Con esta entrada quiero dedicar una serie de posts a los investigadores/as que
más han aportado al mundo del
conocimiento, de la arqueología y zooarqueología, por ello, quiero empezar por
una familia que fue pionera en el conocimiento de la especie humana: La Familia
Leakey.
No
podemos hablar de Louis Leakey, sin hablar de su mujer, Mary Douglas Leakey, dos antropólogos, paleontólogos y arqueólogos
británicos que han dedicado sus vidas al estudio y al conocimiento científico, de
los orígenes de la humanidad, desarrolladas principalmente en Tanzania y Kenia.
Louis
Leakey comenzó su actividad postdoctoral recogiendo fósiles en Tanzania, para
completar colecciones, para el British Museum.
Mary, cursó estudios en la Universidad de Londres y se especializó en Prehistoria. Participó en varias excavaciones, y en 1931 dirigió estudios sobre la cultura clactoniana en Essex (Inglaterra); sí, tenía buenas
cualidades artísticas y aptitudes que son básicas en estas disciplinas como es el
trabajo meticuloso y constante; así fue forjando su actividad científica, en el
campo de la geología y la arqueología, en una época, en los años 40 del siglo
pasado, en que la mujer no solía tener un papel muy activo en el campo del
conocimiento y, menos en estas disciplinas, que estaban acaparadas principalmente
por hombres; podemos decir que fue una mujer muy avanzada, para su época, y
rompió barreras culturales, respecto a la participación de la mujer, en la campo
de la ciencia.
Esta
actividad artística fue la que le llevó a conocer a Louis, tras una solicitud
de éste, para realizar una serie de ilustraciones, para un libro suyo, Adam´s Ancestors.
Se
casaron en 1937, y se fueron a trabajar a África tras la concesión de un
proyecto de investigación, donde intentaban hallar las diferencias existentes
entre los cambios climáticos, del pleistoceno africano y las glaciaciones
europeas, del mismo período. Para ello, se dedicaron a recoger fósiles de
animales y herramientas de piedra, para así, llegar a determinar la afinidad de
seres de épocas pasadas.
El
primer descubrimiento vino de la mano de Mary Leakey en 1948; dónde se encontró
un fósil de cráneo parcial de Africanus procónsul,
considerado un antepasado de los monos y de los seres humanos que más tarde se
convirtió en las dos especies distintas. Fue la primera especie, del género
primate, que se descubrió a partir de la época del Oligoceno.
En
1959, en las excavaciones que llevaban a cabo, en la garganta de Olduvai,
descubrieron una serie de fragmentos de cráneo, de homínido, que se pudo
reconstruir casi al completo. Pertenecía a un individuo joven y al que
bautizaron con el nombre de Zinjanthropus
boisei, en honor al Charles Boise, que era el mecenas que le financiaba la
excavación; y fue datado en 1,7 millones de años. Junto a este ejemplar, se hallaron
restos de herramientas olduvaienses y un conjunto de lascas y guijarros. Este
descubrimiento, supuso para la comunidad científica de la época un gran reto, ya
que, se publicó por primera vez la gran antigüedad de los homínidos en África y
se renovó radicalmente el concepto de la línea de tiempo, de la evolución
humana. Enfrentándose a la creencia, más difundida en la época, de que el origen
del hombre provenía de Asia.
Y, entre
1962-1964, llegó uno de sus grandes descubrimientos, el hallazgo de fósiles de Homo habilis, una especie con una
antigüedad de 1,4 y 2,3 millones de años y se extinguió hace unos 1,5
millones de años. Posiblemente, esta especie coexistió con los Australopithecus, pero se apreciaban
diferencias en altura y capacidad craneana. El descubrimiento de Homo habilis (humano con habilidades)
fue un evento, en su época, por que fue considerada la primera especie de primate
que creó y empleó herramientas, dando entrada a la edad de piedra. Podemos
decir que fueron los primeros talladores de piedra, dando lugar a las primeras
herramientas líticas con evidencias de haber sido utilizadas para cortar las
pieles de los animales, cortar plantas y triturar ciertos vegetales.
A
raíz de todos estos hallazgos, pioneros en la época, Louis Leakey se dedicó a dar
conferencias, escribir artículos sobre sus descubrimientos y a recaudar fondos
para financiar las excavaciones, consiguió que la National Geographic Society financiara parte de sus proyectos, y
poder llevar a cabo proyectos paralelos en el campo de la primatología; él era
consciente de que para conocer mejor el comportamiento de nuestros ancestros
era necesario estudiar, por medio de la observación, la conductas de estos
primates. Así, puso al frente de los
proyectos de estudio de campo, a tres mujeres, a Jone Goodall, con los
chimpancés en estado salvaje; a Dian Fossey con los gorilas de montaña de
Ruanda, y a Birute Galdikas-Brindamour con los orangutanes en el Sarawak (Indonesia); fue un verdadero impulsor, de los
avances, en el estudio de campo de los primates.
Fue un investigador, incansable del estudio, de los orígenes humanos, en la
tipología de las herramientas de piedra y desplegó un tremendo impacto en la
concepción predominante de los primeros seres humanos, en el campo teórico, así
como, en el registro paleontológico aplicando una metodología, en el trabajo de campo.
Pero, en 1972, Louis murió de un ataque al corazón, cuando estaba en Londres, ha sido
reconocido por la comunidad científica como la persona que no sólo contribuyó
al desarrollo del conocimiento, de la paleontología y la arqueología de campo,
sino a condescender nuestra identidad como especie; y que el este de África sea
considerada la cuna de la Humanidad.
Mary, después de la muerte de su marido, siguió trabajando en la Garganta de Olduvai
donde cosechó los hallazgos que más satisfacción le darían, así, entre 1976 y
1978, al sur de Tanzania en concreto en Laetoli,
junto a su equipo, descubrió, en 1975, las huellas de homínidos en los lechos
volcánicos, conocidos como tobas. Estas huellas parecían coincidir con los
fósiles que se encuentran en la misma zona, y pertenecientes a la especie de Australopithecus afarensis de 2,9 a 3,5
millones de años, son las huellas más antiguas encontradas de bipedismo.
También
durante este mismo período descubrió restos de más de veinticinco
homínidos tempranos, así como, una serie de quince nuevas especies de animales,
un registro fósil hasta fecha no encontrados.
Todo
su trabajo lo dejó reflejado en su autobiografía La revelación del pasado y Mi búsqueda de hombre primitivo. Mary
murió en 1996, en Nairobi - Kenia, con 83 años.
El
trabajo de la familia Leakey continúa hoy día, a través de la Fundación de los Leakey y a la labor de
la familia, de su hijo Richard Leakey que continuó con las excavaciones hasta que sufrió un accidente y tomó su relevó su hija Louise, que sigue excavando en la zona.
Referencias:
- Leakey, MD., 1971: Olduvai Gorge: Excavaciones en las camas I y II, 1960-1963. Vol.3 (Cambridge Uni. Press).
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