María Braña. Foto de Internet |
María nació en Madrid, en 1912,
buen año si tenemos en cuenta que en 1910 se aprobó una resolución donde las
mujeres podían cursar estudios universitarios. La carrera predilecta por las
mujeres en aquella época era Filosofía y Letras, porque era la que tenía más salidas, y te habilitaba
para la enseñanza primaria y media, en institutos y escuelas; también te
concedía el acceso al Cuerpo de Archiveros, Bibliotecas y Arqueológico.
Cuando le llegó el momento de
cursar sus estudios, María optó por desarrollar su carrera profesional en el
marco de la investigación arqueológica, gracias al viaje de estudios que
realizó en “El crucero universitario por
el Mediterráneo en 1933”.
El buque se llamaba Ciudad de Cádiz y recorrió
durante 48 días, los principales yacimientos arqueológicos de todo el litoral
Mediterráneo. La nueva forma de enseñanza fue todo un estímulo, en aquella fecha;
se rompió así con toda la metodología tradicionalista, de las clásicas lecciones
magistrales, de la época. Ella se decide por estudiar, Filosofía y Letras, en la
Universidad Complutense de Madrid. Fue profesora en el mismo Instituto que
había cursado sus estudios, el Instituto Escuela.
Al inicio de la Guerra Civil
ejerció como maestra en un colegio de
niños huérfanos, en Caspe, escapó con ellos andando hasta Cataluña para
ponerlos a salvo de las tropas franquistas y entregarlos a las autoridades
republicanas.
En este instituto hubo una serie de profesoras que fueron
sancionadas por el régimen, en concreto María fue inhabilitada como maestra,
pero posteriormente pudo rehacer su carrera profesional, en la postguerra, como
conservadora de varios museos.
Así en 1945, ingresa en el cuerpo
de Facultativos de Archiveros Bibliotecarios y Arqueólogos, con destino
provisional al Museo Arqueológico
Nacional.
En 1946, se traslada a los Archivos Históricos de la Delegación de
Hacienda de Segovia y, posteriormente, pasa a ser directora de Hacienda de Segovia
y después directora del Museo Arqueológico de Toledo.
Desde 1950 a 1971, trabaja en el
Museo Arqueológico Nacional. Y, también presidió en esta época la Asociación
Española de Mujeres Universitarias.
Los
últimos años de su carrera profesional los dedica al Museo del Pueblo Español
de Madrid.
Desde Algo más que huesos se quiere rendir un pequeño Homenaje a todas
estas mujeres que fueron pioneras en una profesión difícil como es la
Arqueología, para que su esfuerzo no quede en el olvido. En el caso de María,
si leemos su biografía, pone que fue arqueóloga, maestra y conservadora de
museos, dicho así, estas profesiones suenan bastante polifacéticas e incluso con
cierto romanticismo, pero la realidad
fue muy distinta, le toco abrirse camino en un mundo hostil, por todas las adversidades
que te supone una Guerra Civil y las represalias que, ello conlleva, cuando
defiendes las libertades. Por eso,
siempre María Braña consideraba que la educación era la mejor arma para
combatir la ignorancia y abrirse paso al progreso.
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