Cuando
tienes la suerte de pisar la garganta de Olduvai, al norte de Tanzania, la
emoción se apodera de ti, sobre todo, cuando piensas que por ese mismo terreno
han caminado Austrolopithecus boisei,
Homo habilis, Homo ergaster, Homo sapiens… nuestros orígenes.
Su
geomorfología está configurada por un valle que se bifurca formando una gran
garganta, con una serie de barrancos, que conforman el gran valle del Rift.
Te
llama mucho la atención su colorido, que se entremezclan, entre los rojizos y
amarillos pasando por las diversas gamas de grises. Y es que, en estos grandes
espacios, se alternan sedimentos, de arenas y arcillas, de origen tanto
lacustre, fluviales y aluviales, muchos de ellos, intercalados con tobas de los
volcanes Olmoti y Empakai; muchas de estas cenizas y piedras volcánicas han permitido datar
la zona, es decir, se puede saber con fiabilidad la edad que tienen los objetos
depositados en estos yacimientos.
La
etimología de ésta palabra viene de la palabra masai “Oldupai”, que da nombre a una
planta, rica en agua. Y la zona fue
descubierta casualmente por el alemán Wilhelm Kahwinkel, allá por los años de
1911, cuando buscaba insectos. Cuando llegó a Berlín le enseñó unos fósiles de
dientes de caballo, Hipparion, hoy
extinto, que se había encontrado en la garganta a su amigo geólogo Hans Reck,
que realiza la primera expedición organizada a la zona, en 1913 y desde entonces
procedieron a transcribir el nombre como Olduvai.
A
principios del siglo XX, los arqueólogos Mary y Louis Leakey, trabajan en la
garganta de Olduvai, donde encuentran importantes yacimientos con registros
fósiles; se recuperaron restos de industrias líticas, restos de fauna y restos
óseos de homínidos. Mary Leakey descubrió el cráneo de un homínido que se llamó, Australopithecus
boisei y Louis Leakey, en 1961,
descubrió un ejemplar de Homo habilis, de
unos 2 Ma, que ha sido considerado,
el primero en elaborar instrumentos.
Cuando
la familia Leakey publicó los hallazgos de los primeros tecnocomplejos de la región,
de los lechos I y II de Olduvai, los denominó Olduvaiense, en honor a la zona, y
otro grupo lítico más evolucionado, el Achelense, en relación a la morfología
de las piezas líticas.
Todo
este complejo de industrias líticas ha sido fechado entre 2,5 y 1,6 Ma. Gracias
a los trabajos realizados y a los registros tanto antropológicos como líticos
hallados en la zona, por la familia Leakey, ésta región es conocida, hoy, como
la Cuna de la Humanidad.
En
el centro, del yacimiento,, han colocado una placa conmemorativa del Dr. Leakey y
al hallazgo del Austrolopithecus boisei, sobre
una especie de monolito. Pero, cuando estas observando, la estratigrafía del
yacimiento, y adviertes entre el sedimento restos de fauna, en concreto, la
cabeza de un fémur de un homínido, entonces tú emoción es doble.
Una
vez que la familia Leakey abandona la zona, en la década de los 80, continuaron
con las excavaciones, los equipos del Museo Nacional de Tanzania y el
departamento de Antigüedades de Tanzania, así cómo, el Instituto de Orígenes Humanos y la Universidad de California Berkeley,
siendo prácticamente imposible tener acceso a excavar en la zona. Hasta que, en
el año 2006, un equipo formado por hispatanzanos, están llevando a cabo el
Proyecto Paleoantropológico The olduvai
Paleoanthopological and Paleoecological Project, dónde participa un equipo
de la Universidad de Madrid; dirigen éstos estudios en el Museo Nacional de Nairobi de
las colecciones arqueológicas llevadas a cabo en la garganta por Louis Leakey.
El
resultado de este primer estudio ha dado, como conclusión, que la asociación de
industria lítica y los restos de fauna, en los yacimientos arqueológicos del lecho I de
Olduvai, ha sido accidental y
modificada por la acción de los carnívoros. Los felinos acumularon una serie de animales
cazados y las hienas se encargaron de romper los huesos para extraer el
tuétano.
Los
objetivos que se plantean estos arqueólogos y paleontólogos, en el conjunto de
yacimientos, de la zona es un regreso a las capas más antiguas de Olduvai para
desentrañar el origen del comportamiento humano. Así como, estudiar el origen
del comportamiento solidario humano, el origen funcional de las primeras
industrias de piedra, el origen del comportamiento intencionado de alimentos y
la dependencia de la carne en la dieta y vincular, todo esto, con la aparición
de los primeros representantes del genero Homo.
Sin lugar a dudas, estos investigadores tienen por delante un proyecto
ambicioso, donde sus resultados tienen que ser de lo más interesante para
conocer nuestra especie y poder determinar los orígenes de la caza.
Muy buen resumen del lugar, me sirvió de mucho para conocer más de este región del país
ResponderEliminarGracias Mauro, el sitio es precioso y lleno de historia sobre nuestros orígenes, espero que lo disfrutaras...Saludos
ResponderEliminarExcelente reflejo, y muy bueno el material fotográfico. Admirable.
ResponderEliminarMuchas gracias Luis, me alegro que te haya gustado. Bienvenido a este rincón. Saludos.
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