sábado, 23 de junio de 2018

LA PRESA DE CORNALVO

El agua es un elemento que constituye un factor imprescindible, para el desarrollo de los procesos biológicos, que la hacen posible, y se convierte en un integrante indispensable para la vida del ser humano.
Los primeros en incorporar el agua, al asueto cotidiano o disfrute para el cuerpo, fue la civilización romana, ellos fueron los grandes ingenieros del agua. En un principio sólo era utilizada para la alimentación y el aseo personal, pero ellos fueron dándole otros tipos de usos como era el ocio, así lo hemos visto reflejado en la construcción de termas, fuentes ornamentales, jardines,  en villas y en mansiones.
Así, por ejemplo, para abastecer de agua a la ciudad de Emerita Augusta (Mérida), se construyó en el s. II, la presa de Cornalvo, situada a 10km de Mérida y ha sido declarada Monumento Nacional, en 1912, e incluida en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Extremadura, en el año 2004.
La Junta de Extremadura ha sabido conservar este Patrimonio declarando los alrededores de la presa, con la figura de Parque Natural de Cornalvo, desde 1988. Su hábitat más representativo lo forman las dehesas de encinar y alcornocal, que constituyen un paraje único.
Lo más significativo es que recibe el aguam desde el embalse de las Muelas, por un canal que construyeron los romanos y que aún se conserva. Debajo de sus aguas nace el río Albarregas, lo que les hizo denominar a este lugar “Cornus Albus”, es decir, Cuerno Blanco, tanto por el color el sus aguas, como por su forma de cuerno visto desde arriba, y que ha derivado al nombre actual de Cornalvo.
La presa está realizada a base de grandes sillares de granito reforzado, con argamasa de cal con cantos, y arcillas rojas aplanadas que van trasversales al cauce, unidos por otros longitudinales, formando unos recintos internos rellenos de hormigón romano.
Frente al dique de la presa y sumergida, en el embalse, se encuentra la originaria torre romana, de regulación de salida de agua. Ésta se encontraba unida, inicialmente, al muro por un puente de piedra. Una de las características de esta presa es que no dispone de compuertas ni aliviaderos, para dejar pasar el agua sobrante, cuando se llena el embalse. Cuando esto ocurre, el agua rebosa por la cola del embalse y es recogida por el arroyo de las Muelas. Este sistema, de desagüe, es posible ya que la cola del embalse se encuentra a un nivel más bajo que el punto más alto de la presa. De esta forma, los romanos se evitaron de construir grandes compuertas, y todo el destrozo medio ambiental que conlleva las grandes obras de ingeniería.
Las últimas investigaciones llevadas a cabo por los arqueólogos Santiago Feijóo, que pertenecen al Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida y Diego Gaspar. sobre las infraestructuras hidráulicas de Augusta Emerita vienen a determinar que los hallazgos de nuevos tramos de acueducto que abastecían de agua a Mérida establecen que los embalses, tanto el de Cornalvo como el de Proserpina, no son de origen romano sino de una época posterior. Estos acueductos son mucho más largos de lo que se pensaba, y aún queda por determinar el origen de algunos de ellos.
Del acueducto de Cornalvo se han encontrado 30km nuevos, que vienen a sumarse, a los 40km que ya se conocen, esto lo convierte en uno de los más largos de la Península.
La teoría tradicional sostenía que para que estos acueductos tuvieran más caudal se hicieron los embalses de Cornalvo y Proserpina, teoría que los investigadores no comparten, según los hallazgos arqueológicos.
Para el arqueólogo Feijóo es de época visigoda o islámica, que aprovechan los acueductos romanos cuando se construyen los dos antiguos embalses de Mérida para reutilizar la red, con otros fines como era la de mover los molinos, para el aprovechamiento ganadero o para lavadero de lana.
Actualmente, la presa de Cornalvo, se encuentra en uso y abastece de agua a poblaciones pequeñas y la visita a su Parque Natural es uno de los sitios idóneos para disfrutar de la Naturaleza y de las grandes obras monumentales de la antigüedad.