domingo, 6 de octubre de 2019

EL MEGALITISMO EN EL ALENTEJO PORTUGUÉS



El megalitismo de la zona del Alentejo, tanto de la zona de Portugal, cómo su prolongación hacia la zona de Extremadura, es quizás una de las áreas más ricas en recintos prehistóricos de megalitos, contabilizados hasta la fecha, de toda la Península Ibérica y de Europa. Para algunos autores ésta zona es conocida con el término megalitismo atlántico, para otros, el megalitismo tiene una génesis mediterránea.

El complejo dos Almendres, en Évora, comprende el Menhir dos Almendres, entre los muchos que se encuentran por la zona. Destacamos éste por su monumentalidad y lo bien conservado e integrado que está en un bosque de alcornoques. Se trata de una enorme piedra alargada, de modo vertical, y su terminología le viene de men: piedra e hir: larga.
En su parte superior tiene grabado un báculo, en bajorrelieve.
Los menhires, digamos que, son las sepulturas más simples en su construcción. Los podemos encontrar solos o bien agrupados en hileras, y también formando parte de monumentos más complejos, como pueden ser los dólmenes o cromlechs.

Muy cerca de éste menhir, se encuentra el Crómlech dos Almendres, que está configurado como un círculo de doble anillo de bloques de piedras clavadas verticalmente en el suelo. La primera fase tiene una datación por radiocarbono de 4800 a.n.e, y, posteriormente, se le añadió una doble elipse en su parte occidental. Algunos menhires presentan marcas de figuras antropomorfas, así como, representaciones de astros. 
Este cromlech fue descubierto en 1964 y fue clasificado como propiedad de interés público, en 1974, y en 2015 fue declarado Monumento Nacional. Su paralelo más cercano es el de Guadalperal (Cáceres), que fue descubierto en 1925, y tiene una datación entre 4000 y 5000 a.n.e.

Anta Grande do Zanbujeiro es un colosal dolmen de corredor. Los dólmenes o tumbas de corredor son estructuras con forma de pasillo, creadas por la superposición de losas horizontales, y bloques verticales hincados en el suelo y cubiertos de tierra o piedras.
La cámara poligonal está compuesta por 7 ortostatos, de más de seis metros de altura, y cubierta por una gran losa. Su largo corredor  estaba precedido de un atrio, junto al que se erigía una enorme estela de granito, que actualmente se encuentra en el suelo.
Los primeros trabajos de excavación en éste dolmen fueron realizados, entre los años 1964 y 1969, por Enrique Leonor Pina.  El megalito fue vaciado, dejando muy pocas zonas intactas y pusieron al descubierto las estructuras, sin ningún tipo de protección, por lo que el dolmen ha sufrido todo tipo de destrozos.
Esta estructura en su origen se la encontraron totalmente cubierta de tierra, y su hallazgo fue debido a la extracción de bloques para la construcción.
El dolmen parece haber tenido unos momentos de utilización que corresponde a finales del IV milenio a.n.e, pero en estos primeros trabajos que se llevaron a cabo, la sepultura quedó sellada por un ortostato que se rompió hacia el interior de la cámara.
Posteriormente, Carlos Tavares da Silva y Rui Perreira llevaron a cabo una serie de excavaciones en la década de los 80 y 90, del siglo pasado, que corresponden al III milenio a.n.e y aparecieron pequeños recipientes de cerámica con oculados, puntas de flecha y placas de pizarra. También, se hallaron láminas de oro. Así como, cuentas de collar de variscita, por lo que se detecta un sistema de circulación e intercambio de una serie de productos exóticos, unidos a otros de distribución regional y suprarregional que debieron de obedecer a una serie de estrategias políticas establecidas en los territorios del suroeste peninsular.
Lo que si se puede establecer en base a los estudios realizados de los elementos de adornos, es que existió una compleja red de distribución de estos, de diferentes materias primas, en el suroeste peninsular en el III milenio a.n.e.
Podemos decir que en ésta época, estas estructuras megalíticas pertenecían a poblados civilizados, que manejaban excedentes agrícolas-ganaderos y mineros, y donde las desigualdades sociales y los nuevos esquemas religiosos y políticos, adquirieron una gran relevancia.
Todas estas estructuras megalíticas que hemos descrito, se prolongan más de dos mil años en la Península Ibérica, y la podemos considerar un movimiento cultural, social y político.
En la monumentalidad de este dolmen se puede encontrar ciertos paralelismos técnicos con los de la Península Ibérica, como el dolmen de Lácara (Extremadura), La Pastora, Soto, Romeral, Matarrubilla, Trigueros, Alberite, Menga… (Andalucía).


Referencia:

-Rui Mataloto, et al., 2012: Producción y circulación de rocas verdes y sus productos en el sw peninsular: el caso de Anta Grande do Zanbujeiro. Actas do IX Congreso Ibérico de Arqueometría. Vl. 19 Lisboa.

Mapa de Wikimedia Commons




La finca ha preparado estupendamente el acceso.



















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