La
revista científica Plos One ha
publicado un artículo donde hace referencia a un estudio llevado a cabo por
investigadores de la Universidad de Kansas y de Croacia, encabezado por David Frayer, en
las excavaciones de Krapina (Croacia), donde determinan que los neandertales sufrieron
tumores en los huesos como los que padecemos en la actualidad.
Las
excavaciones en Krapina se iniciaron en el año 1899 cuando Dragutin Gorjanovic Kramberger, profesor de la Universidad de Zagreb y director de del Museo de Paleontología, visitó por primera vez dicha cueva en la actual Croacia, guíado por un maestro local que había sido el que había descubierto la cavidad. Encontraron restos de herramientas de piedra, fragmentos de huesos de animales y un molar humano. Después de un siglo, en 1990, se han recuperado cerca de 900 fragmentos de huesos humanos, atribuidos a unos 75 individuos
neandertales.
Algunos fósiles de Krapina corresponden a individuos que
sobrevivieron a heridas muy profundas, aunque los investigadores consideran que
nada evidencia que procedan de entierros deliberados. En cambio, en algunos
fósiles sí se aprecian huellas de canibalismo y amputaciones.
El
estudio se ha efectuado sobre la aparición de un resto fósil de costilla, perteneciente
a un espécimen varón incompleto, por lo que no se ha podido definir los efectos en la
salud que dicho tumor podría haber causado.
Este
tipo de cáncer es conocido como displasia fibrosa y es uno de los cáncer más
comunes en la actualidad y es una
tumoración benigna que a veces se acompaña de deformaciones en los huesos.
Los
métodos y resultados llevados a cabo en las excavaciones nos demuestran que los
humanos convivieron con las enfermedades; la disciplina que se encarga de su estudio es la Paleopatología que estudia las enfermedades padecidas por personas o animales
en la antigüedad, a través de vestigios hallados en los huesos.
Este
descubrimiento es importante porque está datado en torno a 120.000 años, si hay
restos suficientes y la patología está bien estudiada estamos ante el registro
ósea con evidencias de haber padecido cáncer de huesos más antiguo.
Costilla con evidencia de tejido canceroso. Microescáner del hueso. Museum Penn |
Este
hallazgo demuestra que vivir en un ambiente relativamente libre de
contaminación no significa necesariamente que estés libre de sufrir cáncer
afirma Frayer. Los neandertales tenían una esperanza de vida inferior a la que
gozan los humanos modernos en los países desarrollados y sin embargo fueron
expuestos a diferentes factores ambientales.
Teniendo
en cuenta estos factores los restos más antiguos con patologías diagnosticadas
pertenecen a restos del Neolítico, sobre todo a enfermedades degenerativas como
la artritis, espondilosis o a enfermedades endocrinas como gigantismo,
enanismo, acromegalia o gota.
Por eso es importante este tipo de hallazgos tan
antiguos porque nos proporciona información detallada sobre la naturaleza y la
historia de la asociación de los seres humanos a la enfermedad neoplásica. Es
un yacimiento con un rico registro del Pleistoceno superior.
Referencia: Monge J, Kricun M, Radovcˇic´ J, Radovcˇic´ D, Mann A, et al. (2013). “Fibrous Dysplasia in a 120,000+ Year Old Neandertal from Krapina, Croatia”. PLoS ONE 8(6).
Referencia: Monge J, Kricun M, Radovcˇic´ J, Radovcˇic´ D, Mann A, et al. (2013). “Fibrous Dysplasia in a 120,000+ Year Old Neandertal from Krapina, Croatia”. PLoS ONE 8(6).
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