Ampurias
es quizás el yacimiento grecoromano más emblemático de toda la región del Alto Ampurdán, aunque podemos decir a su vez,
que es el yacimiento griego más valioso de toda la Península.
Comenzamos
el recorrido por las ruinas a través de una gran puerta de acceso, que te
recuerda a las murallas ciclópeas de la puerta de los Leones de Micena, fueron levantadas en el siglo II a. de C, por los focenses (procedentes de la ciudad de Focea,
lo que es la actual Turquía), que fueron los primeros que empezaron a establecer
una serie de rutas por todo el mediterráneo y construir una serie de colonias
como la que llevaron a acabo en la isla de San Martín d’Empúries en el s.VI. a
de C; para pasar más tarde a tierra firme, y así poder comerciar con los indígenas.
Este poblado, que se remonta a la época del Bronce Final, mantuvo ya una serie
de contactos comerciales con etruscos, fenicios y griegos a lo largo del siglo
VII a. C.
Estos
comerciantes griegos procedentes de Focea fundaron, sobre este poblado indígena,
su primer asentamiento, para más tarde crear un nuevo sector de ciudad, que es
la que podemos contemplar en la visita arqueológica. La prosperidad comercial
que llevaron a cabo estos indígenas con los pobladores del mediterráneo, así
como su influencia cultural, condicionó la evolución de los indígenas, dando
paso al nacimiento de la cultura
ibérica.
Una
vez pasamos como digo la gran puerta de entrada podemos contemplar el centro
terapéutico y religioso consagrado al dios de la medicina: Asklepios. Y junto a este espacio se encuentra el santuario
dedicado a las divinidades griegas como Isis y Zeus.
A
partir de aquí te introduces en la calle principal que nos llevará al ágora, la
plaza porticada constituida como el centro político y comercial de la ciudad.
En nuestro recorrido vamos visitando los diferentes tipos de casas, aljibes,
mercado, fábrica de salazón, etc.
Así,
poco a poco te vas aproximando al Museo de Arqueología de Cataluña, donde puedes
contemplar todos los hallazgos recuperados de las excavaciones.
Y en
la parte posterior al Museo y a un mismo nivel nos adentramos en las ruinas de
lo que conformó la ciudad romana. De la que tenemos que decir que a ésta
primera colonización griega le sucedió la colonización romana, aunque en este
caso, tenemos que decir que ya no tuvo unos fines comerciales, sino más bien
militares, cuando en el año 218 a.C, un ejército romano encabezado por Cornelio Escipión
desembarco en el puerto de Ampurias con el objetivo de cerrar el paso por
tierra a las tropas cartaginesas. Se iniciaba así, la Segunda Guerra Púnica y el
proceso de romanización de la Península Ibérica.
En
el año 195 a.C Marco Porcio Catón instaló un campamento militar en Ampurias, lo
que constituyo el embrión de una nueva ciudad (lo que sería la ciudad romana).
En
la época de Augusto, la ciudad griega y la romana se unieron física y
jurídicamente bajo el nombre de Municipium
Emporiae.
El
recorrido por este recinto nos lleva más tiempo por la excelente recuperación y
restauración que se ha llevado a cabo de los diferentes monumentos arquitectónicos
que configuraban esta ciudad, como por
ejemplo, las diferentes viviendas con sus mosaicos, el foro, el templo dedicado
a la tríada romana: Júpiter, Juno y Minerva, el anfiateatro, la palestra,
necrópolis…
El
yacimiento de Ampurias está configurado como un parque arqueológico integrado
en el Museo de Arqueología de Cataluña, la primera campaña de excavación se
llevo a cabo en el año 1846 bajo la dirección de Julián González de Soto, y a
partir de 1908 se inicia la recuperación científica del yacimiento dando píe a
la participación de multitud de arqueológ@s, donde han completado su formación, y las
excavaciones siguen desarrollándose cada año con nuevos e interesantes
hallazgos.
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