lunes, 18 de marzo de 2019

EL DOLMEN DE LÁCARA (Badajoz)

En plena campiña extremeña, entre alcornoques y encinas, se halla una zona de penillanura granítica, donde predominan las rocas redondeadas, éstas presentan fisuras naturales que pueden aprovecharse para la extracción de grandes bloques con los que fabricar los ortostatos y dinteles, para la construcción de dólmenes. En este caso, en concreto, el monumento megalítico de Lácara.
Las noticias sobre el megalitismo extremeño de Lácara, no comienzan hasta el s. XIX, aunque hay que decir que éstas son aún inconclusas, pero poco a poco, se van introduciendo en la Historiografía de la arqueología extremeña.
La primera mención se la debemos a D. Vicente Barrantes, en 1875, en la obra Aparato Bibliográfico para la Historia de Extremadura, donde hace un verdadero relato de lo que ve en sus incursiones por el campo en 1873, sobre todo de dólmenes, mehires e inscripciones megalíticas. Él lo califica de notable monumento por sus dimensiones y le da un origen céltico y druídico.
Después, lo mencionaran Doménech (1886) y Paredes (1899). Ya en el s. XX, será mencionado por Juan Ramón Mélida, en 1914, que lo incluyo en el catálogo de Monumentos Nacionales, en 1931, pero no llevó a cabo ninguna intervención arqueológica.
En 1950, el geólogo Ismael Roso de Luna y el naturalista Fernando Hernández Pacheco recogen la existencia del dolmen y unas sepulturas excavadas en los bolos graníticos cercanos, en unos trabajos geológico-geográficos que realizaron de la comarca de Mérida y sus alrededores.
El matrimonio Leisner, en 1956, lo incluyen en su catálogo de dólmenes, por unas referencias que le pasa Hugo Obermaier.
No fue hasta los años 1957 y 1958, cuando el arqueólogo Martín Almagro Basch, llevó a cabo tres campañas arqueológicas, con una metodología de excavación.

“Monumento megalítico del tipo sepulcro de corredor”

Todo el túmulo dolménico está delimitado por una hilera circular de piedras a manera de muro de contención, la mayor de ellas es la que cierra la entrada del corredor del dolmen.
En general, podemos decir que el dolmen está formado por un largo corredor dividido en un vestíbulo, dos antecámaras y una gran cámara al fondo, se trata de un enterramiento colectivo.
La primera parte del corredor, lo que es el vestíbulo está construido con lajas de pizarra. A continuación se encuentran las dos antecámaras, que son de losas de granito y la cubierta del mismo material.
La gran cámara funeraria ha sido construida con ocho grandes losas graníticas, éstas no son rectas sino que presentan una curvatura, hacia adentro, formando una especie de cámara cuculiforme, que daría mayor resistencia al monumento para poder sostener el enorme bloque que cubriría su cámara.

“Está formado por un largo corredor cubierto que da acceso a la cámara mortuoria”

Cuando el domen fue excavado por Martín Almagro, el material se encontraba en niveles muy revueltos. Pero se pudo limpiar todo el corredor, cámara y antecámara hasta el nivel natural.
Entre los restos del ajuar funerario se localizaron puntas de flecha de metal, una era de tipo hoja de laurel y otra de hoja de sauce.
Un ídolo placa, realizado sobre pizarra de color gris oscuro, está grabado por una sola cara, contiene ojos perforados y decoración geométrica. También aparecieron una serie de objetos de adornos, entre ellos cuentas de collar y un colgante de hueso formado por una caña de huesos de ave. Sin embargo, los restos óseos humanos aparecieron todos fracturados.
Pero lo más llamativo de esta excavación, es la rica colección que proporcionó de puntas de flechas fabricadas en sílex, de varios colores, cuarcitas, cristal de roca y pizarra.
También fueron abundantes los hallazgos de las hojas de cuchillo de sílex, cuarcita y pizarra. La cerámica aparecida está deteriorada por las continuas remociones que sufrió el dolmen en sus diferentes etapas. Se trata de una cerámica fabricada a mano, su barro se presenta con arenas gruesas. Entre las vasijas se encuentran vasos, cuencos y un vaso campaniforme.

“Una joya arquitectónica del Bronce I y II”

El dolmen ha sido utilizado durante años como vivienda y como redil para el ganado. Se han utilizado cargas de dinamita para extraer bloques de granito para la construcción, esto se determina por la presencia en algunas de las piedras de la cubierta, que conserva restos de los orificios producidos por los barrenos. A pesar de todas estas agresiones que ha sufrido el monumento, se encuentra bastante completo, debido a sus sorprendentes dimensiones.
En la zona se localizan varios monolitos de dimensiones menores, en el centro de este campo de dólmenes y cerca del de Lácara se encuentra la hondonada que forma el valle del río Lácara, y en el que se sitúa una peña de forma hemiesférica de 7m de altura, es interpretado como un altar rupestre porque permite identificar su funcionalidad de ritual, debido a 16 pequeños entalles excavados en su pared a modo de escalones. En la parte de arriba se encuentra una cubeta que mide unos 80cm y de ella sale un canalillo que va a desaguar por el lado oeste de la peña.
Estas características han llevado a plantear Lácara como un lugar sagrado, probablemente por estar relacionado con tradiciones mitificadas de antepasados que se considerarían allí enterrados.

“Declarado monumento nacional en el año 1931”

La Comunidad de Extremadura es la que más vestigios megalíticos posee en su territorio, pero en su catalogación de yacimientos, el dolmen de Lácara es el de mayores proporciones y el que muestra unas estrategias constructivas más complejas. Se pueden encontrar paralelismos técnicos con los Anta Grande do Zanbujeiro en Évora, (Portugal), Menga, en Antequera (Málaga), el dolmen de Soto, en Trigueros (Huelva), y La Pastora, en Valencina de la Concepción (Sevilla). Podemos decir que son los sepulcros más monumentales de la Península Ibérica.
Por eso, La Consejería de Cultura y Turismo adquirió los terrenos en 2009, dentro del proyecto “Recuperación del Camino Histórico de la Vía de la Plata en Extremadura. Proyecto Vía de la Plata II”, que tenía como objetivo recuperar los monumentos que se encuentran en dicha vía.
La intervención y las estrategias de protección que se han llevado a cabo, han sido la de consolidar las estructuras del monumento, así como, la limpieza del entorno,  señalización con paneles explicativos, adecuación del camino de acceso, y zona de aparcamiento.

Referencias:

- Vicente Barrantes., 1875: Aparato bibliográfico para la Historia de Extremadura. Tomo I. Madrid.

- José Ramón Mélida., 1914: Arquitectura dolménica ibérica. Dólmenes de la provincia de Badajoz. Madrid.

- Martín Almagro Basch., 1959: Excavaciones en el sepulcro de corredor megalítico de Lácara, Mérida (Badajoz). Revista de Estudios Extremeños, 15 (2).

- Martín Almagro-Gorbea y Javier Jiménez Ávila., 2000: Un altar rupestre en el Prado de Lácara (Mérida). Apuntes para la creación de un parque arqueológico. Extremadura Arqueológica VIII. El Megalitismo en Extremadura (Homenaje a Elías Diéguez Luengo). Mérida.

 - Juan Sánchez Cuenca., 2010: Noticias de dólmenes extremeños publicadas durante el s. XX. Revista de Estudios Extremeños, Tomo LXVI, Número I.


Esquema de construcción.

Esquema de construcción, vista lateral.











Vídeo:

http://www.canalextremadura.es/historia-de-extremadura/5000-anos-de-historia-dinamitados?fbclid=IwAR0Mj9MVLBM37-N_fSXHyev7FGeyaaSMcHkeNysu_EbOU7ORwGUjexveI3k





lunes, 4 de marzo de 2019

ARTISTAS Y CAZADORES DE MAMUT.




Cuando oímos hablar de Rusia lo que nos evoca es la magnífica banda sonora de Maurice Jarre, en Doctor Zhivago, o bien historias de zares, bolcheviques o simplemente una tierra inhóspita dónde nada es posible, sin embargo, podemos contemplar un período cultural, como es el paleolítico superior, donde la vida fluye con el Homo sapiens, verdaderos artistas y cazadores de fauna fría.
Pero para comprender la historia de Rusia hay que tener en cuenta dos factores en su desarrollo, uno de ellos es su amplitud territorial, a la hora de estudiar la evolución de la sociedad humana, y la otra es su climatología. Un clima extremadamente frío y árido que favorecía el desarrollo de extensos glaciares, en las áreas de montaña, y de una vegetación esteparia en los valles y llanuras.
En este ambiente Siberiano se encontraba un asentamiento muy bien estructurado de la cultura del paleolítico. Nos referimos al yacimiento de Zaraysk, a unos 154 km al sur de Moscú, se viene excavando desde los años 1980-1989, por el arqueólogo ruso Trusovym.
Años más tarde, los trabajos fueron retomados por los arqueólogos Hizri Amirjanov y Serguei Lev, del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Rusia, dónde  cambiaron la metodología de trabajo e incorporaron un equipo interdisciplinario.
El nombre de Zaraysk se refiere a una ciudad, en el centro de la misma, se encuentra un castillo del s. XVI, con el mismo nombre. La zona donde se están llevando a cabo las excavaciones al aire libre, se encuentra en la parte norte de la muralla de la fortaleza, aunque gran parte de éste asentamiento, fue destruido cuado se llevaron a cabo los trabajos de construcción del castillo y su muralla, pero aún queda una parte de éste in situ, y  se enmarca dentro de lo que se conoce como la cultura Kostenki-Avdeevo, que podemos decir que es el gravetiense oriental.
El gravetiense es una fase cultural de los Homo sapiens. Durante el Paleolítico superior, se desarrollo una fase climática fría y predominaba una fauna adaptada a éste clima, como los mamuts lanudos y los renos; abarcaba desde las estepas euroasiáticas hasta la Península Ibérica.
Los cazadores de esta cultura, en la región que estamos tratando, se han registrado en más de 26 sitios con restos del paleolítico superior. Lo hacían en un ambiente de llanura periglacial, pero contaban con animales y sílex, materias primas que les proporcionaban las herramientas básicas para la caza y los animales para la alimentación, como carne, huesos y pieles para la construcción de sus hogares. A pesar de que Zaraysk se encuentra a más de 500 kms de distancia de Kostenki, se han encontrado una serie de objetos, como las estatuillas, que sugiere unas semejanzas culturales entre ambos asentamientos.
Hasta aquí, se desplazaron los humanos anatómicamente modernos de la Europa del este. Se han determinado tres oleadas de colonización en el norte de Eurasia, que comprenden desde 40-30, 24-18 y 17-1 ka BP, son poblaciones que provienen de Europa central y oriental; estas oleadas pudieron ser rápidas, debido a la variedad de hábitats y zonas climáticas. Para Hoffecker ésta dispersión hasta estas zonas tan alejadas y hostiles, se pudo llevar a cabo por la innovación tecnológica.

“Zaraysk es el hábitat más septentrional habitado por el Homo sapiens durante la última glaciación”

A lo largo de las excavaciones se han llegado a identificar cuatro fases de ocupación diferentes, que van desde 15.600 ±300 BP hasta 23.000 ± 400 BP.
En la primera fase, cerca de las áreas de habitación, se encontraron una serie de depósitos de almacenamiento que contenían hojas de sílex, en su parte inferior.
En la segunda fase, la construcción de estos depósitos era de mayores dimensiones y parece que fueron tapados con omóplatos, marfil de mamut, y pieles.
En la tercera fase, el suelo de habitación estaba lleno de huesos grandes que formaban parte de los restos de construcción de la vivienda. También se encontró un depósito que estaba completamente lleno de grandes nódulos de sílex, con un peso de 4kg cada uno, posiblemente un acopio de material para las estaciones más duras.
Sin embargo, en la cuarta fase, perteneciente ya a un pleistoceno tardío, los huesos de mamut se encontraban en muy mal estado de conservación.
Dentro de la cultura material se han descubierto miles de instrumentos líticos, como cuchillos, puntas de lanza, raspadores, buriles, microlíticos… todos fabricados en sílex. 
La abundancia de este material les facilitaba el trabajo de talla. Se han encontrado muchos restos de desecho, como lascas que son subproductos de la industria lítica.
Independientemente, de su riqueza material, en estos depósitos se encontraron una serie de elementos, hasta la fecha bastantes novedosos dentro del gravetiense, como son dos estatuillas femeninas realizadas en marfil, un bisonte con las patas rotas y objetos cónicos tallados a partir de colmillos de mamut; junto a acumulaciones de ocre y tapados con omóplatos de mamut. En una costilla de mamut se grabaron tres mamut y un pequeño hueso grabado con cruces cruzadas u oblicuas.
Las figurillas que han aparecido son únicas en su tipología, una de ellas tiene una altura de 16,6 cms y muestra un cuerpo femenino sin rostro, probablemente es una mujer en estado de gestación.
La segunda no está terminada aún y tiene una altura de 7,4cm. Ambas figurillas se encontraron una muy cerca de la otra y se cubrieron con la escápula de un mamut, estaban enterradas en arena fina y con ocre a su alrededor.
Un elemento importante en la vida espiritual de estas comunidades es el ocre rojo, que se extraía del óxido de hierro, que se encontraba en grandes cantidades en el sedimento arenoso de la zona.
Los alrededores de todo el perímetro de las viviendas fueron rociados con restos de ocre. También, se ha encontrado este mineral en depósitos de almacenamiento.
Junto a estas muestras arqueológicas se han recuperado muchos fósiles de mamíferos, de tamaño grande, como el mamut (Mammuthus primigenius), es la especie más abundante, con un 98%  del número total.
Sus elementos más representativos son el cráneo, mandíbulas inferiores, costillas, escápulas, colmillos y dientes. Los huesos largos son raros y usualmente sólo se encuentran muy fragmentados. En total han aparecidos 23 individuos adultos, 16 jóvenes y 2 infantiles.
Es un animal que está adaptado al frío, su espesa manta de pelo y su gruesa capa de grasa le hace conservar su calor corporal aun con temperaturas extremas. Su marfil fue muy preciado por los humanos, que realizaban utensilios como adornos y estatuillas femeninas y de animales, así como, para la elaboración de herramientas. Un reciente estudio ha determinado que el marfil fue utilizado por las sociedades del pleistoceno, para la elaboración de puntas de proyectil, por sus características de rigidez, durabilidad y tamaño fue utilizado en la caza mayor.
 Pero según, el registro vemos que además de los mamuts en el yacimiento no hay una variedad específica de mamíferos, sino que ésta es bastante limitada. Están presentes el bisonte de estepa (Bison primus), el reno (Rangifer farandus), y animales medianos como glotón (Gulo gulo), zorro ártico (Alopex lagopus), lobo gris (Canis lupus), ratas (Muridae gen indet.), ardillas (Citellus sp) y marmotas; en el año 2002 en el suelo de una de las habitaciones, se encontró un incisivo de Homo sapiens.
Así como, gran cantidad de patas y colmillos de zorro ártico, que probablemente se utilizaron como elemento de adorno y para el aprovechamiento de sus pieles.
Los huesos grandes se usaban como azadas para cavar la tierra y los pequeños se usaban para agujas y punzones.
En el año 2001, en el depósito 71, uno de los excavados en la primera fase, con una datación de 22.000-23.000 BP, se recuperó una estatuilla de un bisonte hecha a partir de un colmillo de mamut. Una obra de arte del paleolítico, que lanzó a éste yacimiento entre los registros más conocidos de Europa.
Si comparamos ésta estatuilla con otras esculturas del arte mobiliario de Europa oriental y central, vemos que no sólo representa una evidencia temprana de la expresión artística en el estilo naturalista, sino un alto nivel de experiencia por parte del tallista. Dado el tamaño de la obra y el contexto estratigráfico específico donde apareció.
Podemos suponer que la figurilla podría haber jugado un papel importante durante las ceremonias rituales. Posiblemente, nos encontremos con unas comunidades que estaban haciendo su transición entre la fabricación de sus herramientas  y el arte.
Para los autores de éste trabajo, el bisonte tiene un significado mágico. Se le da un significado espiritual, pues podría ser utilizado como tótem en los rituales que se celebrarían antes de salir de caza. Para ello, excavaron una fosa de 60cms de diámetro y 80 de profundidad, en el fondo construyeron un pequeño altar donde colocaban la estatua y después la cubrían con tierra.
Desde un punto de vista arqueozoológico hay todavía muchas dudas por resolver,  una de ellas, es que si estas comunidades de cazadores estaban especializadas en la caza del mamut o si eran sólo cazadores ocasionales.
La gran cantidad de huesos de mamut recuperados plantean varias hipótesis de trabajo, por un lado, si todos los restos óseos recuperados fueron cazados; por otro determinan que cerca del yacimiento había un cementerio de mamuts, que murieron por vejez o bien se ahogaron en el río Don, que estaba cercano, y que en esa época sería mucho más caudaloso. La hipótesis de que los grupos humanos iban periódicamente a estos lugares para recoger los huesos necesarios está argumentada en el hecho de que muchos huesos encontrados en el sitio son más antiguos que la edad de la capa cultural donde se registra.
Otra cantidad de restos óseos fueron quemados, parece ser que fueron utilizados como combustible, ya que en la tundra periglacial no había mucha madera disponible para utilizarla como energía, ni tampoco existían  cuevas y abrigos donde resguardarse del frío. Tenían que construir sus cabañas con huesos de animales.
La mayor parte de los colmillos se utilizaron como material para la construcción de las estructuras de sus cabañas porque tienen tamaños similares, lo que quiere decir que hubo una selección del material, éstas eran recubiertas con pieles de reno.
A finales del año pasado (2018), salieron a la luz una serie de hallazgos muy significativos, como una nueva vivienda que estaba repleta de restos óseos de mamut, animales quemados, restos de ocre y carbón.
Pero lo más curioso ha sido el hallazgo de un cráneo de mamut con herramientas dentro; una especie de “caja de herramientas” que guardaba dentro una punta bifacial, en forma de hoja.
Faltan respuestas a muchas preguntas que se obtendrán a través de los estudios arqueozoológicos, tafonómicos y de estacionalidad. Pero sin duda, el trabajo del equipo está contribuyendo a comprender los modos de vida de las comunidades del paleolítico superior, de la llanura rusa.

Referencia:

-Kozlowski, J.K., 1992: L´art de la Préhistoire en Europe Orientale. Paris. C.N.R.S.

-Amirkhanov, H y Lev S., 2002: “Una escultura paleolítica única del sitio de Zaraysk (Rusia)”. Antigüedad 76.

-Dolukhanov, P.M., et al., 2002: Colonización de Eurasia del Norte por humanos modernos: cronologías de radiocarbono y medio ambiente. Journal of Archaeological, 29, pp 593-606.

-Hoffecker, J.F., 2005: Innovación y conocimiento tecnológico en el Paleolítico Superior de Eurasia del Norte. Antropológica Evolutiva 14(5), pp 186-195.

- Nogués-Bravo, D., Rodríguez, J., Hortal, J., Batra, P., Baraújo, M., 2008: El cambio climático, los seres humanos y la extinción del mamut lanudo. PLOS.

- Amirkhanov, H y Lev S., 2009: Une statuette de bison découverte dans le site de Zaraysk (Russie). Bolletin de la Societé Prehistoique Française.

-Hoffecker, J.F y Holliday, V.T., 2013: Arqueología del paisaje y dispersión de humanos modernos en Europa del Este.

-Amirkhanov, H y Lev, S., 2015: New finds of art objects from Upper Palaeolithic site of Zaraysk, Russia. Antiquity 82 (318), pp 862-870.

- Pfeifer, S,J., Hartramph, WL., Kahlke, RD., Müller, F., 2019: El marfil de mamut fue la materia prima ósea más adecuada para la producción de puntas de proyectil en el Pleistoceno tardío. Nature, 9.


Recreación de la vida en las estepas siberianas. Foto: Oleg Yegoróv.

Yacimiento de Zaraysk en plena excavación. Foto: Amirkhanov.


Estatuillas femeninas.  Foto: Amirkhanov.

Bisonte de marfil.  Foto: Amirkhanov.


Piezas cónicas que tiene un agujero en el centro realizado en marfil.  Foto: Amirkhanov.