viernes, 23 de diciembre de 2022

EL CENTRO DE INTERPRETACIÓN “CÁDIZ PREHISTÓRICO”

 El Centro de Interpretación “Cádiz Prehistórico”, en Benalup-Casas Viejas (Cádiz), abrió sus puertas en 2009, y su infraestructura fue llevada a cabo por la Diputación de Cádiz, a través del programa Cultura-Cad. Los contenidos museográficos estuvieron dirigidos por la profesora María Lazarich González, de la Universidad de Cádiz, y su equipo.

El entorno de Benalup destaca por su importancia arqueológica, en registros que van desde el paleolítico hasta la prehistoria reciente. Destacando las primeras sociedades cazadoras recolectoras que desarrollaron su vida en estos entornos hasta las primeras sociedades neolíticas, que permitió el desarrollo de la agricultura y ganadería y la implantación de una forma de vida sedentaria.

Uno de los abrigos con pinturas es el Tajo de las Figuras, uno de los más importantes del sur peninsular, que contiene novecientas sesenta y tres pictogramas, de los cuales destacan 208 figuras de aves, lo que nos demuestra el conocimiento que tenían estas sociedades del comportamiento del mundo animal que les rodeaba. Estas sociedades que abarcaban desde el Vº al IIº milenio a. C estaban estructuradas en diferentes asentamientos desde aldeas a poblados, con diferentes áreas destinadas a la producción de alimentos y depredación, así como lugares con un marcado carácter simbólico como queda reflejado en los enterramientos megalíticos y abrigos con pinturas.

Nos puede llamar la atención, ¿por qué un centro de estas características se decidió poner en Benalup qué es una población pequeña?

Sencillamente, por la riqueza patrimonial que encierra su entorno más inmediato. En 1913, investigadores nacionales y extranjeros visitaron la zona alertando de las pinturas rupestres, de la cueva del Tajo de las Figuras. Por aquí, pasaron prestigiosos investigadores como Henri Breuil, W. Verner, Hugo Obermaier, Juan Cabré, Eduardo Hernández Pacheco, Miles Burkitt, C. Mergelina; en la década de los noventa destacaron los estudios de Martí Mas, y en la primera década del siglo veintiuno los trabajos de María Lazarich, A. Mª Carreras... 

Aquí, nos podríamos hacer otra pregunta ¿por qué en el siglo pasado interesaba más conservar nuestro patrimonio, que hoy día? En la anterior pregunta, hay una respuesta contundente, pero en ésta, no la tenemos porque son por múltiples causas… sí, decir que, conservar nuestro patrimonio nos otorga identidad, nos enseña de dónde venimos y permite conocernos mejor como sociedad e individuos y, nos ayuda a entender los problemas del presente, creo que son motivos más que suficientes para conservar  este valioso patrimonio arqueológico natural, más que nada, por su extrema vulnerabilidad y peligro de extinción.

La percepción de la arquitectura del edificio, de dimensiones rectangulares, podemos incluirlo en el mimetismo arquitectónico, que aplica una o varias operaciones simultáneas que permiten ordenar la captación del espacio acorde a sus pretensiones jerarquizadas, donde el acceso te induce a pensar que se trata de una sola planta, pero, sin embargo, consta de tres plantas regidas por una geometría y plasticidad de formas, que te van envolviendo según el contenido de las obras. Sus paredes blancas le dan un efecto cromático que se mimetiza, con el resto de los edificios de la zona de alrededor.

Para su contenido, como he comentado, los arquitectos lo han estructurado en tres plantas, con contenidos prehistórico de Cádiz. La planta baja dispone de numerosos recursos, con recreaciones ambientales, audiovisuales, réplicas y efectos especiales para reflejar la vida de los distintos períodos culturales de este marco geográfico.

Un área que me ha gustado mucho ha sido el área dos, un paseo por la prehistoria, donde se hace un recorrido por los diferentes periodos culturales que configuran éste período, ayudado por grandes paneles, réplicas de piezas prehistóricas, proyecciones y una estructura donde se refleja la estratigrafía correspondiente a tres yacimientos de la provincia. Se hace un recorrido por la alimentación, caza y recolección, así como el fuego, herramientas y diferentes materiales utilizados a lo largo de la prehistoria.

Se dedica un gran espacio a la temática de la muerte, diferentes maquetas de distintas estructuras y ritos funerarios. Se trata de un centro que está muy bien dotado de contenido y con exposiciones muy de actualidad, con innovaciones tecnológicas, pedagógicas y muy didáctico, a pesar de que ya lleva abierto casi quince años, el visitante se va con una visión muy completa, de lo que es la prehistoria, en la comarca de la Janda.

Felicitar a la profesora María Lazarich, por el gran trabajo realizado y por toda la labor de difusión y divulgación sobre el patrimonio que viene realizando en la zona, y por su lucha en la puesta en valor de la cueva del Tajo de Las Figuras, un rico patrimonio artístico, cultural y arqueológico que no puede perderse; debido a que el arte esquemático de la Laguna de la Janda tiene un estilo único, debido a que la mayor parte de las cuevas que contienen éstas manifestaciones se localizan en el entorno de esta antigua laguna (hoy día desecada por el hombre). Las pinturas de estos abrigos muestran unos rasgos propios y diferentes del resto de los estilos conocidos en la prehistoria reciente, de la península Ibérica, de ahí, su necesidad de protegerlo y conservarlo.  

Referencias:

-Mas, M., (2000): Proyecto de Investigación Arqueológica. Las manifestaciones rupestres prehistóricas de la zona gaditana. Sevilla.

- Mas, M., (2005): La cueva del Tajo de Las Figuras. UNED. Madrid.

-Carreras, A. Mª y Caballero, M (2006): "Las pinturas rupestres esquemáticas de las sierras gaditanas estado de la cuestión". IV Congreso de Arqueología peninsular: (Faro, Portugal).

-Lazarich , M et al., (2012): "Las manifestaciones rupestres postpaleolíticas del entorno de la Janda (Cádiz). Nuevas perspectivas de Estudio". Sección de Estudios Arqueológicos V. Varia X. Ponencias del Seminario de Arte Prehistórico de 2011. Universidad de Valencia.

-Lazarich, M., et al, (2018): "Las necrópolis megalíticas del entorno de la Laguna de la Janda (Cádiz)". VI Encuentro de Arqueología del suroeste peninsular.














La Pfra. María Lazarich dando a conocer el rico patrimonio de la cueva del Tajo de las Figuras (Benalup-Cádiz).



jueves, 8 de diciembre de 2022

EL PERRO DOMÉSTICO EN EL MAGDALENIENSE (País Vasco).

 En el año 1985, el profesor Jesús Altuna (arqueólogo-antropólogo y pionero en España de los estudios arqueozoológicos) dirigió las excavaciones de la cueva de Erralla, en Sestao, Gipuzkoa; donde se hallaron una serie de registros óseos, entre los que se encontraba un húmero de un cánido, pero no se supo determinar a qué especie pertenecía en ese momento, clasificándolo como Canis sp. Esta cueva presenta una estratigrafía con niveles bien definidos y caracterizados, con rangos que van desde el VII al I. Donde se encontró el húmero de cánido corresponde al nivel V y está cubierto del nivel IV que proporcionó restos de siete cabras montesas (Capra pyrenaica), que estaban en posición anatómica, lo que indica que murieron en la cueva.

Según el registro del nivel V deparó una rica industria lítica y ósea, característica del magdaleniense inferior, así como, objetos ornamentales y otros elementos decorados. Además de los análisis polínicos, que nos dicen que este nivel perteneció a una fase fría (Dryas I), están los arqueozoológicos que nos hablan de la dieta de los humanos de Erralla, que tenían un predominio de Capra pyrenaica sobre el Cervus elaphus. Las dataciones de isótopos de este nivel, las sitúan en 15.740 ± 240 y 16.270 ± 240 AP.

Un reciente estudio realizado por el grupo de Biología Evolutiva Humana de la Universidad del País Vasco, donde han combinado análisis de morfología, datación por radiocarbono y análisis genéticos han confirmado que se trata de un Canis lupus familiaris, que se sitúa en el magdaleniense inferior, de la región Cantábrica.

El perro (Canis lupus familiaris) doméstico más antiguo proviene de su agriotipo, el lobo gris (Canis lupus), que apareció en el paleolítico superior. Pero aún está por determinar cuándo y dónde fue domesticado, aunque podamos decir, basándonos en los estudios genéticos, los orígenes de los linajes de perros se remontan a los antiguos lobos europeos, lo que deja claro un origen europeo para la domesticación de lobos. Aunque, hay autores, que consideran el origen del perro en Europa y Asia. Pero estudios anteriores, publicado en 2020,  viene a determinar que había diferentes arqueotipos de cánidos hace más de 11.000 años, y que los perros europeos sólo son un subconjunto muy pequeño de la diversidad  que alguna vez existió; asegurando así, que la domesticación del perro fue multifacética.

En el País Vasco, hasta la fecha, no se han clasificado restos de cánidos domésticos en niveles magdalenienses y también es el primer estudio que incluye una datación por AMS 14C y un análisis genético, para la identificación de especies. Hasta le fecha, sólo se han identificado tres perros del paleolítico superior (Magdaleniense y Epigravetiense) de los yacimientos de Kesslerloch (Suiza), Bonn-Oberkassel (Alemania) y Grotta Paglicci (Italia), sólo con análisis morfométricos y genéticos.

Según los resultados de este estudio se determina qué durante el magdaleniense, el perro doméstico formaba parte de los grupos de cazadores-recolectores de Europa Occidental. El perro de Erralla (17.410- 17.096 Cal. AP) es uno de los ejemplares más antiguos identificado como Canis lupus familiaris, y comparte el haplogrupo mitocondrial C con los perros magdalenienses analizados hasta la fecha. Este estudio nos determina la domesticación del lobo más antigua de la que teníamos hasta la fecha, para la Europa Occidental.

Referencia:

-         - Altuna, J., et al, 1985: “Cazadores magdalenienses en Erralla (Cestona, País Vasco).” Munibe, 37. San Sebastián.

-         - Botigué, L.R., et al, 2017: “Genomas de perros europeos revelan continuidad desde principios del Neolítico.” Nature Communications, 8. 10.1038/ncomms 16082.

--          - Bergström, A., et al. 2020: "Origins and genetic legacy of prehistoric dogs." Science 370, pp 557-564.

-          -Hervella, M., et al., 2022: “The domestic dog that lived   ~ 17.000 years ago in the Lower Magdalenian of Erralla site (Basque Country): A radiometric and genetic analysis”. Journal Archaeological Science 46, 103706.

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El húmero del Cánido de Erralla: a-vista anterior, b-vista posterior, c-vista medial, d-vista lateral. Foto: J.A.S.

Foto de Rocío  Cáceres Biera.





jueves, 24 de noviembre de 2022

EL PESCADO: ¿Cocinado o Calentado?

 Se acaba de publicar un artículo, sobre las evidencias de la cocción del pescado, en la revista Nature Ecology and Evolution, por investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Se trata, del yacimiento de Gesher Benot Ya ´aqov, con una datación de 780.000 años, donde se han conservado evidencias de actividades relacionadas con la cocción de peces de agua dulce, por parte de los homínidos.

Este yacimiento se encuentra al norte de Israel y al sur de Siria y, a poca distancia de Ubeidiya (yacimiento del pleistoceno temprano, donde se conservan restos de las primeras migraciones de Homo erectus), donde se encuentra el Lago Hula.

El asentamiento de Gesher contiene una estratigrafía muy completa, y con una secuencia ocupacional muy larga, con industria achelense y una rica fauna, que nos sitúa en el pleistoceno inferior y su tránsito al medio. Los trabajos de investigación determinaron que se trataba de una ocupación ininterrumpida, de más de 100.000 años. Su registro es muy interesante porque conserva las evidencias más antiguas del uso del fuego de forma continuada, también las distribuciones de los espacios aparecen divididas por áreas, dedicadas a la división del trabajo, su alimentación era muy diversificada, se componía sobre todo al consumo del pescado, vegetales y carne.

A raíz de los análisis tafonómicos y análisis isotópicos han determinado unas preferencias por dos especies de ciprínidos grandes, Luciobarbus longiceps y Carasobarbus canis (carpas y barbos); donde se han encontrado poca presencia de espinas de pescado (éstas suelen ser bastantes grandes) y mucha de dientes faríngeos. Estos dientes estaban asociados a hogares. A través del análisis experimentales, mediante difracción de rayos X, se sometieron los dientes a temperaturas entres 200-500ºC, y proporcionó que estos dientes habían estado expuestos a bajas temperaturas (<500ºC), lo que sugiere que junto con los datos arqueológicos y tafonómicos, que los peces del área del horizonte B habían sido cocinados y consumidos en el sitio.

Los dientes faríngeos son dientes grandes y muy duros, fueron encontrados en grandes cantidades, en diferentes estratos arqueológicos del sitio. Al analizar la estructura de los cristales que forman el esmalte de los dientes (el tamaño aumenta con la exposición al calor), las investigaciones pudieron comprobar que los peces capturados no fueron calentados o expuestos al fuego de forma directa.

La pesca se llevaba a cabo en el Lago Hula, donde vivían una serie de especies que se extinguieron con el tiempo y las carpas que vivían podían medir los 2m, de largo. Aquí, se ha documentado un asentamiento continuo en el tiempo, que duro miles de años, de los grupos de cazadores recolectores achelense, posiblemente, de la especie Homo erectus, aunque no han aparecido los suficientes restos para determinar su presencia.

Las excavaciones que se vienen realizando, de forma sistemática, está dando lugar a un conocimiento de los hábitos de vida de estos homínidos, desde su cultura material hasta sus fuentes de alimentación, que se caracterizan por una rica variedad de especies, tanto vegetales como de animales mamíferos terrestre, de tamaño mediano y grande.

El haber llevado a cabo el estudio de isótopos, les ha permitido reconstruir las condiciones hidrológicas en el lago, a lo largo de las diferentes estaciones, y determinar así que los peces no eran un recurso económico estacional, sino que se pescaban y consumían a lo largo de todo el año, esto les proporcionaban una fuente constante de alimentación que redujo la necesidad de tener que estar desplazándose asiduamente en busca de alimentos.

Referencias:

-          Irit Zohar et al, 2022: ”Evidence for the cooking of fish 780,000 years ago at Gesher Benot Ya´aqov, Israel”. Nature Ecology &Evolution, 2436.

 

-          Nira Alperson-Afil, 2008: “Continual fire-making by Hominins at gesher Benot Ya´aqov, Israel”. Quaternary Science Reviews. V. 27, Issues 17-18.

  

Localización del asentamiento arqueológico Gesher Benot Ya´aqov y las rutas del Homo erectus. Foto: Universidad de Tel Aviv.

Ilustración de homínidos cocinando barbo grandes a orillas del paleolago Hula. Autor: Ella Marce.


Cráneo de Carpa. Foto: Universidad de Tel Aviv.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

LAS HUELLAS FÓSILES MÁS ANTIGUAS


Pensar que después de 3,6 millones de años podamos ver las primeras icnias (pisadas fósiles) humanas y de animales parece algo inverosímil. Este tipo de investigaciones, aunque no lo parezcan, no son nada recientes. En 1976 fueron descubiertas, en Laetoli, por el equipo de Mary Leakey, y nos reflejaban los pies de tres individuos Australopithecus afarensis, que caminaban erguidos.

Hoy nos vamos a centrar, en las primeras huellas de pisadas encontradas, en la zona del continente europeo. La aparición de las huellas de los homínidos, digamos que, no han despertado mucho interés en el campo de la Paleoantropología, debido a la escasez de hallazgos, y por la falta de datos en comparación con los registros fósiles de huesos. Hoy día, el número de hallazgos ha crecido y se le está prestando una gran atención por la información que nos aporta, en cuento a aspecto biométricos, morfométricos, referente al tamaño y composición de los grupos humanos y los desplazamientos de la fauna.

El primer estudio que se ha llevado a cabo en la Península Ibérica referentes a las pisadas dejadas por los primeros homínidos la tenemos en Gibraltar, en el año 2019, aparecieron en las dunas móviles situadas en el área de Catalán Bay. En la cantera debido a los trabajos realizados, de la explotación del sedimento arenoso, que han dejado expuesta la estructura interna de las dunas del pleistoceno, y donde se acumulan unos depósitos eólicos. Éstos llenan las cuevas marinas y cubren las laderas que forman rampas de arenas colmatadas y débilmente cementadas, lo que hace que el registro se conserve en óptimas condiciones.

Después de unos años, se produjeron una serie de derrumbamientos de forma natural de la arena, con la consigueinte aparición de más material. Las huellas corresponden a cinco morfotipos de pisadas de mamíferos como el ciervo, íbice, uro, leopardo, elefante y la de un humano joven, posiblemente un neandertal, que han sido reconocidas en secciones transversales. Las dataciones se realizaron por luminiscencia ópticamente estimulada (OSL), con una fecha de 29.000 años. Estos hallazgos representan el primer registro paleoicnológico en los sedimentos eólicos de Gibraltar. La datación de las huellas situada en el MIS 2, corresponde con el tránsito del paleolítico medio al superior y coincidirían con los registros fósiles hallados en Gorham’s cave y Vanguard cave, menos el Elephas antiquus que sólo ha sido identificado en un solo lugar del Peñón y está asociado a registros del último ciclo glacial.

Poco tiempo después, en 2020, un equipo de investigación encabezado por Fernando Muñiz y Carlos Neto localizó una superficie del pleistoceno superior atestada de huellas y rastros, que han quedado expuestas en la base del acantilado de “El Asperillo” (que tiene una altitud de 20-22 m y una longitud de 35 km, y situado en el Parque Nacional de Doñana, Matalascañas, Huelva), como consecuencia del temporal. Se trata de una superficie pisoteada y está relacionada con áreas encharcadas de aguas poco profundas en una posición interdunar, muy similar a las que se producen hoy día en el Coto de Doñana.

 Esta superficie pisoteada registra huellas de animales como Bos primigenius, Cervus elaphus, Sus scrofa, Pelaeoxodon antiquus, Canis lupus y aves acuáticas (anatidae, charadriiformes). Para estos investigadores la mayoría de las huellas representan a una megafauna típica de estos periodos, que vivía en esta zona, como eran los uros de gran tamaño, así como los elefantes de colmillos rectos, y la especie de jabalí Suidichnus galani, qué es, tres veces mayor que el actual cerdo y posible descendiente de éste; y también leones y leopardos. Este lugar sería un lugar de caza, donde los grupos humanos encontraban en los grandes vertebrados, como elefantes una presa fácil, pues se trataban de hembras parturientas y sus crías.

Las huellas se encontraron bajo una capa de dunas fosilizadas, con una datación de 106Ka, mediante termoluminiscencia (OSL), y corresponde a la etapa primaria MIS-5 o último interglacial. Los grupos humanos que ocupaban la Península Ibérica probablemente eran neandertales. En aquella época la línea de costa se encontraba a 20km mar adentro, de la costa actual.

Este año 2022, el Grupo de Investigación de Geociencias Aplicadas de la Universidad de Huelva, encabezado por Eduardo Mayoral, han sido los encargados del estudio de las huellas fósiles de animales y también las de origen humano. En esta nueva fase de estudio, se han tomado muestras de cuatro niveles sedimentarios para contrastar los resultados con la campaña anterior, y la edad de los restos fósiles ha quedado definida en 295,8 ±17,8 Ka.

Las demás muestran han arrojado unas fechas de 271±15,8 Ka y 232,8±13,1Ka, y el nivel más joven se sitúa en la base de una unidad eólica con una edad de 203,8±12,7Ka. Con estas nuevas dataciones, el yacimiento queda adscrito al pleistoceno medio y no al pleistoceno superior, como se había establecido anteriormente. Y las huellas estarían asociadas a individuos de Homo heidelbergensis, pero no se dispone de registros óseos de los pies que facilite una comparativa.

Hasta la fecha, el grupo de investigación se planteaba que las huellas humanas pertenecían a grupos de neandertales. Aquí, la cosa se complica, en Europa sólo hay, hasta la fecha, dos yacimientos que tengan unos registros de huellas de Homo heidelbergensis, que son el yacimiento de Terra Amata (Niza, Francia) y Roccamonfina (Italia).

El yacimiento de Terra Amata fue excavado, en 1961, por Henry Lumley, que establece dos momentos con presencia humana, uno más antiguo situado en la playa junto al mar, corresponde a un período cálido hace 400 Ka. Y un asentamiento moderno situado en una duna en la costa, en un período de enfriamiento hace unos 380 Ka. Mostraban una rica presencia de fauna (Palaeoloxodon antiquus, Cervus elaphus, Bos primigenius, Strephanorhinus hemitoechus, Sus scrofa, Hemitragus banal), con industria lítica achelense. La fauna es típica del período cálido MIS 11-8. En este lugar, se localizó una huella humana que correspondían a un individuo de podía tener una altura de 1,55 cm. Estudios posteriores realizados en este yacimiento, por Paola Villa, interpreta unos resultados diferentes y aboga que se había producido una serie de desplazamientos en vertical de los materiales, entre los diferentes niveles, y que los consideró un palimpsesto.

La datación que se llevó a cabo, en esta revisión, de materiales se situaba entre 230 Ka (OSL) y 380Ka (ESR). Sin lugar a dudas un extraordinario yacimiento, pero las pisadas no se pueden valorar en un período determinado.

Otro registro, con huellas de homínidos fueron descubiertas en 2003, cerca de la localidad de Foresta (Italia), y también muy cerca del volcán extinto Roccamonfina, aparecieron las huellas de un individuo adulto y cuatro jóvenes que caminaban ladera abajo de la montaña, supuestamente pertenecientes a Homo heidelbergensis. Dada la pendiente de la ladera tuvieron que ayudarse con las manos, por la que se han registrado 56 huellas de pisadas y algunas de manos. La estatura de los individuos era aproximadamente de 1,55m. La datación los sitúa en 385.000-325.000 años. Las huellas se han conservado porque quedaron cubiertas de una fina capa de cenizas volcánica.  Los investigadores de este hallazgo aseguran que las huellas podían pertenecer al Homo heidelbergensis, pero no lo afirman hasta que no tengan nuevos datos.

En la costa de Norfolk (Reino Unido) han aparecido unas huellas de homínidos con una datación de 780.000 años. Gran Bretaña en aquella época estaba todavía unida por tierra a la Europa Continental, y lo que hoy es el yacimiento de Happisburgh debió de ser una zona de marisma de un gran río. Este yacimiento es conocido desde 2005, donde se tenía constancia de la existencia de industria lítica de pedernal sobre todo de lascas y núcleos, además, los huesos presentaban marcas de corte. Según las evidencias de flora y fauna se pueden atribuir a la última parte de un interglaciar, que está fechado sobre la base de evidencias bioestratigrafías y paleomagnéticas, que corresponden a la fase del pleistoceno temprano, entre MIS 21 o MIS 25.

En 2013, aparecieron huellas de homínidos adultos y jóvenes, tenían una estatura de 0,93cm y 1,73 m de altura, posiblemente los miembros de una familia que caminaban por la orilla del río. Atendiendo a la fecha y medidas de las pisadas la única especie conocida en Europa Occidental es el Homo antecesor. Es un rango que no ofrece muchas alternativas; pero sobre todo son unas huellas muy frágiles, donde han sido destruidas por la erosión costera.

Para el equipo de Mayoral, esta nueva datación sitúa a las huellas en su conjunto en un marco paleoambiental y por supuesto una reconsideración taxonómica de las huellas de homínidos, que en un principio se han podido identificar con toda claridad 87 pisadas, que quedaron registradas en una zona pantanosa al borde de una zona encharcada muy poco profunda que se situaría muy cerca de la línea de costa y al resguardo del cordón de dunas; y de las cuales 31 están longitudinalmente completas y miden 14 a 29 cm. De estas huellas 7 están asociadas a niños, 15 a adolescentes y 9 a adultos y 11 entre niños-adolescentes. Dada la amplia gama de tamaño de las huellas, se cree que se trata de un grupo social integrado por individuos de edades diferentes, distribuidas entre niños, jóvenes y adultos.

Estos momentos se corresponden con distintos estadios climáticos, entre una época cálida MIS-9 y su transición al MIS-8, en la que se produjo una glaciación, se trata pues, de una evolución climática de cálida a fría.

Ante todas estas evidencias surge el debate, a parte de las pisadas de EL Asperillo, no se conocen otras huellas de homínidos en dichos estudios del pleistoceno medio, motivo por el cual se cuestiona que las pisadas pertenezcan a neandertales. Tras los resultados de las dataciones hay evidencias para afirmar que se trata de homínidos preneandertales, pero como hemos valorado sólo hay dos yacimientos con dataciones de Homo heildelbergensis, el de Terra Amata dónde las evidencias no son muy claras y el de Norfolk se aleja mucho, en el tiempo y tamaño de las huellas, además desaparecieron tras quedar expuestas a los temporales. Y la tercera posibilidad es el de Roccamonfina, que se aproxima a las dataciones, pero el responsable del estudio no afirma que se trate de pisadas de Homo heildelbergensis, necesita más datos para verificar esa hipótesis. Los dos únicos paralelos que tienen evidencias más claras son el de Theopetra (Grecia) y Biache-Vaast (Francia), pero están adscritos a los neandertales y no al Homo heildelbergensis.

El grupo de investigación de Matalascañas, encabezado por el Prof. Eduardo Mayoral, determinan que las huellas de homínidos, probablemente, corresponden al linaje neandertal (Homo neanderthalensis y Homo heidelbergensis) pero aún faltan huellas que se encuentren bien conservadas para que se aprecien rasgos morfométricos, como pies anchos, que están asociados a los neandertales. La falta de registros óseos de esta época dificulta la comparativa y dejan la puerta abierta, hasta nuevos estudios, de que se tratan de homínidos preneandertales. Para este equipo se plantea la hipótesis de que sean grupos de cazadores-recolectores que se desplazan por la zona o bien desarrollarían actividades de pesca o marisqueo aprovechando los recursos del territorio.

Sin lugar a dudas se trata de un yacimiento de características excepcionales, ya que se trata del primer registro de huellas de vertebrados fósiles del Golfo de Cádiz, es muy interesante este momento para entender las ocupaciones humanas en Europa durante el pleistoceno. Este tipo de evidencias nos permiten aproximarnos a unos entornos paeloambientales y paleoecológicos, y sobre todo a las condiciones sedimentológicas en las que fueron realizadas, algo muy novedoso hasta ahora. Además, es el único yacimiento hasta la fecha, en tamaño y registro de huellas tanto de animales como de homínidos, que nos revelan un único momento de vida de un grupo humano prehistórico, porque lo que tenemos hasta ahora son sólo datos arqueológicos que nos aportan información sobre cultura material y actividades del grupo.

Referencias:

- N. Ashton et al, (2014): Hominin footprints from Early Pleistocene deposit at Happisburgh, UK. PLoS ONE 8, e88329.

- F. Muñiz et al, (2019): Following the last Neanderthals: Mammal tracks in Late Pleistocene coastal dunes of Gibraltar (S. Iberian Península). Quaternary Science Reviewa, V 217, pp 297-309.

-M. Marshall, 2020: “Neanderthals may have climbed an active volcano son after it erupted”. New Scientist.

- C. Neto de Carvalho et al, (2020): First vertebrate tracks and palaeoenvironment in a MIS 5 context in the Doñana Nacional Park (Huelva, SW Spain). Quaternary Science Reviews, V 243.

- E. Mayoral et al, (2021): “Tracking late pleistoceno Neandertals on the Iberian coast”. Sientific Reports nº 11, 4163.

- E. Mayoral et al, (2022): New dating of the Matalascañs footprints provides new evidence of the Middle Pleistocene (MIS 9-8) hominin paleoecolgy in southern Europe. Sci Re 12, 17505.


A. Marco geográfico del área de estudio y su ubicación en la Península Ibérica. B. Vista general de la superficie con pisadas. C. Sección estratigráfica simplificada del acantilado de El Asperillo. Foto: C.N. de Carvalho (2021).

Huellas de cérvidos y homínidos. Foto: E. Mayoral. 

Diferentes tipologías de pisadas de homínidos de la playa de Matalascañas (Huelva). Foto: E. Moyoral.

jueves, 10 de noviembre de 2022

MESA REDONDA: La Arqueología y el Patrimonio como recurso didáctico. Cuando las ruinas nos desvelan la Historia.

 Durante los días 2 y 3 de noviembre, se celebró en el Museo Arqueológico de Jerez de la Frontera,  el III Encuentro con el Patrimonio Arqueológico. Un encuentro que está organizado por la Asociación Profesional del Patrimonio Histórico-Arqueológico de Cádiz, en colaboración con el Excelentísimo Ayuntamiento de Jerez. Ha estado coordinado por la compañera Mª Carmen Reimóndez Becerra.

Agradecer a la Asociación ASPHA la invitación a participar en este evento, especialmente a Esperanza Mata que es el alma mater de este encuentro, y felicitar al Museo Arqueológico por dar cabida a este tipo de acontecimientos y la gran labor de difusión de su Patrimonio Histórico-Arqueológico que vienen desarrollando la Asociación Amigos del Museo.

La mesa redonda sobre: La Arqueología y el Patrimonio como recurso didáctico. Cuando las ruinas nos desvelan la Historia, participamos: Pepa Lozano Sánchez, Pepa Lozano Ramírez, Agustín García Lázaro e Isabel Cáceres Sánchez y actuó como moderador Daniel Jiménez. Muy complacida de nuevo de poder debatir con compañero/as con una amplia trayectoria en el campo de la arqueología y la educación.

Cada uno de nosotros fuimos hablando de nuestra experiencia con la arqueología como elemento educativo, en mi caso, decir que es un recurso que lo utilizo cada vez que los contenidos lo permiten, pero sí que es cierto, que nunca he trabajado el patrimonio arqueológico de forma aislada, sino que para mí el patrimonio conlleva un patrimonio natural y también cultural, es decir deben estar integrados en nuestro proceso histórico. Es verdad que cada patrimonio tiene sus conocimientos concretos, pero estos conocimientos son suplementarios y se puede o se deben cooperar juntos.

Tenemos que decir que cuando trabajamos con el patrimonio en educación, no es lo mismo hacerlo en un medio rural que en una gran ciudad, pero el objetivo principal, tanto del patrimonio arqueológico como del cultural, es que tienen que ser considerados como un recurso integrador que pueda ayudar a crear conciencia histórica, en todo tipo de personas y sobre todo en el alumnado, ya que su aprendizaje les permitirá comprender mejor el pasado que les rodea, valorar la Historia del presente y participar especialmente en la construcción de su futuro personal y social.

La incorporación de nuevas metodologías en la enseñanza de la Historia es muy positiva, como es trabajar con la metodología arqueológica, no sólo nos facilita iniciar al alumnado en una investigación histórica y en el análisis de las fuentes, sino que, debido al conocido carácter interdisciplinar de la misma, nos permite desarrollar contenidos de diversas áreas de conocimiento, como es la Biología, la Física, Geología, Química, Historia del Arte,... La introducción de la arqueología en los centros educativos como recurso para trabajar las competencias básicas en la educación (tanto en Primaria, Secundaria, Grados, Ciclos Formativos y Másters...) es altamente plausible por el conjunto de valores educativos que podemos trabajar a través de ella.

Lo que sí tenemos que tener presente, que en los estudios del patrimonio en los centros educativos están relacionados con la materia de la Historia y con la Educación para la Ciudadanía o Formación Ciudadana. Aunque, cada vez somos más los docentes que estamos más involucrados en que el patrimonio sea el protagonista del proceso de enseñanza. ¿Y por qué esta tendencia? Creo que el conocimiento acerca al alumnado o la población en general, a un trabajo científico, a la búsqueda de la información, a la utilización de un método científico y a un pensamiento autónomo y crítico, y además, nos enseña que hay una relación entre presente y pasado, es decir, capaz de construir la formación global del alumnado. En el currículum donde está presente la Arqueología se suele limitar a los contenidos relacionados con la Prehistoria o la Antigüedad, pero se ignora otros períodos históricos, como por ejemplo, la arqueología medieval, la arqueología moderna...

A veces nos preguntamos ¿por qué la arqueología está fuera de los planes de estudio de la Historia? Pues es muy sencillo, porque a pesar de que se firman acuerdos entre los diferentes agentes implicados en el proceso de enseñanza aprendizaje sobre la importancia del patrimonio como recurso educativo, la realidad es muy diferente, porque en el currículo, el patrimonio aparece, como he comentado anteriormente,  como algo transversal dentro de los contenidos actitudinales o competencias ciudadanas, es decir, como contenidos menores. A pesar de las ventajas y aspectos que aporta la utilización del patrimonio en el proceso de enseñanza-aprendizaje, que ya he señalado, por ejemplo en el Real Decreto de 2007-2008, donde se establece la estructura del Bachillerato y se fijan las enseñanzas mínimas, sin embargo, no recoge la utilización del patrimonio como recurso didáctico, ni como elemento que contribuye a la adquisición de las competencias propias de la enseñanza de la Historia.

En general, las actividades relacionadas con el patrimonio  o la arqueología, en su mayor parte, se enmarcan más en unas actividades lúdicas dentro de la programación que la relacionen con el currículum y con las unidades didácticas y se usan en momentos puntuales y como curiosidad, con el objetivo de ilustrar aquello que se quiere explicar.

También, hay una serie de ventajas para que la arqueología esté fuera de la educación reglada y es que no se encuentra sujeta a las restricciones de la enseñanza reglada, como puede ser hacer grupos por edades o a veces la presión por cumplir con el diseño curricular, como es el caso de segundo de Bachillerato, que el alumnado tiene que superar la PAU.

Evidentemente, existe una gran variedad de actividades y proyectos relacionados con la arqueología y el patrimonio arqueológico que no entran dentro de lo que podemos considerar una educación reglada, que generalmente son llevadas por entidades públicas o privadas como los museos, centros de interpretación, universidades y también por otras entidades como las empresas privadas de arqueología y gestión del patrimonio.

Hoy día existen numerosos medios de comunicación por los que se realizan una labor de difusión arqueológica y patrimonial, que podrían encuadrarse perfectamente en esta categoría, como las asociaciones u organizaciones de distinto signo, y por supuesto, internet que es la herramienta más utilizada para la difusión de todo tipo de noticias. Un ejemplo, de todo esto, es la labor de difusión y divulgación que está llevando a cabo nuestra asociación ASPHA. Aunque en todo este tema de la difusión del patrimonio hay que tener mucho cuidado porque un exceso de información puede ocasionar un efecto contrario al que deseamos, que crea en la sociedad confusión o desinformación. Con la información arqueológica hay que ser muy riguroso, porque una de las normas a las que se refiere la difusión del patrimonio es que debemos de satisfacer las necesidades del público al que va dirigido. La sociedad es en realidad la que financia la mayoría de los trabajos vinculados a su gestión, mediante los presupuestos generales, es decir, mediante dinero público, por lo que es fundamental esforzarse en hacer llegar el patrimonio y los resultados de las investigaciones científicas a la sociedad en su conjunto, con un discurso acorde a todos los niveles. Lo que sí es necesario la colaboración interdisciplinar entre investigadores, educadores y gestores, con un único fin, decretar una verdadera relación entre sociedad y patrimonio. Sobre Arqueología y Educación se puede seguir debatiendo mucho más...







jueves, 22 de septiembre de 2022

MUSEO ARQUEOLÓGICO DE ASTURIAS

 Cuando visitamos Asturias, una de las ciudades de obligada parada es la ciudad de Oviedo, para disfrutar de su inmenso patrimonio, tanto cultural como natural. En pleno centro de la ciudad, se encuentra el Museo Arqueológico del Principado, que conserva una larga tradición museística desde 1845. Nuestra visita la realizamos a las nuevas instalaciones del museo que se halla a la espalda de la Catedral, en el monasterio benedictino de San Vicente, y que está relacionado con el primer asentamiento de la ciudad. El edificio ha sufrido varias reformas. La última ha sido una exquisita rehabilitación que ha dotado al edificio de unas renovadas instalaciones. Se abrió al público en 2011. En esta rehabilitación se llevó a cabo también la reposición del claustro y la ampliación en el solar del edificio contiguo, respetando la fachada de estilo barroco.

Un paseo por el interior, y te das cuenta de la diversidad cultural y la riqueza arqueológica e histórica que guarda la historia de Asturias y que vamos descubriendo a través de sus exquisitas colecciones particulares, que van desde tiempos prehistóricos, época de los Castros, Roma y Asturias Medieval.

Prácticamente, me voy a centrar en la sala de Prehistoria, qué para mí, son las preferidas en un museo. Comienza con unas vitrinas dedicadas a las condiciones ambientales en la prehistoria, que muestran una rica colección de restos de fauna cuaternaria de las cuevas de El Castillo, Buxu, cueva de Sofoxó, La Rierca, cueva del Cierro…

La incorporación de equipos de investigación, en las excavaciones arqueológicas, ha permitido conocer cuáles fueron las estrategias de subsistencias entre los primeros grupos humanos (caza, pesca, recolección, etc) y los avances técnicos en la fabricación de las herramientas que se encontraron en distintas cuevas y abrigos. Dentro de este período, la parte antropológica está muy bien representada con los hallazgos de la cueva de El Sidrón.

Una de las vitrinas alberga una representación a escala 1:1 de la figura de una mujer neandertal, donde se pretende resaltar la visión de las diferencias anatómicas existentes entre los grupos de neandertales y los humanos modernos. La cueva de El Sidrón, podemos decir que tiene uno de los registros más completos de fósiles de neandertales (Homo neanderthalensis), sus restos vienen siendo estudiados desde 2003, por el Grupo de Paleoantropología del Museo Nacional de Ciencias Naturales –CSIC, con el paleoantropólogo Antonio Rosas González como director. Decir que, en 1953, el descubrimiento de la estructura del ADN marca el inicio de la era de la biología molecular y de la genética. Gracias a los beneficios que nos aporta la genética, y partiendo de esos registros, podemos reconstruir parte de la historia de la especie a la que pertenecieron y así hacerlos nuestros, reintegrándolos en la gran familia biológica que es la especie humana. Pues bien, a través de su ADN se han constituido las relaciones de parentesco entre los 12 individuos que han aparecido.

Entre la información que nos han dejado sabemos que eran grupos que practicaban el canibalismo, usaban plantas medicinales en su vida cotidiana, y el empleo de palillos de dientes. Pero quizás una de las novedades, es que este grupo conocía la división del trabajo por sexo y edad.

Lo que hace extraordinaria a esta cueva es que en la Península Ibérica no existe registro tan completo y tan variado de esta especie, por lo que es un referente en el mundo neandertal.

Otra de las evidencias, única del rico patrimonio de Asturias, es el conjunto de arte mueble paleolítico, qué para mi modo de ver está muy bien expuesta. Basándose en los aspectos museográficos, han conseguido a través de iluminación con leds, el efecto de una vitrina de doble visión, de tal forma, que te permite ver las piezas desde sus diferentes ángulos. También, la información de éstas es accesible a través de los recursos interactivos en los que se puede profundizar sobre los elementos decorativos de las piezas. El conjunto de industria lítica y ósea proceden de las cuevas de Buxu, Llonín, Tito Bustillo, Las Caldas…

Hay que resaltar que buena parte de las colecciones disponibles en el museo, son gracias al trabajo de investigación y la donación de muchas personas, y me gustaría resaltar la del profesor Francisco Jordá Cerdá, que fue nombrado director de este museo desde 1953 a 1963 y del Servicio de Investigaciones Arqueológicas de la Diputación Provincial de Oviedo. Esas donaciones se deben a sus trabajos en las cuevas de Pindal, Cueto de Mina, Peña de Candamo, La Lloseta, Cova Rosa, El Cierro, la cueva de Les Pedrose...

Otra de las salas que está muy bien distribuida es la que alberga las sociedades del neolítico. En este período nos sorprende los megalitos, el mundo funerario que se desliza entre el culto y el territorio, así como, la transformación del paisaje como reflejo de una nueva sociedad.

Y por supuesto, en Asturias, no podía faltar el poblamiento castreño, que tanto ha influido en el paisaje de esta comunidad, entre el final de la Edad del Bronce y la conquista romana. Donde se generaliza el uso del hierro, aparecen los primeros poblados fortificados y sobre todo mejora las técnicas de cultivo. De este período destacar la diadema de Moñes, que corresponde al arte figurativo en la orfebrería céltica. Es una tira de oro que tiene representaciones figurativas, de un exquisito trabajo.

De aquí, se pasa a la sala donde se refleja la llegada de Roma a Asturias, que supuso la organización del territorio, la transformación de las actividades económicas y el fuerte cambio cultural que la vincula a la civilización clásica. Se da paso a la monarquía Astur, desde su formación en la alta Edad Media hasta la llegada del s. XV. El recorrido termina con la visita al claustro del antiguo convento, de estilo gótico y friso renacentista.

En general, podemos decir que el Museo Arqueológico de Asturias satisface las necesidades tanto culturales, como las científicas, educativas y lúdicas de cualquier tipo de público que se acerque a sus salas.

Sólo me queda, felicitar a todas las personas que han participado en la puesta en valor de este museo, por la diversidad cultural y la riqueza arqueológica y, sobre todo, su planteamiento museológico y museográfico de las piezas que custodia.

 

Referencia:

-Izquierdo, I y García, S., (2011-2012): “El museo Arqueológico de Asturias (Oviedo): identidad y memoria del patrimonio asturiano”. Museos.es, 7-8, pp 264-279.

 

 
















lunes, 13 de junio de 2022

CASTRO DE ROMARIZ (Santa María da Feira, Aveiro, Portugal).

 

La palabra castro nos viene del latín castrum (fortaleza) y es definido como poblado fortificado en la Iberia prerromana. Normalmente, cuando pronunciamos la palabra castro la asociamos a Galicia, como una seña de identidad, pero esta cultura se extiende a todo el noroeste de la Península Ibérica, norte de Portugal y cada vez más las investigaciones nos aportan evidencias de esta cultura en el mediterráneo. Es ostensible una personalidad atlántica pero también llena de múltiples matices. 

Uno de estos poblados fortificados es el de Romariz, que se encuentra en el concejo de Santa María da Feira, perteneciente al distrito de Aveiro, en la parte norte de Portugal. En esta pequeña población se halla uno de los castros mejor conservados de la comarca del Duero y Voga y data del s. V a. C (última fase del Bronce Final), con unos niveles de ocupación hasta el s. I d. C.

Este castro, se sitúa en un lugar estratégico como es el Monte Crasto, con una elevación de 375 m, y está clasificado como Bien de Interés Público, desde 1945. El área edificada del poblado ocupaba lo que era la meseta superior, y estaba rodeado por una muralla de unos 5 metros de grosor, que protegía principalmente el sector oeste, digamos, el lado más indefenso. Esta muralla quedó reforzada por una segunda línea de murallas, complementada al oeste/suroeste por una fosa de 5 metros de longitud, para reforzar toda esta zona del poblado de posibles ataques.

A raíz de un descubrimiento de unos denarios republicanos a principios de 1843, se llevó a cabo unas intervenciones en el castro, bajo la dirección del entonces alcalde José Correira, y se pusieron al descubierto 16 casa circulares.

Posteriormente, el párroco local de Romariz, Manuel Fernández Santos, puso en conocimiento nuevos hallazgos y bajo la dirección de Alberto Souto, que era director en aquella época del Museo de Aveiro, se llevaron a cabo una serie de intervenciones, entre los años 1942 al 1946, y con el apoyo del municipio de Santa María da Feira, se descubrió una parte considerable de las estructuras actualmente visibles.

Después de unos años de inactividad, el trabajo arqueológico se reanudo en 1980, bajo la dirección de Armando Coelho y Rui Centeno, profesores de la Universidad de Oporto que llevaron a cabo una serie de campañas de excavación en los años 1980, 1981, 1982, del 1990 al 1994 y 2003.

Estos trabajos realizados permitieron identificar las distintas fases de la ocupación protohistórica y romana de este lugar, con niveles de ocupación hasta el s. I d. C. Este marco cronológico y cultural del poblado ha permitido conocer su importancia en el contexto de la cultura castreña del noroeste peninsular. El poblado consta de 22 viviendas circulares y 6 rectangulares, de mampostería granítica de la zona, y de un patio empedrado y dispuesto a lo largo de una calle. Según el estudio de materiales se determinan diferentes niveles de ocupación.

Entre su registro, se han encontrado numerosos tipos de cerámicas, materiales líticos, vidrios, metales, monedas, epígrafes, un conjunto destacado de cerámicas indígenas, púnicas, griegas y romana. La presencia de monedas (denarios de plata) nos indica que este castro tenía un considerable desarrollo social y económico, lo que nos revela que mantuvieron intercambios comerciales. Estas monedas fueron emitidas entre el 157-156 a. C y 74 a. C; además de piezas de oro y plata que vienen a determinar la ocupación de la zona durante la época tardorromana.

La marcha de la población del castro, se produce a finales del s. I, motivada posiblemente por un cambio en los modos de vida de este lugar, que preferían las partes bajas con mejores condiciones del terreno, para los trabajos agrícolas y ganaderos. Algunos habitantes permanecieron en los alrededores del poblado, por los menos, hasta finales del s. IV o hasta el colapso del dominio romano en Hispania.

Respecto a la naturaleza de los castros aún hay muchas controversias entre los investigadores, pero poco a poco, y gracias a los trabajos de campo, muchos de los paradigmas respecto a la cultura castreña van viendo la luz. En estas dos últimas décadas hemos asistido a la renovación técnica y metodológica de las intervenciones, actualizando las técnicas de registros e interpretación. La arqueología referida a la cultura castreña ha cambiado en consonancia con los tiempos, pero muchos de sus problemas siguen sin resolverse.

Referencias:

 -F. Jordá Cerdá., 1984: Notas sobre la cultura castreña del noroeste peninsular. Memorias de Historia Antigua. Nº 6.

  -Ferreira da Silva, A. C., 1986: “A Cultura Castreja no noroeste de Portugal: hábitat e cronología”. Portvgalia: Revista de Arqueología do Departamento de Ciências e Técnicas do Patrimonio da FLUP, pp: 121-129.

-       - Castro Pérez, L., 2010: “Veinte años de investigaciones sobre la Cultura Castrexa (1988-20089.”  Minius, 18: 9-36.

     - Rui M. S. Centeno., 2011: O Castro de Romariz. Aveiro/ Sta. María da Feita. Câmara Municipal de Santa María da Feita. Portugal.