Desde el mes de marzo se puede
visitar el yacimiento arqueológico donde se asentaba la antigua ciudad fenicia
de Gadir, emplazado en el subsuelo del actual Teatro de Títeres, La Tía Norica;
donde juega un papel primordial, el binomio, restos arqueológicos y la
utilización de nuevas tecnologías.
Un audiovisual, da la bienvenida
para situarte en el lugar de los hechos, mediante una explicación
técnica-cinematográfica te expone el desarrollo histórico de la fundación de
Gadir y su posterior ocupación romana de
Gades.
La historia del yacimiento se
remonta al año 2002 cuando el arqueólogo José María Gener presenta un
proyecto de excavación con el objetivo de documentar la secuencia
estratigráfica de los niveles de ocupación fenicia.
Después de los sondeos y
excavaciones comenzaron a vislumbrarse, lo que serían, las estructuras
arquitectónicas de un entramado urbano de la ciudad; que comenzaría con una
fase de ocupación fenicia-arcaica, luego vendría la púnica, la republicana
romana y la imperial. Ante el valor de
los hallazgos, en el año 2008, la Junta
de Andalucía y el Ayuntamiento de la ciudad decidieron profundizar y conservar
las estructuras para una puesta en valor del yacimiento.
El grupo de arqueólogos que, configuraron ésta nueva etapa, estaba formado por J.M Gener, J.M. Pajuelo y M.A.
Navarro que llevaron a cabo la excavación arqueológica, en extensión, de unos
600m2. Donde se han documentado un total de 10 periodos históricos; que se
inician con la etapa arcaica fenicia que abarca desde finales del s. IX a. C y
subsiste hasta unos periodos romanos del s. I-II d.C.
Una vez visualizado el audiovisual,
se da paso a la visita del yacimiento y se comienza el recorrido por medio de
una pasarela de cristal dónde vas observando los diferentes espacios que
configuran la ciudad; los muros de pilares de edificio fenicio levantados con
arcilla y las amplias calzadas con el pavimento de arcilla apisonada, donde han
aparecido fragmentos de cerámicas a torno fenicia y fragmentos de cerámica indígena,
confeccionada a mano, con decoración incisa rellena de almagra.
En una de estas
calles, en concreto en la principal, se han registrado numerosas huellas de
bóvidos (Bos taurus), así como,
restos óseos del mismo que se conservan sobre el pavimento; también se han
recuperado restos de oveja, cabra y cerdo; pertenecientes al s. VIII a.C.
A finales de este siglo se produce el abandono de las viviendas, posiblemente debido a una catástrofe, se encuentran vestigios de un individuo completo de gato (Felis silvestris) aplastado, en el yacimiento se puede observar parte de su esqueleto; y también restos antropológicos.
A finales de este siglo se produce el abandono de las viviendas, posiblemente debido a una catástrofe, se encuentran vestigios de un individuo completo de gato (Felis silvestris) aplastado, en el yacimiento se puede observar parte de su esqueleto; y también restos antropológicos.
Las piletas de salazón romana, un total de
ocho piletas, de las cuales se han excavado cinco totalmente, en una de ellas
se ha conservado un registro de lapas de mar.
Las viviendas conservan las
habitaciones y la cocina donde se encuentran los hornos, los fuegos y diferente
utillaje de cerámica para la elaboración de alimentos y fragmentos de molinos
barquiformes y molederas; así como,
bancos corridos para la colocación de útiles de la casa.
En el fondo tenemos un
horno fenicio tipo tannür, muy bien conservado, fabricado en arcilla, con forma
cupuliforme y dos aberturas, se utilizaba para la elaboración de pan ácimo.
En una de estas viviendas se conserva
un taller de alfarería, con grandes recipientes rellenos de tinte y utensilios
de hueso y marfil para la decoración de la cerámica.
Una cisterna romana para el
almacenaje de agua que sería utilizada en la industria de salazón, ésta se
alimentaba por medio de tuberías de plomo que recogía el agua de las cubiertas
y que hoy día se conserva en perfecto estado; dentro de esta cisterna se ha
colocado una cámara para poder visionar a través de una pantalla su interior:
bóveda, columnas, restos óseos de animales, restos de ánforas.
Están documentadas una serie de
estancias romanas de la época republicana y una zona industrial de la fase
imperial. Esta zona industrial está relacionada con la transformación de
productos pesqueros que llevarían a cabo sus actividades hasta finales del s.
II d. C; durante esta fase productiva se han documentado dos tipos de industria
una factoría de salazones y una tintorería para el teñido de ropas, así como,
la presencia de un crisol de fundición en una de las habitaciones del patio
central, donde se llevaría a cabo la fabricación de anzuelos y clavos para la
actividad pesquera.
También se han registrado una
necrópolis tardorromana, que corresponde con los restos de una necrópolis
infantil de los s. IV y V d. C, aprovechando los elementos constructivos de la
factoría de salazones del s. I-II d. C, que se hallan debajo.
Mientras se realiza la visita por el
yacimiento, en uno de los laterales del mismo, se va proyectando un audiovisual,
de la reconstrucción del paisaje, del entorno de Cádiz en el momento en que fue
habitado por los fenicios, sus calles, comercios, bahía, tipos de embarcaciones, etc, mostrándonos los modos de
vida y la época de esplendor que vivió la ciudad desde el s. VII a. C hasta
adentrarnos al s. I d. C, con los romanos y los cambios geológicos que ha
sufrido el entorno.
El conjunto urbanístico de la ciudad,
junto a la cantidad de material arqueológico recuperado, determinara una vez
finalizado su estudio, los modos de vida y de trabajo de las diferentes
culturas y civilizaciones que han pasado por la antigua ciudad de Cádiz.
Todo el yacimiento dispone de una
excelente información didáctica, para
todos los públicos, y de una innovación tecnológica, que va acompañada de una
serie de recursos audiovisuales para ser visionado
de una manera agrupada, así como, carteles explicativos y dispositivos móviles
para un enfoque particular de los elementos hallados en el yacimiento y
contextualizados en el medio cotidiano para tener, así, una correcta
explicación y comprensión de toda la información que genera los restos
arqueológicos, es decir, puedes ir visionando e interaccionando todo tipo de
información.
En este yacimiento estamos ante un
excelente trabajo de conservación de nuestro Patrimonio Histórico-Arqueológico,
donde las administraciones han sabido apostar por su recuperación, desde una
perspectiva cultural y turística; pero se han olvidado de darle el protagonismo
que un yacimiento de este tipo de se
merece; siempre será el Teatro de Títeres,
La Tía Norica una valiosa colección de títeres de cuerda y otro bien distinto es el yacimiento de Gadir, hablamos de la ciudad más antigua de occidente; dos centros importantes que deberían
estar ubicados en lugares diferentes.
Maravillado por esta simpar ciudad de mis antepasados. Que gran trabajo de arqueología, que bonito debió ser el descubrimiento y que emocionante para todos los que lo sacaron a la luz. Yo muy feliz de haberlo podido contemplar y de ver ese esqueleto del gadirita con el que me une no solo el hecho de que seamos paisanos, sino también en el de aguantar y sufrir la misma malformación craneal, la de Arnold Chiari que tantos dolores de cabeza produce. Cuando me enteré en la filmación que presenta este increíble trabajo de arqueología, me agarré a la mano de mi esposa y nos miramos ambos ,sin palabras nos dijimos todo, yo era de alguna manera descendiente de ese hombre con tan aciago final, y estaba allí para vivir muchos años más y contar su historia y la de la maravillosa Gadir a todo aquél que se me ponga a tiro . Enhorabuena a todos los que trabajaron para regalarnos este hallazgo.
ResponderEliminar