viernes, 27 de enero de 2023

CONJUNTO MEGALÍTICO EL POZUELO (Zalamea la Real-Huelva)


Huelva es quizás una de las provincias con más presencia de dólmenes, en concreto 250 monumentos megalíticos. Su distribución geográfica se encuentra esparcida por las comarcas del Andévalo y la Sierra, siendo baja su representación en la zona costera, ésta puede ser debida a la falta de estudios. Las dataciones más recientes, para los de la zona de Zalamea la Real, se sitúan en el III milenio cal ANE (Cobre) y el II milenio cal ANE (El Bronce).

 El conjunto dolménico de El Pozuelo se excavó en los años 1945 y 1946, por Carlos Cerdán. Los resultados fueron publicados en 1952; erigiéndose desde entonces como el grupo mejor documentado del Megalitismo onubense.

Si comenzamos la visita a los dólmenes por el grupo de los Llanetes, nos encontraremos en la zona más alta la mina de Chinflón, su mineralización es del tipo de grandes afloramientos de cuarzo, que contienen vetas de malaquita y óxido de hierro. La explotación de estos carbonatos de cobre comienza en la prehistoria reciente y se intensifica en la del Bronce Final.

Para su exploración se llevaron a cabo una serie de trincheras, hechas con picos de mineros provistos de surco de enmangue realizados en cantos rodados de andesita. Entre 1907 y 1910 fue explotada como empresa familiar, con una gran producción de mineral. Hay documentado, la existencia de un pequeño poblado minero, en las cercanías de la mina. Éste fue excavado en 1976, por Beno Rothenberg y, en 1978, por Manuel Pellicer y Víctor Hurtado. Donde se documentaron gran cantidad de martillos de mineros y fragmentos de cuencos cerámicos.

Digamos que, estos conjuntos de dólmenes están agrupados, en dos grupos de importancia, que se sitúan en torno a los arroyos tributarios del río Tinto. Uno de los grupos es el de Los Llanetes (dólmenes 1, 2, 3 y 4) y otro El Riscal-La Veguilla (5, 6, 7, 8 y 9). En el primer grupo, Los Llanetes están los dólmenes 1-2 y 3-4, localizados en los puntos más altos y separados entre sí por el ramal del barranco y éste complejo se sitúa en el nacimiento de un valle.

Entre los años 1988 y 1999, se inició la realización de la puesta en marcha del proyecto de “Puesta en valor de los dólmenes de El Pozuelo”, por el equipo de  F. Nocete; uno de los conjuntos megalíticos más representativos, del momento, del sur peninsular. La primera actuación, además de la limpieza, fue la consolidación y restauración de los monumentos megalíticos. El objetivo del proyecto era, además de recuperar estos restos arqueológicos, convertir estos restos en un instrumento que favoreciera una actitud crítica, activa y comprometida con respecto a la tutela del patrimonio. Éste conjunto consta de 18 monumentos, de los cuales 9 dólmenes han sido puestos en valor, y pueden ser visitados. Desde el año 2002 fue declarado B.I.C, con la categoría de zona arqueológica. 

En general, de su arquitectura decir que es muy peculiar con respectos a otros dólmenes, de la península, porque tienen múltiples cámaras; en la que accedemos desde una única entrada que luego se van bifurcando y aparecen cámaras laterales. Estas cámaras están cubiertas de una serie de túmulos circulares que se acomodan a la irregularidad del terreno y elaboradas mediante la acumulación de bloques de piedras o pequeñas losas de pizarra. La materia prima para su construcción es de origen local, donde predominan las filitas.

En los enterramientos del pozuelo se depositaron objetos votivos junto a los difuntos. Los objetos más frecuentes son las herramientas talladas (cuchillos, puntas de flechas, perforadores) y pulimentadas (hacha) y las vasijas cerámicas, además de objetos relacionados con las actividades cotidianas. También aparecen objetos de adorno personales, como las cuentas de collar, elaboradas con materiales diversos. Igualmente, se han identificado de diferentes clases de ídolos, los denominados cruciformes y los denominados placas. En varias de las tumbas se encuentran vestigios de pintura sobre los ortostatos, así como, restos de ocre asociados a suelos y artefactos votivos.

En esta zona de Huelva se dan una serie de condicionantes que permiten desarrollar un discurso de difusión estructurado en los diversos paisajes megalíticos de la prehistoria reciente. En éste área del suroeste peninsular; desde el neolítico, con la aparición de las primeras comunidades campesinas en el V milenio a.n.e, pasando por los complejos grupos sociales de la Edad del Cobre, el episodio de mayor extensión territorial y variedad de construcciones megalíticas, hasta la edad del Bronce Antiguo, cuando las sociedades desigualitarias rompen con la tradición megalítica o reutilizan estas arquitecturas de los antepasados con otros usos y significados.

Referencias:

-Cerdán, C, Leisner, G, Leisner, V., 1952: Los sepulcros megalíticos de Huelva: Consejería de Excavaciones Arqueológicas. Madrid.

-García Sanjuán, L., 2009: Las grandes piedras de la prehistoria, sitios y paisajes megalíticos de Andalucía. Junta de Andalucía.

-Linares Catela, J. A., 2011: Guía del Megalitismo en la provincia de Huelva. Una visión de los territorios, paisajes y arquitecturas para la difusión del patrimonio megalítico. II Congreso de Prehistoria de Andalucía. Consejería de Educación, Cultura y Deporte.  Junta de Andalucía. Sevilla.

-Nocete, F; Lizcano, R. y Bolaños, C. 1999: Más que grandes piedras. Patrimonio, Arqueología e Historia desde la primera fase del programa de puesta en valor del conjunto megalítico de El Pozuelo (Zalamea la Real, Huelva). Consejería de Cultura, Junta de Andalucía. Sevilla.

-Vidal, R., 2012: La minería metálica prehistórica en la península Ibérica. Lurralde, 35: 67-78.

Mina de Chiflón
Mina de Chiflón