Recientemente
se ha publicado en la revista Molecular Ecology (Vol.22, 2013) un
informe donde se pone de manifiesto como los cambios climáticos acaecidos
durante todo el Pleistoceno les afectó a la fauna y flora de Europa.
El
estudio se ha llevado a cabo a través de los datos obtenidos con el ADN
mitocondrial obtenido de muestras de ciervos rojo (Cervus elaphus L), se trata de un animal grande y en constante
movimiento, que se extendía por toda Europa, en los últimos 40.000 años.
Se
determina que los ciervos antes del último interglacial, hace unos 22.000 años,
se extendían por toda Europa Sudoriental y Asia Occidental y también llegaron
ha extenderse hasta el oeste, rebasando incluso el Reino Unido.
Durante
el máximo glaciar, el ciervo rojo se limita principalmente a las zonas del sur.
En la Península Ibérica, los Balcanes y, posiblemente, en Italia y Asia Sur
Occidental.
Sin
embargo, al final del máximo glacial, 18.000 años, estos animales se expandieron
desde el sur de Europa, al norte de Europa Central y Oriental, incluyendo a Gran
Bretaña, Bélgica, Escandinavia, Polonia, Alemania.
El artículo
determina que el ciervo rojo no sobrevivió en el noroeste europeo, pero sí
que fueron después reemplazados por los
ciervos que emigraron de Iberia a finales de la era glacial, por lo que hubo un
intercambio genético entre las dos
áreas.
El
trabajo se ha llevado en coordinación con la Universidad de Tel-Aviv, la
Universidad de Cantabria y del Museo de Historia Natural de Londres.
Una
vez más se pone de manifiesto a través de analíticas la sensibilidad de
determinadas especies a los cambios climáticos producidos durante el
Pleistoceno.
Foto de la agencia EFE. |
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