explotación turística que le hacen recabar importantes ingresos a las arcas públicas.