Durante el
cuaternario se han producido una serie de episodios glaciales, seguidos de otros
interglaciales. En estos episodios, conocidos como “Edad del Hielo”,
se han desarrollado una serie de especies que estaban adaptadas a un frío extremo. Entre éstas especies se encuentra el Mamut lanudo (Mammuthus primigenius).
Su desarrollo se
genera a partir del mamut de las estepas, por lo que encierra una serie de
características propias. Su cuerpo estaba recubierto de una espesa piel lanuda,
y constituida por cerdas, que son pelos gruesos con una longitud de casi un metro y crecían alrededor del cuello
y en el pecho; y revestido de una epidermis
de unos 2 cm de espesor y debajo una capa de grasa, de unos 9 cm de grosor, para
soportar los fríos de la glaciación. Sus orejas eran pequeñas y en su espalda
portaba una joroba muy pronunciada donde acumulaba energía. Tenía como media una
alzada en la cruz de unos 3 metros. Lo que más impresionaba de su fisionomía
eran sus largas defensas arqueadas, de hasta 5m de longitud y estas no dejaban
de crecer hasta la muerte del animal.
Desarrollaron una dentición especializada
en pequeñas crestas de esmalte, su mandíbula estaba formada por 24 premolares y
molares que crecían cuando estas se desgastaban.
Estos proboscidios
se extendieron por toda la estepa euroasiática y norteamericana, se desplazaron
desde Siberia hacía la Península Ibérica, hace 150.000 años de antigüedad, y han
perdurado hasta hace unos 40.000 años (el máximo glaciar de la última
glaciación). En general, podemos decir
que los mamuts son animales migratorios y viven en manadas, están
fundamentalmente influenciados por las condiciones climáticas, del lugar, por lo
que suelen realizar migraciones de media y larga distancia.
En la Península Ibérica
se han encontrado restos de mamut en unos 72 yacimientos repartidos, principalmente, por la zona norte (Asturias, Cantabria, País Vasco), Cataluña,
zona centro, y en el sur peninsular.
El
hallazgo del primer registro fósil, se
llevó a cabo en 1877, en Cantabria, y la
mayoría de los registros encontrados corresponden a finales del pleistoceno
medio.
El yacimiento más
meridional donde se han registrado restos fósiles, de este animal, ha sido en la
zona Padul (Granada), los primeros en estudiarlos fueron los paleontólogos
Emiliano Aguirre y Ana Mazo (1982) que determinaron que se trataba de unos
mamut lanudo que tenían las mismas características morfológicas que los del
resto de mamut de Europa. En este yacimiento se recuperaron cuatro ejemplares,
se puede considerar, hasta la fecha, como el registro más completo de la Península.
Gracias a la concentración de polen fósil, que se ha registrado en la turbera de
Padul, se ha podido establecer una datación cronológica ,que se sitúa a finales
del Terciario, con una extensión hasta el periodo Würm, con unas condiciones climáticas de frío
intenso y árido, propicias para el hábitat de estos grandes proboscidios.
En estos restos
fósiles se han llevado una serie de analíticas, realizadas por el investigador
A. Delgado, basadas principalmente en Espectrometría de masas de razones
isotópicas y técnicas de microscopia electrónica de barrido, donde se ha
determinado que los mamut que habitaron en la laguna de Padul lo hicieron en
una zona esteparia y de aridez; y migraban en los momentos que las condiciones
climáticas se volvían hostiles; convirtiéndose así la turbera de Padul en un
paleorefugio natural para la fauna.
Su extinción a
finales del paleolítico medio e inicios del superior tenemos que atribuirla, principalmente, a un cambio climático que se produce en el último máximo glaciar,
de la última glaciación, donde el clima se fue haciendo cada vez más frío y
seco pasando paulatinamente a un clima más cálido y húmedo que llevo consigo
una transformación de la vegetación, donde las plantas herbáceas dieron paso a
las gramíneas y plantas arbustivas, menos rica en proteínas, que llevo consigo
la desaparición de los mamut.
Los rasgos característicos
de esta especie fue conocido y reflejado por los artistas del paleolítico, que lo han manifestado en el arte parietal de
las cuevas, sobre todo en las de Tito Bustillo y Pindal, y la zona de la
Dordoña (Francia).
Para dar a conocer
la presencia de estas especies en nuestro país se han llevado a cabo una serie
de proyectos para su divulgación y conocimiento, por un lado tenemos, el desarrollado
en la Laguna de Padul (Granada), con el “Parque del Mamut”, con idea de
potenciar una afluencia turística a la zona, donde se ha creado el Aula de la
Naturaleza “El Aguadero” para dar a conocer el patrimonio natural, cultural y
monumental de Padul.
Y en Barcelona, en
2010, abrió sus puerta el “Museo del Mamut”, que contiene una exposición
dedicada a los animales de la Edad del Hielo.
Actualmente, en la
zona de Siberia y Alaska se han recuperado una serie de mamut lanudos
congelados y no fosilizados, por lo que está siendo de gran utilidad a la
comunidad científica para su estudio, de hecho el mamut es una de las especies
extintas que mejor se conoce incluso se plantea la clonación de la especie
utilizando su ADN en óvulos de elefantes asiáticos.
Fragmento de molar inferior procedente de la turbera de Padul |
Turbera de Padul (Granada) |
Pintura rupestre de mamut lanudo en la cueva de Rouffignac (Dordoña, Francia) |
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