El agua es un elemento que
constituye un factor imprescindible, para el desarrollo de los procesos
biológicos, que la hacen posible, y se convierte en un integrante indispensable
para la vida del ser humano.
Los primeros en incorporar el
agua, al asueto cotidiano o disfrute para el cuerpo, fue la civilización romana,
ellos fueron los grandes ingenieros del agua. En un principio sólo era utilizada para la
alimentación y el aseo personal, pero ellos fueron dándole otros tipos de usos como
era el ocio, así lo hemos visto reflejado en la construcción de termas, fuentes
ornamentales, jardines, en villas y en
mansiones.
Así, por ejemplo, para abastecer
de agua a la ciudad de Emerita Augusta
(Mérida), se construyó en el s. II, la presa de Cornalvo, situada a 10km de
Mérida y ha sido declarada Monumento Nacional, en 1912, e incluida en la Red de Espacios Naturales
Protegidos de Extremadura, en el año 2004.
Lo más significativo es que
recibe el aguam desde el embalse de las Muelas, por un canal que construyeron
los romanos y que aún se conserva. Debajo de sus aguas nace el río Albarregas,
lo que les hizo denominar a este lugar “Cornus
Albus”, es decir, Cuerno Blanco, tanto por el color el sus aguas, como por
su forma de cuerno visto desde arriba, y que ha derivado al nombre actual de
Cornalvo.
La presa está realizada a base de
grandes sillares de granito reforzado, con argamasa de cal con cantos, y arcillas
rojas aplanadas que van trasversales al cauce, unidos por otros longitudinales,
formando unos recintos internos rellenos de hormigón romano.
Frente al dique de la presa y
sumergida, en el embalse, se encuentra la originaria torre romana, de regulación
de salida de agua. Ésta se encontraba unida, inicialmente, al muro por un puente
de piedra. Una de las características de esta presa es que no dispone de
compuertas ni aliviaderos, para dejar pasar el agua sobrante, cuando se llena el
embalse. Cuando esto ocurre, el agua rebosa por la cola del embalse y es
recogida por el arroyo de las Muelas. Este sistema, de desagüe, es posible ya que
la cola del embalse se encuentra a un nivel más bajo que el punto más alto de
la presa. De esta forma, los romanos se evitaron de construir grandes
compuertas, y todo el destrozo medio ambiental que conlleva las grandes obras
de ingeniería.
Las últimas investigaciones
llevadas a cabo por los arqueólogos Santiago Feijóo, que pertenecen al Consorcio
de la Ciudad Monumental de Mérida y Diego Gaspar. sobre las infraestructuras
hidráulicas de Augusta Emerita vienen a determinar que los hallazgos de nuevos
tramos de acueducto que abastecían de agua a Mérida establecen que los embalses,
tanto el de Cornalvo como el de Proserpina, no son de origen romano sino de una
época posterior. Estos acueductos son mucho más largos de lo que se pensaba, y
aún queda por determinar el origen de algunos de ellos.
Del acueducto de Cornalvo se han
encontrado 30km nuevos, que vienen a sumarse, a los 40km que ya se conocen, esto
lo convierte en uno de los más largos de la Península.
La teoría tradicional sostenía
que para que estos acueductos tuvieran más caudal se hicieron los embalses de
Cornalvo y Proserpina, teoría que los investigadores no comparten, según los
hallazgos arqueológicos.
Para el arqueólogo Feijóo es de
época visigoda o islámica, que aprovechan los acueductos romanos cuando se
construyen los dos antiguos embalses de Mérida para reutilizar la red, con
otros fines como era la de mover los molinos, para el aprovechamiento ganadero
o para lavadero de lana.
Actualmente, la presa de Cornalvo, se encuentra en uso y abastece de agua a poblaciones pequeñas y la visita a su
Parque Natural es uno de los sitios idóneos para disfrutar de la Naturaleza y
de las grandes obras monumentales de la antigüedad.
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