jueves, 12 de diciembre de 2024

CÁCERES EL VIEJO (Cáceres).

 A las afuera de la ciudad de Cáceres, se conserva lo que fue el campamento romano más grande de todo la Península Ibérica: Cáceres el Viejo.

En Roma se produjeron una serie de acontecimientos que sumergió al Imperio Romano en una profunda crisis; por un lado, tenemos lo que fue la guerra civil entre Mario y Sila, por otro, tenemos el levantamiento de Sertorio, en Hispania. El Senado romano tuvo que enviar sus tropas a la península, por ello, en Cáceres el Viejo se encuentra la mejor representación de castramentación romana de época republicana.

Los primeros en intervenir en el yacimiento fueron Adolf Schulten, arqueólogo alemán, y  Simón Benito Boxoyo que excavaron el campamento militar, con presupuestos de la Diputación, durante tres campañas 1927, 1928 y 1930. Y Schulten estableció que éste, Castra Caecilia, estaba diseñado para albergar a 12.000 legionarios. El campamento fue  fundado por Quinto Cecilio Metelo, en torno al año 80 y desapareció en el 79 a. C, en su campaña contra Sertorio. El recinto ocupa un área rectangular de 24 hectáreas, con una muralla de 4m de ancho y tenía cinco puertas, con dos fosos perimetrales para su defensa. Se descubrió lo que sería un pequeño templo, donde aparecieron una serie de objetos, entre ellos un altar votivo, en barro cocido, con la cabeza de Zeus-Serapis en relieve y una figurilla de bronce que representa a Minerva; también un conjunto de ánforas, vasijas de mesa, lucernas, armas y monedas. Schulten dejó algunas piezas recuperadas, del yacimiento, en al Museo de La Veletas, pero las más representativas se las llevó a Alemania y aún permanecen allí; como muchas recuperadas en otros yacimientos de la península.

Setenta años después de las intervenciones de Schulten, la Junta de Extremadura, a través de la Consejería de Cultura ha querido poner en valor el yacimiento, a través del proyecto: Ruta de la Plata (Alba Plata), en 2001. A partir de aquí, se desarrollaron las últimas excavaciones para poner al descubierto algunos sectores de las defensas y del interior del campamento. Así como, la antigua casa de labor, que tenía la finca, se ha destinado a un Centro de Interpretación del yacimiento, que acoge diferentes recursos didácticos para el visitante (maquetas del campamento, recreaciones, paneles informativos, armaduras, habitaciones, objetos…). Este Centro pertenece a la red de Museos de Identidad de Extremadura.

Sin lugar a dudas es un lugar muy singular para visitar, no sólo por su contenido histórico-arqueológico, sino por su rica biodiversidad faunística que encierra los Llanos de Cáceres, para el avistamiento de aves y por unas vistas maravillosas que muy pronto van a dejar de serlo, por la fuerte presión que están ejerciendo las instalaciones de paneles solares que se van a extender por todo su contorno. Es una pena que desde 2001 no se hayan retomados las excavaciones en un sitio tan emblemático y único en la Península Ibérica, para conocer todo el entramado de la organización militar de las legiones romanas en el campo de batalla.












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