La Cueva Chiquita se encuentra en
el camino natural que une Cañamero con Guadalupe y, que hoy día, se recorre como
la “Ruta de Isabel la Católica,” un espacio donde encierra bosques
frondosos, arte rupestre, historia y uno de los paisajes naturales más agrestes
y mejor conservados de la comunidad
extremeña, como es el Geoparque Villuercas - Ibores - Jara, con un
relieve montañoso y abrupto de cuarcita y granito que daba cobijo a las
comunidades productoras, del Neolítico y Calcolítico, llegando hasta la Edad del
Cobre.
En esta zona se han registrado
más de 70 lugares, con pinturas esquemáticas, que las sociedades nómadas
utilizarían en sus desplazamientos, buscando las vías naturales que ofrecen las
cuencas fluviales o bien el curso del agua, como es el río Ruecas. Estos enclaves
son amplios y visibles a cierta distancia.
La Cueva Chiquita destaca, entre
todas estas manifestaciones rupestres, tanto por sus dimensiones como por la
inusual cantidad y variedad de las figuras pintadas. En cuanto a los conjuntos
de pictogramas representados en granitos, se trata de figuras de configuración
sencilla, debido a las dificultades para pintar sobre un soporte rugoso y su
estado de conservación se encuentra muy deteriorado, a causa del proceso de
erosión, por desgrane, que experimenta este tipo de rocas.
Las representaciones pictóricas
esquemáticas, que aquí se representan, se caracterizan por su simplificación explícita, sus trazos con elementos
generalmente monocromáticos y en tinta plana. Este grupo de figuraciones
esquemáticas abarca motivos reconocibles como figuras humanas, animales, armas
y un conjunto de figuraciones abstractas de carácter simbólico y esquemático, que son difíciles de interpretar hoy día.
El color que más abunda es el
rojo, en menor proporción, se encuentra el negro y el blanco. Las figuras están
ejecutadas con trazos finos, que se realizaron posiblemente con pinceles de pelo,
plumas o fibra vegetal.
Otra técnica, utilizada, es el grafitado
que consiste en rayar sobre la superficie pétrea con una porción de colorante
sólido. Las tipologías utilizadas son los antropomorfos que pueden ser el
cruciforme o el ancoriforme (con forma de ancla invertida), todos ellos
reducidos a la mínima expresión anatómica.
En esta cueva, algunos de los
antropomorfos portan algún instrumento alargado como puede ser un bastón o arma.
Respecto a los zoomorfos, se
encuentran representados los mamíferos cuadrúpedos, relacionados con la
práctica cinegética, como son los ciervos, bóvidos, cápridos y cánidos.
Entre
los ideomorfos están las agrupaciones de puntos y barras, y los esquemas
circulares y geométricos.
La Cueva Chiquita fue la primera
cueva con arte rupestre conocida, en la provincia de Cáceres y, es conocida desde
los años sesenta del siglo pasado, fue Juan Cabré el primero en mencionar la
Cueva Chiquita, en su libro El arte
rupestre en España (1915), y el abate Henri Breuil, la incluye en su obra Les peintures rupestres schématiques de la
Péninsule Ibérique, en (1933). Pero, fue José Ramón Mélida, el primero que
incluye una foto de la cueva, así como, unos croquis con toros o bisontes
corriendo en su obra Catálogo monumental
de España, en 1924. Eduardo Hernández Pacheco (1952), en su obra El solar de la historia hispana, habla de
los abrigos de Las Villuercas.
En la década de los 80, fue cuando se realizaron por primera vez estudios de prospección y
catalogación, de las pictografías, de la cueva por el equipo de investigación de
Antonio González Cordero y Manuel de Alvarado González, en colaboración con el
Departamento de Prehistoria, de la Universidad de Alcalá de Henares.
Sólo, me queda FELICITAR, al
Ayuntamiento de Cañamero y a la Consejería de Cultura y Turismo de Extremadura,
que han sabido recuperar un rico Patrimonio artístico para dicha localidad; y así, aumentar el atractivo
cultural y turístico, que este tipo de obras conlleva, dotándolas de infraestructuras,
instalación de cartelería informativa y marcación de itinerarios que han
convertido este espacio en un pequeño museo al aire libre, donde el visitante
puede conocer los modos de vida y de trabajo de las grupos humanos de la
Prehistoria y un enclave Patrimonial Natural y Geológico como es este importante Geoparque.
Referencia:
-González Cordero, A., De
Alvarado González, M., 1991: “Pinturas y grabados rupestres de la provincia de
Cáceres. Estado de las investigación”. Extremadura Arqueológica II.
-González Cordero, A., De
Alvarado González, M., 1991: “Nuevos conjuntos esquemáticos de las Villuercas
cacereñas”. II Congreso de Arqueología Peninsular. Tomo II- Neolítico Calcolítico
y Bronce. Zamora.
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