Corría el año 1932, y España aspiraba a consolidar la Segunda República como forma de Estado, para conseguir un país más democrático y moderno; se iniciaba así, un período fructífero para las mujeres donde ya adquieren una representación en la vida política, aunque el bajo nivel académico de las mismas y la escasa representación en el mundo laboral, hizo que las buenas intenciones de la República, no llegará a buen fin. En ésta época convulsa de cambios nació Ana María Muñoz Amilibia, en San Sebastián.
Ella no sabía que años más tarde
se tendría que enfrentar a una dictadura que llevaba parejo un androcentrismo
totalmente instaurado en la sociedad y, que aún perdura en muchos colectivos,
como es por ejemplo el de la Arqueología. Todas las mujeres arqueólogas de esta
generación y anteriores han venido desarrollando su trabajo de una forma
silenciosa y fuera de todo reconocimiento profesional.
Ana María realizó sus estudios
elementales en un colegio privado de la orden de las Teresianas, en Barcelona,
donde se les inculcaban el estudio de una carrera universitaria, aunque en éste
caso, Ana María se decidió por la Historia en vez de la Pedagogía, que es lo
que imperaba en el momento, más que nada apoyada por sus padres y porque en la
familia había un pariente que se dedicaba a la arqueología, en el Bajo Aragón,
lo que despertó en Ana María su motivación por esta disciplina.
Con estos antecedentes pasa a cursar
la carrera de Historia, en la Facultad de Filosofía y Letras de Barcelona. Tenemos
que tener en cuenta que, en ésta época, la economía del país no era fulgente,
pero estas generaciones de mujeres pertenecían a familias acomodadas donde se
podían permitir enviar a sus hij@s a estudiar fuera.
El C.S.I.C en los años 50
concedía becas de viaje, a otros países, para visitar sólo museos, donde
adquirían la perspectiva de afrontar y visualizar otros contenidos muy
diferentes a los nuestros, aunque Ana María digamos que estaba acostumbrada a
viajar al exterior, porque estuvo viviendo una época en Francia, sus padres
fueron exiliados durante la Guerra Civil.
Mientras preparaba su Tesis
Doctoral (La cultura neolítica catalana
de los “sepulcros en fosa”), dirigida por el profesor Almagro Basch, realiza
trabajos de becaria del C.S.I.C, en la Escuela Española de Historia y
Arqueología en Roma (EEHAR), colaborando con el Instituto Internazionale di
Studi Liguri de Nino Lamboglia, bajo la dirección de sus maestros Martín
Almagro y Ripoll Perelló que excavaron en la cueva de Pipistrelli, y también participó
en excavaciones en Cataluña y en la cueva de Lezetxiki.
En la Universidad Central de
Barcelona ejerció como profesora desde 1954 a 1974 (pasando por los diferentes
escalafones, primero como profesora ayudante, profesora contratada y agregada),
año en que consiguió la Cátedra de Arqueología, Epigrafía y Numismática, en la
Universidad de Murcia y en la que tomó posesión en 1975.
Ana María ha tenido el honor de
ser la primera mujer en conseguir una Cátedra en España, en una época donde la
Prehistoria y la Arqueología estaban siendo dirigidas por hombres, pero supo
labrarse un camino en la investigación y lo más importante formar escuela.
Su llegada en 1975, a la
Universidad de Murcia, supuso un punto revulsivo en la investigación, de la zona, como en la actividad docente, ya que puso en marcha en ésta institución la
especialidad de Historia Antigua y Arqueología porque no existía Departamento
de Arqueología como tal, y a pesar del panorama tan desolador (académicamente
hablando) que se encontró en dicha Facultad, no dudó en desistir y abrió varios
frentes a la vez. Lo primero fue dotar al departamento de nuevos profesores y
también en formar a jóvenes investigadores, dónde la Primera Promoción de la
especialidad de Historia Antigua y Arqueología, fue en el año 1980. Creó una
red de museos locales, con el objetivo de proteger y difundir el patrimonio
arqueológico. Siempre se sintió apoyada por los que habían sido sus referentes
en la Arqueología como Martín Almagro, J. Maluquer de los Montes, Alberto del
Castillo, Tarradell…
Su trabajo incansable de
direcciones de excavaciones, le han llevado a tocar los diferentes periodos de la
Prehistoria y Arqueología Antigua y Medieval, sus excavaciones más emblemáticas
han sido las de: Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla, Murcia), Cabezo del Plomo
(Mazarrón, Murcia), Poblado Argárico de Cobatillas de Vieja, excavaciones en
cueva de los Murciélagos (Zuheros, Córdoba), excavaciones en la cueva dels
Ermitons (Sadernas, Gerona) …
En Murcia ocupa el cargo de
Vicedecana de la Facultad de Letras, así como, la dirección del Servicio de
Investigaciones Arqueológicas de la Diputación Provincial, donde llevará a cabo
las excavaciones de urgencia que van saliendo y las delegará en los alumnos que
ella iba formando, abriendo así, nuevas vías de investigación desde la
Prehistoria hasta el mundo Hispanomusulmán.
Toda ésta labor, pluridimensional, que llevó a cabo Ana María se vio plasmada en el trabajo de investigación que
llevó a cabo con sus alumnos y que se vieron reflejadas en la cantidad de Tesis
Doctorales que dirigió y en multitud de publicaciones de síntesis, sobre
prehistoria y mundo antiguo.
Podemos decir que fue una mujer totalmente
comprometida con la Arqueología, que le llevó a formar parte del Consejo Asesor
de Arqueología de la Comunidad Autónoma de Murcia y del Consejo Asesor de
Patrimonio de la Comunidad Autónoma de Murcia, también fue miembro de la Junta
Nacional de Excavaciones Arqueológicas del Instituto di Studi Liguri y del
Instituto Arqueológico Alemán.
En 1990 se traslada a Madrid, y
ejercerá como Catedrática de Prehistoria en la Universidad Nacional de
Educación a Distancia (UNED) de Madrid hasta 2003 que se jubilará y pasará a
ser emérita hasta 2009. Su fallecimiento se producía en Madrid, en el año 2019
con 87 años de edad.
Ana María Muñoz Amilibia ha sido
todo un referente de arqueólogas en éste país, dada su vinculación con la vida
profesional docente en las actividades académicas, además, fue una investigadora
que consiguió sacar la arqueología de Murcia del olvido y su actividad científica
se extendió por toda la península ibérica y fuera de ella. También, por sus
estudios de análisis y síntesis de la arqueología de la época, y su carisma le
llevó a tener un grupo de discípulos que han seguido su trayectoria científica.
REFERENCIAS:
- - https://www.um.es/cepoat/anamariamuñoz/
- - Ramallo, S., 2003: Presentación: En Ramallo, S
(ed). Estudios de arqueología dedicados a la Profesora Ana María Muñoz Amilibia:
19-22. Universidad de Murcia.
Excavaciones en Cobatillas -1976. Foto: Universidad de Murcia.
Ana María Muñoz Foto: Universidad de Murcia |
Excavaciones en Baena. Foto: Universidad de Murcia |
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