El asentamiento neolítico de
Champ-Durand, situado en la región de la Vendée (Francia), ha sido interpretado
como una localidad fortificada con tres series de zanjas y se describió como un
importante centro de comercio regional especializado en la producción y el
comercio de la sal y el ganado, principalmente el vacuno, que representa el 54%
de la fauna allí recuperada. En las excavaciones llevadas a cabo entre 1975-1985,
en las diferentes zanjas, permitieron recuperar importantes cantidades de restos
de fauna doméstica como vacas, cerdos, ovejas y cabras, que eran la principal fuente de su alimentación.
Entre los restos de bóvidos
recuperados se encontraba la cabeza de una vaca que presentaba un agujero en el
lóbulo frontal derecho que, en un principio, fue interpretado por los arqueólogos
como el resto de una cornada producida por otro animal. Gracias a una nueva
revisión del material para la publicación de una monografía, sobre el
yacimiento, y al revisar la documentación, los directores de la excavación le
pidieron a los investigadores del CNRS francés, un estudio tafonómico más
pormenorizado.
Este nuevo estudio, ha dado luz
una nueva interpretación, parece ser que se trata de una trepanación
(perforación del cráneo con un instrumento), que se le realizó a la vaca con
intenciones prácticas, para luego poderlas realizar a los humanos.
Este tipo de agujeros puede tener
varias interpretaciones, puede ser una perforación causada por otro animal,
como en un principio se pensó, pero si hubiese sido así el hueso estaría
astillado y la perforación hubiese sido diferente. También podía haber sido
causada por una enfermedad infecciosa pero no se han encontrado patologías en los
restos de huesos de la vaca. Otra posibilidad, es haber sido mordida por los
carnívoros, en el proceso post mortem, pero no se muestra los patrones típicos
causados por carnívoros.
Sin embargo, la cirugía craneal
parece ser la explicación más evidente, porque hay numerosas marcas de corte de
diferentes direcciones e intencionalidad, lo que sugiere un raspado deliberado
del hueso. Las marcas vistas a microscopio son las mismas que se ven en los
cráneos humanos que han sido sometidos a una trepanación. Además hay evidencias,
según los estudios radiológicos, que confirman la ausencia de procesos de
curación en el tejido óseo alrededor del agujero, lo que significa que el
animal no sobrevivió al procedimiento “quirúrgico” o hay que pensar que el
animal ya estaba muerto, en ese caso fue utilizado para realizar prácticas para
mejorar su técnica y así experimentar con él.
Los investigadores ahora se
plantean una serie de hipótesis como: si la trepanación evidencia la intención
de sanar al animal, si podría tener algún significado ritual o si incluso
podría ser un ejercicio práctico de cara a practicar la cirugía humana, por lo
que nos encontramos con el primer caso conocido de experimentación animal y por
otro lado sería la primera evidencia de prácticas de cirugía veterinaria en el
cráneo de un animal.
Referencia:
- Ramirez Rozzi, F y Froment A.,
2018. Earliert animal craneal
surgery: from cow to man in the neolithic. Scientific
Reports nº 8. Article number 5536.
Vista externa e interna del cráneo de vaca que muestra el orificio en el hueso frontal derecho. Foto: Fernando Ramírez |
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