La
revista Journal of Archaeological Science:
Reports ha publicado un estudio de los enterramientos de perros, como
rito funerario, entre las poblaciones neolíticas, en el nordeste peninsular.
Un
trabajo exhaustivo realizado por un equipo de zooarqueólogos y arqueólogos, de
la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y de la Universidad de Barcelona (UB),
que nos aporta nuevos datos basados en análisis de zooarqueología e isótopos de los huesos, en una muestra de 26 ejemplares de perros (Canis familiares).
“En la
península ibérica las comunidades neolíticas comenzaron una actividad
ceremonial relacionada con el sacrificio y entierro de perros.”
El
estudio se ha centrado en cuatro sitios arqueológicos, de la franja costera
catalana (Camí de Can Grau, La Serreta, Ca l´Arnella y Bòbila Madurell).
Los
autores interpretan la función que tenían los perros, en estos enterramientos, que eran consideradas como ofrendas al acompañante y representa el uso más antiguo, de éste animal en un contexto de entierros, dentro del espacio estudiado.
Los
perros tenían una edad comprendida entre un mes y seis años, y un tamaño entre
los 40 y 50 centímetros ,
de altura en la cruz. Estos animales fueron enterrados en tumbas circulares,
junto con o entre humanos, aunque también se han hallado separados, en tumbas
próximas. Los esqueletos estaban en conexión anatómica, algunos semi-completos,
otros completos pero no presentaban ni fracturas, ni marcas de haber sido
manipulados, ni hay trazas de presencia de depredadores.
Del
estudio isótopico de los huesos, se desprende que la dieta de estos animales era mixta, muy
parecida a la de los humanos, con una elevada presencia de cereales, como era el trigo y verduras. En dos cachorros y dos
adultos se ha precisado que la alimentación fue completamente vegetariana, y en muy pocos casos fue rica en proteína
animal.
“Los
isótopos estables muestran similitudes entre dietas humanas y caninas”.
Los
autores también plantean la idea de que estos animales jugaron un papel
importante en la vida de las poblaciones neolíticas, como guardián de rebaños y
vigilando los asentamientos de posibles depredadores. Al tener una relación tan
estrecha, les convirtió en compañeros en la muerte o como símbolos en los
rituales.
Un
trabajo muy interesante, que nos viene a confirmar la presencia de perros en
espacios sagrados y funerarios del neolítico medio (4.200-3.600 cal BC), aunque
se preveía por otros trabajos que los perros en determinados yacimientos tenían
una función de ritual y de acompañamiento al difunto, pero no se había constatado
con un rigor metodológico en la investigación cualitativa.
Referencia:
-Albizuri, S, Nadal, J., Martín,
P., Gibaja, J.F., Martín Cólliga, A., Esteve, X., Olmos, X., Martín, M., Pozo,
R., López-Onaindia, D., Subirá, M.E., 2019: “Dogs infunerary contexts during
the Middle Neolithic in the northeastern Iberian Peninsula (5-early y th
millennium BCE)”. Journal of Archaeological Science: Reports. Vol. 24.
Foto: Journal of Archaeological |
Foto: Journal of Archaeological |
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