En pleno corazón de
la comarca de la Serena (Badajoz), se encuentran emplazados dos de los
yacimientos más emblemáticos de ésta zona, uno es Cancho Roano (que hablaré
en otro post) y el otro es Hijovejo.
La importancia que se le confiere a La Serena, desde la Pre-Protohistoria, es
su situación estratégica de todo el suroeste peninsular; la podemos definir
como una zona de contacto cultural desde el Bronce Final, como así, nos lo
atestiguan los elementos expuestos en el Centro de Interpretación de Quintana
de la Serena (Badajoz), que también hablaré de él en otra entrada. Se correspondería
con la Beturia Túrdula, zona con un alto potencial económico muy asequible y se
configura como una zona fronteriza entre los celtas del norte y los turdetanos
del sur.
A nivel general,
conviene recordar, que los intereses romanos en nuestra Península, no sólo
provenían de un control hegemónico del Mediterráneo Occidental, sino también,
de las riquezas que Hispania tenía y en Roma escaseaban.
Para situarnos en
el entorno de Quintana de la Serena tenemos que decir que desde el punto de
vista geomorfológico es una zona muy rica en granito, típico del periodo
Paleozoico, así como, de pizarra precámbrica. Estas formaciones se pueden ver
por todos los alrededores de la zona, debido a los efectos de la erosión.
En el yacimiento de
Hijovejo
se han realizado dos intervenciones arqueológicas, la primera fue ejecutada por
D. Diego Antonio Romero que llevo a cabo una pequeña intervención, que le
sirvió para determinar que allí no había nada debido a los escasos hallazgos
que encontró.
Ya en 1985, D.
Pablo Ortiz Romero realiza la Carta Arqueológica de la zona de La Serena. Tras
esta carta, se determinó su excavación y se llevaron a cabo 5 campañas que
dieron como resultado un recinto fortificado romano de formación militar, que
se situaría con las campañas bélicas de la etapa republicana, es decir, entre
Quinto Cecilio Metello y el independentista Quinto Sertorio. Esto se puede testimoniar
debido a los grabados encontrados en una de las esquinas del bastión en su
parte norte, donde aparece un relieve con tres escudos, donde dos son de origen
ibero-turdetano y otro más grande, romano.
El edificio está
levantado sobre unos grandes bolos de granito, para aprovechar el terreno y
además darle mayor consistencia a las instalaciones. El tipo de construcción
empleada es a base de bloques ciclópeos de granito y relleno de tierra y
ripios.
Según su estudio,
se ha podido determinar que Hijovejo tuvo varias funciones a lo largo de la
Historia. Sus inicios (s. I a. C) fueron de fortaleza militar bajo la dirección
de Roma, donde se construye una planta cuadrada irregular, con un patio
delantero, la torre propiamente dicha y un pequeño espacio de hábitat exterior
adosado a la fachada norte. El recinto interior era un espacio muy reducido que
se encontraba parcialmente cubierto por un techo de ramajes y troncos. En el
centro se encontraba un hueco y junto a él encontramos los restos de una
escalera, de piedra, que posiblemente conduciría al camino de ronda por las
murallas.
Tras sufrir el recinto un gran incendio, se procedió
a la construcción de una escalera de trece peldaños encajada, entre los grandes
bloques de rocas, que hacían posible el descenso hacia un manantial de agua.
Las abundantes lucernas encontradas en el fondo revelan que eran
imprescindibles para bajar y acceder a la fuente. Esta agua de la fuente le
aseguraría el abastecimiento de las tropas de vigilancia y aumentaban sus
posibilidades defensivas. Durante esta fase militar, estaría ocupada por un
pequeño destacamento militar que realizarían las labores de defensa y control
del territorio. De esta fecha se documentan actividades de almacenamiento y
molienda de elementos.
Si hacemos un
repaso general, por la zona de La Serena durante este periodo protohistórico,
se construyeron una serie de recintos ciclópeos correspondiente al poblamiento
romano de la época republicana. Se erigen una serie de torres cuadrangulares de
pequeñas dimensiones que se localizan en la cima de pequeñas colinas próximas a
zonas de paso, vías de comunicación y cauces fluviales. Se utilizan las mismas
técnicas constructivas a base de piedras de grandes dimensiones, de granito o
cuarcita apenas trabajadas, que se colocan en seco calzadas con ripios. Los
muros se construyen a partir de dos hileras con un relleno intermedio. La
distribución de estos recintos fortificados, por toda la Serena, dan la clave
de su origen y finalidad. Tenían una función estratégica para el control de la
zona central del territorio, de gran interés por su riqueza minera (no
olvidemos que Castuera era rica en minas de plomo y plata) y por ser un espacio
decisivo por el que se accede al valle del Guadiana, tanto desde la Meseta como
desde la Bética. Hijovejo estaría dedicado a mantener el control de La Serena, donde el plomo argentífero era un recurso de primer orden, aunque en la torre no se intervenía el proceso de extracción, almacenaje y distribución del mineral. Este núcleo de torres debía de mantener una relación de
dependencia con otro asentamiento de rango superior, como podía ser el oppidum de Magacela.
Isa, de nuevo muy interesante y me apunto otro yacimiento que desconocía para una futura visita. Por cierto aprovecho para hacerte una petición... A ver si puedes poner la letra un poco mas grande, ya que con las gafas estas progresivas (o bifocales) pues tengo que leerlo con la parte de abajo que hacen de lupa, pero pareciera que estoy mirando para el techo. Gracias de nuevo.
ResponderEliminarGracias Isa... No sabes cuanto te lo agradezco.
ResponderEliminarDe nada Salva, no hay problema. Te recomiendo cuando pases por Quintana de la Serena que visites primero su Centro de Interpretación, y así, ves el material primero, y te haces una situación de lugar y la maqueta del yacimiento, está muy bien. Es un centro pequeño pero lo tienen muy bien acondicionado.
ResponderEliminarSaludos.