Todos
los años, en el mes de agosto, el yacimiento de Abric Romaní (Capellades, Barcelona) abre sus puertas a la ampliación del conocimiento, de
las comunidades cazadoras - recolectoras del paleolítico medio: los Neaderthales.
Es
uno de los pocos yacimientos, o quizás el único, que se viene excavando desde
1909 de forma ininterrumpida, y ha servido de cantera para la formación de
muchos arqueólogo/as, entre los que he tenido la suerte de poder asistir a
varias campañas. Fue mi primer contacto con la arqueología de campo, y sobre
todo, con la utilización de un método
científico de excavación.
Este
yacimiento se localiza en un macizo travertínico, en la Cinglera del Capelló,
en el pueblo de Capellades, y fue descubierto por uno de los eruditos locales, Amador
Romaní en 1909, que se convertiría en uno de los precursores de los estudios
prehistóricos en Cataluña.
Los primeros trabajos de Amador Romaní. |
Las
primeras intervenciones arqueológicas fueron realizadas por Nobert Font y Lluís
María Vidal, hasta la muerte de Romaní, en 1930. Durante este período, se excavó el nivel correspondiente al
Paleolítico Superior (Auriñaciense).
Ya,
en una segunda fase se hizo cargo de los trabajos de campo el Dr. Eduard Ripoll i Perelló, aunque también participaron con él
investigadores como Laplace, Henry Lumley, que se encargaron de establecer las secuencias cronológicas del yacimiento.
Posteriormente,
pasó al Centre de Recerques Paleoecosocials,
que llevó las excavaciones hasta los años 1989, bajo la dirección de E.
Carbonell, R. Mora y A. Cebriá, en el marco de un proyecto de investigación
sobre el Pleistoceno Medio y Superior de Cataluña.
A partir de esta fase se
empieza a desarrollar, en el yacimiento, una productiva actividad científica
con análisis en los diversos campos de estudios, tanto a nivel faunístico, del
registro lítico y sedimentológico.
En
esta cuarta fase (1983), el yacimiento se excava ya bajo la dirección del Dr.
Eudald Carbonell, que año tras año, ha ido creando una escuela de formación de
profesionales de la arqueología, y que hoy día son miembros del IPHES.
Equipo de excavación del Abric Romaní. |
Una
de las principales labores, durante estos años, ha sido la elaboración de una
secuencia estratigráfica del yacimiento. Se han reconocido 27 niveles de
ocupación pertenecientes, casi todos ellos, al paleolítico medio (M-L) y con una
datación entre los 40 y los 52 ka BP, que ha permitido la reconstrucción de
los patrones conductuales, de los grupos de neandertales.
Desde
que desempeñó la dirección, en solitario, llevó a cabo un tipo de investigación
paleoetnográfica, siendo el único abrigo que se ha excavado en extensión, de
estas dimensiones, y que permite ver el empleo sincrónico del asentamiento.
Así,
a nivel del estudio zooarqueológico, se ha determinado que los taxones que más
se repiten en todos los niveles son los équidos y cérvidos. Los bóvidos,
rhinocerontidae, caprinae y sus scropha aparecen de forma menos regular y con
un número menor de restos. Los animales de talla grande sufren un primer
proceso de descuartizamiento, en el lugar de captación, en cambio los de talla
media y pequeña llegan enteros al depósito.
Una
de las similitudes entre los grupos de Homo
sapiens y Homo neandertales que se ha llegado a determinar es la técnica que empleaban estos últimos para
realizar los útiles de piedra, que es de tipo laminar, industria que
caracteriza al Homo sapiens.
A partir
del estudio de las cadenas
operativas, se han distinguido dos tipos
de ocupaciones, por una parte, las ocupaciones de corta duración que están
caracterizadas por acumulaciones individuales de cada una de las actividades y,
por otra, las ocupaciones de larga duración que se caracterizan por una mayor
complejidad representadas por cadenas operativas, técnicas completas.
En
el análisis de la funcionalidad, de las piezas, se ha podido identificar rasgos
característicos en la utilización, para actividades relacionadas con el
procesado de los vegetales y en el procesamiento de la fauna.
Todos
estos años de trabajo sistemático les ha
permitido excavar unos doscientos hogares y saber la dinámica del fuego, de
estas comunidades de neandertales. Así como, los objetos de madera de pequeño y
gran formato que han aparecido, elaborados en pino y en materiales vegetales,
que nos hacen saber que tenían un servicio doméstico bien estructurado,
referente tanto a la cocina, como en la caza.
También, se ha podido localizar las zonas dedicadas al descanso del grupo, a dormir,
colocados en forma de arco y cerca de la pared, separados unos de otros entre
50 y 70 cm. Estas habitaciones, de unos 40 cm de diámetro, se encuentran situadas a unos 4 m del hogar central y servían de
lugar de reunión.
Todo
este conjunto de descubrimientos, que está aportando el Abric Romaní, nos sirven para saber los modos de vida, de estos
grupos humanos, de cazadores-recolectores y evidenciar aspectos hasta ahora
desconocidos de los neandertales.
Gracias
a estos treinta años de trabajo intenso
en el yacimiento, podemos saber las
estrategias de ocupación, la estructuración de los hábitats, las estrategias de
subsistencia, la tecnología del fuego …fruto de la introducción en el estudio
del asentamiento de un enfoque transdisciplinar y que Eudald ha sabido coordinar
perfectamente. Gracias a su búsqueda incansable por el conocimiento, de los modos de vida de las
comunidades de neandertales y a su tesón puesto en el abrigo, hoy día, el Abric Romani es uno de los yacimientos
pioneros en el campo de la ciencia arqueológica, y con un registro clave para
conocer los modos de vida de las comunidades
cazadoras –recolectoras del pleistoceno
superior.
Felicitaciones a un trabajo bien hecho |
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