A las afuera de la ciudad de
Cáceres, se conserva lo que fue el campamento romano más grande de todo la
Península Ibérica: Cáceres el Viejo.
En Roma se produjeron una serie
de acontecimientos que sumergió al Imperio Romano en una profunda crisis; por
un lado, tenemos lo que fue la guerra civil entre Mario y Sila, por otro,
tenemos el levantamiento de Sertorio, en Hispania. El Senado romano tuvo que
enviar sus tropas a la península, por ello, en Cáceres el Viejo se encuentra
la mejor representación de castramentación romana de época republicana.
Los primeros en intervenir en el yacimiento fueron Adolf Schulten, arqueólogo
alemán, y Simón Benito Boxoyo que excavaron el campamento militar, con
presupuestos de la Diputación, durante tres campañas 1927, 1928 y 1930. Y Schulten estableció que éste, Castra Caecilia, estaba diseñado para albergar a
12.000 legionarios. El campamento fue fundado por Quinto Cecilio Metelo, en torno al año 80 y
desapareció en el 79 a. C, en su campaña contra Sertorio. El recinto ocupa
un área rectangular de 24 hectáreas, con una muralla de 4m de ancho y tenía
cinco puertas, con dos fosos perimetrales para su defensa. Se descubrió lo que
sería un pequeño templo, donde aparecieron una serie de objetos, entre ellos un altar
votivo, en barro cocido, con la cabeza de Zeus-Serapis en relieve y una figurilla
de bronce que representa a Minerva; también un conjunto de ánforas, vasijas de
mesa, lucernas, armas y monedas. Schulten dejó algunas piezas recuperadas, del
yacimiento, en al Museo de La Veletas, pero las más representativas se las
llevó a Alemania y aún permanecen allí; como muchas recuperadas en otros yacimientos
de la península.
Setenta años después de las
intervenciones de Schulten, la Junta de Extremadura, a través de la Consejería
de Cultura ha querido poner en valor el yacimiento, a través del proyecto: Ruta
de la Plata (Alba Plata), en 2001. A partir de aquí, se desarrollaron las
últimas excavaciones para poner al descubierto algunos sectores de las defensas
y del interior del campamento. Así como, la antigua casa de labor, que tenía la
finca, se ha destinado a un Centro de Interpretación del yacimiento, que acoge
diferentes recursos didácticos para el visitante (maquetas del campamento,
recreaciones, paneles informativos, armaduras, habitaciones, objetos…). Este
Centro pertenece a la red de Museos de Identidad de Extremadura.
Sin lugar a dudas es un lugar muy
singular para visitar, no sólo por su contenido histórico-arqueológico, sino
por su rica biodiversidad faunística que encierra los Llanos de Cáceres, para
el avistamiento de aves y por unas vistas maravillosas que muy pronto van a
dejar de serlo, por la fuerte presión que están ejerciendo las instalaciones de
paneles solares que se van a extender por todo su contorno. Es una pena que desde 2001 no se hayan retomados las excavaciones en un sitio tan emblemático y único en la Península Ibérica, para conocer todo el entramado de la organización militar de las legiones romanas en el campo de batalla.