Galera es un pequeño municipio
granadino que se localiza en el altiplano Baza-Huéscar. Sin embargo es conocido,
tanto a nivel nacional como internacional, por la herencia arqueológica que atesora,
que se extiende desde la Prehistoria hasta la Edad Media.
Los restos de su
riqueza arqueológica, le vienen principalmente de los hallazgos en los
yacimientos de Castellón Alto y Fuente Amarga; en total, se han recuperado más
de 130 sepulturas funerarias, de la Edad del Cobre.
En su término municipal existen
más de 45 puntos arqueológicos catalogados, y ha sido uno de los puntos álgidos
de la arqueología española a lo largo del s. XIX y principios del XX, donde se
han llevado a cabo diferentes intervenciones arqueológicas, de la mano de Juan
Cabré, Federico de Motos, Wilhelm Schüle, Manuel Pellicer, Fernando Molina y
Oliva Rodríguez-Ariza.
En el año 2001, abrió sus puertas
el Museo Arqueológico, que se emplazó en el antiguo convento de monjas de
Cristo Rey, y acoge los materiales arqueológicos de casi todos los períodos del
desarrollo histórico, de la zona.
Todas las zonas, que son ricas en
registros arqueológicos, corren el riesgo de ser expoliadas, es lo que le ha
pasado a Galera. Los habitantes del lugar, cuando labraban sus tierras, les
salían auténticas colecciones de material arqueológico y desaparecían.
Este
hecho, fue lo que alentó a las autoridades del lugar, a la creación de un museo,
en 1998. Al principio se disponía de poco material, pero poco a poco los
habitantes se fueron concienciando del valor de su patrimonio, y empezaron a
donar sus colecciones, de ésta forma se
comienza a catalogar y restaurar las piezas donadas. Gracias a esta iniciativa
de contar con un museo, se ha conseguido que con los años, Galera pudiera
contar con una de las piezas más emblemáticas de todo el museo, y que fuese depositada allí, y no en el museo
provincial, se trata de “La Momia de Galera”, de la sepultura 121, de Castellón Alto.
Si hacemos un recorrido, por sus
salas, vemos que la primera planta está dedicada a la Prehistoria. Se exponen
materiales cerámicos, líticos y metálicos
que reflejan los modos de vida de las sociedades de la Edad del Cobre y del Bronce
(Cultura Argárica).
En la planta baja se encuentra
una de las piezas más misteriosas de esta zona y que le ha dado renombre a este
pueblo, es la “Diosa de Galera”, que fue descubierta, en 1916, en la
necrópolis de Tútugi. Aparece junto a un
ajuar formado por 4 vasijas gemelas de distintos tamaños, dos frascos de vidrio
y una copa ática de barniz negro.
Tiene una datación del s.VII a. de. C. Es una
pequeña escultura tallada en alabastro y representa a la diosa Astarté. La
deidad aparece sentada junto a dos esfinges y sostiene un gran cuenco en su
regazo. El busto es hueco, para verter líquido
tanto por la parte superior de la cabeza, como por los pechos, hasta llegar
a la pila.
La función de esta escultura, todavía no se ha podido determinar, se
cree que pudo ser para llevar a cabo algún tipo de ritual, pero aún está por precisar.
El hallazgo, de esta escultura, se
extendió por todo el territorio y la pieza fue adquirida por el restaurador de
Luis Siret. Años después, Luis Siret, la donó al Museo Arqueológico Nacional,
donde permanece actualmente.
En Galera se conserva una copia. Sería de justicia
que la pieza original volviera a su lugar de origen.
En el año 2002, apareció en una
de las terrazas del poblado de Castellón Alto una sepultura con restos humanos,
parcialmente momificados, pertenecientes a la cultura de El Argar.
Los restos pertenecen a un varón
adulto de entre 27 y 29 años, con una estatura de 1,60 m. Sus manos y brazos
estaban flexionados sobre el pecho. Se ha conservado casi todo su cuero
cabelludo, el pelo era largo y negro, con dos trenzas laterales y una cola
central. También se han conservado trozos de tejido del vestido, que era de
lino y lana, y cubriendo la cabeza aparecen restos de de un gorro de lana.
Junto al varón se encuentra un
niño de 4 años que posiblemente fue sacado de su sepultura original y colocada
junto al padre, debido a que los restos no estaban en conexión anatómica en el
momento de su extracción.
Para conservar este excelente
conjunto momificado, el único que se conserva en España hasta la fecha, se ha
fabricado una vitrina especial totalmente hermética, donde el oxigeno se ha
sustituido por nitrógeno. Esto impide que en el interior se desarrollen
microorganismos o focos de oxidación, que afecten a la conservación de los
restos.
El museo también cuenta con una
bodega, donde se presenta una colección etnográfica de la elaboración del vino,
el cáñamo, esparto…
Decir, que a pesar de tratarse de
un museo ubicado en una población pequeña, éste custodia una excelente
colección de material arqueológico de la Cultura Argárica, además está muy bien
coordinado, desde el mismo museo que empiezas con una visita guiada por el
mismo, te proporcionan la visita guiada a los yacimientos de Castellón Alto y Fuente Amarga.