La cueva de
Maltravieso es una de las pocas cuevas urbanas que se encuentra perfectamente
integrada en el entramado de una ciudad moderna, como es Cáceres, que a su vez,
alberga un conjunto histórico patrimonio de la Humanidad, con orígenes
prehistóricos, romanos, musulmán y medieval.
En sus inicios, la
longitud de la cavidad era de 120 metros pero debido a los trabajos que se
desarrollaron para la explotación de una cantera de caliza, la parte de la sala
inicial desapareció, era la más grande y majestuosa. Actualmente, tiene unos 77
metros y su recorrido comienza por la Sala de la Entrada que desemboca en la
Sala de los Huesos, llamada así por la cantidad de restos paleontológicos que
se recuperaron en ella, y a partir de aquí, se localizan las diversas Salas con
registro parietal como la Sala de la Columna, Sala de la Mesita, de la Pintura, de la Serpiente y Sala de las
Chimeneas donde se están realizando excavaciones, y se ha recuperado un hueso
grabado, conchas perforadas utilizadas como adorno y un canto utilizado para triturar
el ocre.
Los primeros
trabajos que se llevaron a cabo en la cavidad fueron realizados por Carlos
Callejo (1951), su descubridor y director del museo de Cáceres. En esta primera
etapa de estudio se realizó una limpieza, donde se recuperaron restos de tres
cráneos y diferentes elementos anatómicos y restos cerámicos de principio del
neolítico y otros más evolucionados de la Edad del Calcolítico y Bronce.
A partir de 1956,
Carlos Callejo emprendió el estudio del hallazgo de las primeras
manifestaciones artísticas y posteriormente se fueron realizando nuevos
descubrimientos por parte de diferentes investigadores como M. Almagro, F.
Jordá, E. Ripoll, G. Cerdá, R. Perelló y Moure Romanillo, etc.
Ya a finales de los
noventa Isabel Sauceda realizó un proyecto de prospección arqueológica de la
zona y se elaboraron las bases para la realización de un proyecto de
investigación prehistórica multidisciplinar.
La cavidad fue dada
a conocer, en un principio, por su registro de pinturas rupestres, únicas en la
Península, donde lo más llamativo e interesante fue el hallazgo de la representación
de manos en negativo, llegando a documentar hasta 71, siendo la primera cueva
en España en número de manos. La característica más importante de estas
pinturas es la ausencia del dedo meñique desde el arranque, así como, la
inaccesibilidad y la difícil situación en que se encontraban estos dibujos
realizados con pigmentación en ocre rojo. Además de este interesante y exclusivo
registro de pinturas, también se han
documentado manifestaciones de motivos zoomorfos como ciervos, bóvidos,
caprino, motivos ideomorfos, figuras geométricas, trianguliformes, meandriformes,
líneas rectilíneas paralelas y puntuaciones, que los diferentes investigadores
lo sitúan en un espacio cronocultural que abarca desde el Auriñaciense,
Solutrense y Magdaleniense.
A partir del año
2002 la cavidad fue estudiada de forma integral por el Equipo de Investigación “Primeros
Pobladores de Extremadura” bajo la dirección de Antoni Canals y Eudald
Carbonell, de la Universidad Rovira i
Virgili, que llevaron a cabo los primeros trabajos de investigación
sistemáticos del potencial arqueológico de la cueva. Actualmente, el equipo de
investigación pertenece al IPHES. Los trabajos de excavación se plantearon en
las Salas de los Huesos y de la Chimenea. La Sala de los Huesos está datada
entre 180 y 117 Ka. B.P (estadios isotópicos 5 y 6/7), los restos arqueológicos
de su depósito se sitúan a finales del pleistoceno medio, que culturalmente se
corresponde con el paleolítico medio.
La variedad de
especies animales presentes en los depósitos de ésta sala es amplia, abarca el
oso, rinoceronte, caballo y asno salvaje, uro, gamo, ciervo, jabalí, lobo,
lince, zorro, hiena manchada, pero el taxón con más representatividad es el de
los lepóridos. De los análisis zooarqueológico y tafonómico se determina que
las modificaciones producidas en la superficie de los huesos se deben a dos
factores determinantes, por un lado, tenemos las mordeduras producidas por las
hienas al trasladar gran parte de los restos de otros animales al interior de
la Sala de los Huesos, para alimentar así a sus crías, y por otro lado, tenemos
la presencia de marcas de corte en los restos producidas por los homínidos en sus actividades de
carnicería. La industria lítica tallada (modo 3) por los neandertales fue usada
como herramienta para el procesado de la carne de los diferentes animales
cazados.
Los estudios
apuntan que las hienas fueron las encargadas de la acumulación y modificación
del depósito, éstas aprovecharían puntualmente los restos abandonados por los
homínidos, pero a su vez, las hienas fueron comidas por los homínidos según lo revelan algunos restos con marcas de
carnicería producidas por las
herramientas líticas. Hasta la fecha es la primera vez que se documenta un
hecho de este tipo, hasta ahora las
hienas habían tenido una actividad carroñera, eran las competidoras de los homínidos
en los inicios de las evolución humana.
La Sala de las
Chimeneas, consta de 8 unidades estratigráficas, con una datación mediante
radiocarbono AMS en 17.840 ± 40 y 17.930 ± 100 BP, que corresponde con el final del paleolítico superior. El registro
faunístico pertenece a restos de bisontes (Bison
sp), oso pardo (Ursus arctos),
caballo y asno salvajes (Equus ferus y
Equus hydrentinus), jabalí (Sus scrofa), lince ibérico (Lynx pardinus), zorro (Vulpes vulpes), gato salvaje (Felis silvestris) y conejos (Lepus sp). También hay registro de
conchas marinas que han sido utilizadas como cuentas de colgantes y han sido
traídas desde la costa.
Según los registros
de los diferentes depósitos de la cueva se puede determinar que ésta ha
funcionado a lo largo de la historia como un lugar de hábitat para los grupos
de cazadores-recolectores del Paleolítico Medio, también como centro simbólico de
las comunidades del Paleolítico Superior y como espacio funerario para las
sociedades productoras del Neolítico y de la Edad del Bronce. Podemos
considerar la cueva de Maltravieso, por su enorme valor científico, como un
referente para el conocimiento de los modos de vida y de trabajo de las sociedades
de cazadores-recolectores Neandertales y de los Homo sapiens.
Referencia:
- Canals A: Revista Maltravieso. Año 2010. Nº
1.
-Rodríguez-Hidalgo, A.J, Muñoz, L y Canals, A,
2008: Una aproximación zooarqueológica a la Cueva de Maltravieso. Actas del
Congreso: El Mensaje de Maltravieso 50 años después. Cáceres.
-Rodríguez Hidalgo, A.J, 2010: “The scavenger
or the scavenged?” Journal of Taphonomy.
Carlos Callejo Serrano, humanista y erudito de la Historia de Cáceres |
Centro de Interpretación Cueva de Maltravieso-Cáceres. |
Entrada a la cueva de Maltravieso (Cáceres), actualmente cerrada al público. |
Negativo de las manos |
Trabajos de excavación en el interior de la cueva. Foto: IPHES |
Dientes de Crocuta crocuta hallados en la cueva de Maltravieso. Foto:IPHES |
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