En esta ocasión voy a hablar de un yacimiento que es único en Andalucía, por las estructuras de ingeniería hidráulica romana que alberga, pero que, a su vez está abandonado a la dejadez después de su puesta en valor. Se trata de Sierra Aznar.
El complejo de Sierra Aznar, se
sitúa en el término municipal de Arcos de la Frontera (Cádiz), está conformado
por los cerros de Aznar y del Moro, con una altitud de 400 m. Este altozano fue
ocupado inicialmente en la Edad del Bronce, y después pasó a ser un
asentamiento íbero-romano, con relevancia en la zona, donde se conserva su
necrópolis, muralla, el Castellum aquae
y algunos edificios públicos. También, hay evidencia romana, de épocas
republicana e imperial. Así como, una ínfima presencia de una comunidad
islámica.
Estos cerros están formados por
calizas del jurásico, que es lo que le confiere esta riqueza en aguas
subterráneas, y fue lo que llevó, en la época romana, a la construcción de un
gran complejo de ingeniería hidráulica; que se configura por una cisterna de
almacenamiento, unas piscinas limarias y una cisterna de distribución.
En el año 1997, este yacimiento,
fue incluido en el proyecto de “Recuperación
y puesta en valor de yacimientos arqueológicos de la sierra de Cádiz”, que
luego confluyó en otro más amplio que fue “Ruta
Arqueológica de los Pueblos Blancos”, que incluía la intervención de trece
yacimientos; y estaba codirigido por los arqueólogos Luis Javier Guerrero Misa
y Luis Cobos Rodríguez.
Un proyecto muy ambicioso, a la
vez que pionero e innovador, que incluía los elementos básicos de la gestión
del patrimonio arqueológico, como es el interés científico del yacimiento, la
función educativa y su dimensión turística y social; y estaba financiado por el
Ministerio de Trabajo y desarrollado por la Mancomunidad de Municipios de la
Sierra de Cádiz
La primera intervención arqueológica
se realizó en el año 1997, por el arqueólogo J.M Gener, y se centró en el “Castellum aquae”, donde se concentran
las estructuras más importantes del complejo como son la zona de captación,
decantación y distribución del agua. Pero también, se llevaron a cabo tareas de
excavación, limpieza, vallado, consolidación de los muros, aljibes y cisternas,
y tareas de deforestación.
Para su estudio el yacimiento se
dispuso en seis áreas principales, la primera corresponde a la necrópolis, la
segunda a un bastión protohistórico, la tercera es un pódium. La cuarta es la
parte amurallada con dos puertas de acceso, la quinta sería el “Castellum aquae” y sexta la zona de
intramuros.
En la parte alta del cerro del
Moro se halla la cisterna de almacenamiento.
Sobresale por su gran extensión, de planta cuadrada, y sus muros son de
mampuestos irregulares cubiertos por opus
signinum (es un recubrimiento que se utiliza en paredes y suelos de época
romana y está formado por una mezcla impermeable de cal, arena y fragmentos de
cerámica, ésta técnica la heredaron los romanos de los fenicios), la estructura
no está cerrada, sino que es abierta, y tiene una capacidad de unos dos millones
de litros de agua.
En una cota más baja, hacia el
suroeste se encuentran las piscinas limarias,
formadas por 12 depósitos adosados, diez piletas de planta cuadrada y dos
rectangulares en el extremo meridional. Estas piletas tenían la función de
frenado, depuración y decantación del agua. Y al final se encuentra una cisterna
de distribución, de forma trapezoidal, que se utilizaría para la distribución
final del agua. Todo este complejo del Castellum
aquae está acordonado por una gran muralla defensiva.
En el año 1998, el arqueólogo
Luis J. Guerrero Misa llevó a cabo la
segunda fase del proyecto, con la construcción del Centro de Interpretación
Turística y su Puesta en Valor, así como tareas de limpieza y acondicionamiento
que quedaron pendientes de la primera fase; y la señalización interpretativa
del yacimiento.
También, Luis Guerrero estuvo
dirigiendo la Escuela Taller de “Foro
Arqueológico” con un módulo de ocho alumno/as, que realizaron una excelente
labor de concienciación y difusión del valor patrimonial y cultural de la zona y, además,
dejaron el yacimiento listo para su apertura en el año 2000. Estos alumno/as en
un principio estuvieron trabajando en el yacimiento, hasta 2004 que pasó a ser
gestionado por la Oficina de Turismo de Arcos de la Frontera, y que
posteriormente abandonaron las visitas guiadas.
En el yacimiento continuaron los sondeos
e intervenciones arqueológicos puntuales, como las llevadas a cabo por
diferentes arqueólogo/as como Mª José Richarte, y Manolo Montañés, en el año
2000.
Posteriormente, la arqueóloga Esperanza Mata y Francisco Zuleta, ponen de manifiesto otras estructuras hidráulicas localizadas en el exterior del conjunto, es decir, una red secundaria de aprovisionamiento de agua, que estaba concebido como un caput aquae.
Luego el Castellum
aquae, lo configuran las tres estructuras hidráulicas con una funcionalidad
concreta cada una: para el almacenamiento, decantación-limpieza y distribución
del agua, pero también lo formaría la toma de agua en origen, es decir el caput, el manantial y toda la estructura
que lo rodea, además de las piscinas limarias y la cisterna que distribuyen el
agua a la ciudad. Esto significa que esta red secundaria de aprovisionamiento
de agua, el asentamiento de Sierra Aznar se está abasteciendo al mismo tiempo
con otras fuentes de agua que están más alejadas del castellum. Lo que nos está diciendo que había una planificación y
regulación de esos recursos hídricos para una explotación de acuíferos de fácil
acceso, para diferentes actividades económicas; en éste caso los autores
plantean actividades con procesos de extracción de mineral.
Todas estas intervenciones han
dado lugar a varias hipótesis de trabajo, dada la complejidad de ésta obra de ingeniería,
tanto en la acumulación de agua como en su distribución. Lo más probable es que
estuviese diseñada para abastecer a una ciudad cercana, pero también podía
abastecer agua al acueducto de Gades; ésta hipótesis ha sido desechada a raíz
del proyecto Aqva Dvcta, liderado por el Dr. L. Lagóstena (2016). Otras hipótesis
plantean que se podía haber utilizado para diferentes actividades agrarias y/o
mineras de la zona.
Estos últimos años se han llevado
a cabo labores de limpieza y reacondicionamiento de las estructuras, por el
arqueólogo Daniel Jiménez, para su nueva apertura, pero que aún, no ha llegado.
Existen por tanto varias
hipótesis de trabajo que sería necesario refutar con una intervención
arqueológica sistemática del yacimiento; que lleva esperando muchos años, pero
que cada vez se hace más necesaria para determinar e investigar la funcionalidad
de este complejo hidráulico, así como, encontrar la ciudad romana que se
asentaba en Sierra Aznar y que según las fuentes clásicas puede ser alguna de
las citadas por Ptolomeo o Plineo.
Como vemos, un gran yacimiento y
único por las estructuras que conservan y cada día que pasa se van deteriorando
y perdiendo por una falta de consenso en su reactivación por las diferentes
administraciones. Dado que, éste yacimiento ha recibido una inversión
presupuestaria, en su puesta en valor, debería de haber un compromiso por parte
de la administración local de continuar con esa gestión y valorización del
yacimiento; cómo lo están realizando las ciudades romanas de Carissa Aurelia, en Espera y Ocuri, en Ubrique, dos yacimientos que, actualmente, están funcionando muy bien, en su gestión patrimonial y como
recurso cultural, para la ciudadanía.
Actualmente, con la nueva
corporación local, la delegada Municipal de Cultura María Macías está gestionando, con la UCA, un nuevo proceso para que el
yacimiento se pueda visitar, con idea de diversificar sus recursos
tanto patrimoniales como turísticos. Esperemos que no decaiga su empeño y
llegue a buen puerto sus gestiones, para el disfrute de su rico patrimonio y
conseguir su conservación, ya que le aportaría recursos económicos a la zona y un valor cultural añadido.
Aunque somos conscientes, que le queda por delante un arduo trabajo debido a la
crisis que estamos sumergidos, pero tiene las herramientas necesarias para
llevarlo a cabo que son: las ganas y empeño por sacar adelante el patrimonio
de su localidad.
Porque debemos recordar que,
tanto los alcaldes y los gestores locales, sobre todo en los pequeños
municipios, tienen un compromiso añadido en el ejercicio y desarrollo de sus funciones
respecto al patrimonio, tanto arqueológico cómo histórico, ya que, de sus decisiones
dependen en gran medida la existencia o no de actividades de dinamización y las
perspectivas de futuro de sus localidades.
Os dejo un vídeo que realizó en su día, el programa ARQUEOMANIA (a partir del minuto 17), donde se puede disfrutar y tener una visión global del rico Patrimonio Arqueológico que tiene la Sierra de Cádiz.
REFERENCIA:
- - Gener Basallote., J.M.,1993: Limpieza,
consolidación y puesta en valor del yacimiento arqueológico de Sierra Aznar. Papeles Historia, Actas del IV Seminario de
Historia de Ubrique. Ubrique, 1999, pp-127-142.
- - Guerrero Misa L. J., 2002: Las primeras
intervenciones arqueológicas de urgencia en la ciudad romana de “Sierra Aznar”,
Arcos de la Frontera. AAA´98.III.
Sevilla, 2002, pp 32-37
- - Guerrero, L.J., Cobos, L.M., 2002: La Ruta Arqueológica
de los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz: una apuesta por el desarrollo económico
y social basado en el patrimonio. En Sánchez de las Heras (Coor). Actas de las VI Jornadas Andaluzas de
Difusión del Patrimonio Histórico. Sevilla, Consejería de la junta de
Andalucía. pp 121-138.
- - García Romero, J., 2002: Modelos de poblados
mineros-metalúrgicos en el sur de Historia Romana. Memoria de Historia Antigua XXI-XXII, pp 135-148.
- - Richerte García., M.J., 2002: Informe sobre la
actividad arqueológica realizada en el yacimiento ibero-romano de Sierra Aznar.
Arcos de la Frontera (Cádiz) AAA´99,
III. Sevilla 2002, pp 48-55.
- - Mata Almonte, E., 2009: Precedentes de los
aprovechamientos hídricos en la Antigüedad gaditana. En L. Lagóstena y F.
Zuleta (coords), La captación, los usos y
administración del agua en la Bética: estudio sobre el abastecimiento hídricos
en comunidades cívicas del conventus Gaditanus. Universidad de Cádiz, pp
87-113.
- - Mata Almonte, E., Zuleta Alejandro, F.,
Lagóstena, L., Cobos, L., 2010: Sierra Aznar ¿Castellum aquae o caput aquae? En
Captación, uso y administración del agua
en las ciudades de la Bética y el occidente Romano. Seminario Agustín de Horozco
de Estudios Económicos de Historia Antigua y Medieval. Facultad de Filosofía
y Letras, Universidad de Cádiz.
- - Lagóstena L., 2016: Aqva dvucta: Guía para la
ruta cultural del acueducto romano de Tempul a Gades. Cádiz.
Con la Delegada de Cultura María Macías que nos acompañó a la visita al yacimiento. Nuestro agradecimiento y mucho ánimo en este proyecto de reactivación del yacimiento. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario