Cuando pronunciamos
la palabra, La Caleta, a todas las
personas que conocemos este lugar se nos viene a la cabeza la imagen del “Balneario
de la Palma”, para mí, uno de los enclaves único, de los atardeceres de Cádiz.
El Balneario de la
Palma fue construido en los años 20, con un estilo modernista, típico del
primer cuarto del siglo. XX, y con un guiño regionalista. Sus espacios están distribuidos
sobre una zona central, del que parten una galería a cada lado semicirculares,
apoyadas en pilares, que serían las que hacían las funciones de balnearios
propiamente dicho y que hoy día son unos estupendos miradores al mar. Dispone de
unas vistas de ensueño que hace que trabajar en este centro sea un privilegio.
Por tanto, este lugar,
después de haber pasado por él varios ocupantes, entró en una fase de deterioro
y abandono, y las autoridades políticas abocaron por su destrucción; gracias a
la intervención del Prof. Suarez Japón se pudo recuperar como sede del C.A.S, y
en 1990 fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y paso a ser dependiente
del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (I.A.P.H).
Seguro que muchos
gaditan@s y personas que han visitado Cádiz se preguntan ¿Qué es lo que alberga
este edificio?, ¿Para qué sirve?
Pues bien, el C.A.S
es sobre todo un centro de investigación, protección, conservación-restauración
y difusión del patrimonio arqueológico subacuático andaluz.
También, se realizan
en él cursos y labores de formación especializada, para aquellas personas que
estén interesadas en esta materia.
El centro en sí, se
puede dividir en tres partes, en una de las alas se encuentra el departamento de documentación donde
lleva a cabo sus funciones la arqueóloga y escritora Lourdes Marques. Este
servicio se encarga principalmente de la localización y sistematización de la
información de los registros sumergidos.
Otra de las alas,
la parte sur, alberga el departamento de
intervención, y es el encargado de proponer y ejecutar proyectos y
actuaciones encaminadas a la protección, investigación y conservación del
patrimonio arqueológico subacuático, siguiendo las pautas de la Dirección General
de Bienes Culturales de la Consejería de Cultura y donde la arqueóloga-buceadora,
Pepi Martí Solano desempeña su labor, participando en los diferentes proyectos
de investigación, quien tuvo la amabilidad de acompañarnos y explicarnos el
centro.
En el pabellón
central es donde se lleva a cabo todo el trabajo técnico de restauración de las
piezas extraídas, así como el lavado, cubetas con agua osmotizada, taller de
electrolisis, cámaras frigoríficas, y diferentes almacenes para
albergar los materiales. También el centro cuenta, con salas de archivos, aula
de conferencia, biblioteca especializada, administración, etc.
Podemos contar la
multitud de proyectos en los que ha participado este centro desde que está
abierto, se han catalogado más de 31 yacimientos en las costas gaditanas que
abarca desde las culturas de la Protohistoria hasta la Edad Contemporánea,
siendo los yacimientos más representativos los de la propia Caleta, en ella, se
encuentran yacimientos como el de Bajo de
Chapitel, donde se han recuperado restos de cerámica de diferente cronología y
28 cañones de hierro que podrían pertenecer a un buque francés que participó en
la batalla de Trafalgar y los estudios apuntan que puede tratarse del Bucentaure.
En esta misma zona, de La Caleta, también se encuentra el yacimiento de Punta del Sur, en las cercanías
del Castillo de San Sebastián, con registros de cerámicas pertenecientes a un
cargamento de un navío de época de finales del XVIII. Otro lugar emblemático para la
arqueología subacuática es la isla de Sancti Petri en sus inmediaciones, en
concreto en la playa de Camposoto, se
han registrado más de 30 cañones de hierro
y un ancla de unos seis metros de caña que perteneció al navío francés Fougueux, que combatió también en Trafalgar.
Y así, podríamos
seguir numerando yacimientos repartidos por toda la costa gaditana, como Punta
Candor, El Aculadero, Punta del Nao, Fuerte de San Luis, etc, sitios con un
rico patrimonio arqueológico. Pero quizás, el trabajo más excepcional que se ha
acometido hasta la fecha por la envergadura de su logística ha sido los que se
han realizado recientemente en colaboración con la empresa Tanit, y con
motivo de la construcción de una nueva
terminal de contenedores en el puerto de Cádiz, donde se han podido recurar
piezas que portaban dos pecios del s. XVI y XVII, uno militar y otro comercial.
Entre ellos destacar los 23 lingotes de plata, 27 cañones, cochinillas,
aceitunas, huesos de animales y humanos, etc, un registro interesantísimo para
conocer nuestra Historia.
Aunque desde el
sector político se ha querido y quiere seguir haciendo verdaderas aberraciones
con este edificio, hay que destacar la importante labor que realiza este centro
en la defensa y protección de nuestro patrimonio arqueológico subacuático único
en Andalucía.
Pero los estragos
de la crisis económica también llega a estos centros, (aunque yo prefiero
llamarlo mejor crisis causada por una serie de personas que se han apropiado de
nuestros fondos económicos), causando bajas de personal especializado, falta de
presupuestos para afrontar nuevos proyectos, falta de recursos para la compra
de material especializado, etc.
Una vez más, la
investigación y sus centros donde se lleva a cabo tareas tan específicas, como
la que aquí hemos descrito, se ven mermadas y abocadas a trabajar en unas
condiciones pésimas.
Centro de Arqueología Subacuática de Cádiz |
Vistas de la playa La Caleta con la escritora Lourdes Marquez |
Excavación subacuática. Foto de ZOEA |
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