Pensar que después de 3,6
millones de años podamos ver las primeras icnias (pisadas fósiles) humanas y de
animales parece algo inverosímil. Este tipo de investigaciones, aunque no lo
parezcan, no son nada recientes. En 1976 fueron descubiertas, en Laetoli, por
el equipo de Mary Leakey, y nos reflejaban los pies de tres individuos Australopithecus afarensis, que
caminaban erguidos.
Hoy nos vamos a centrar, en
las primeras huellas de pisadas encontradas, en la zona del continente europeo.
La aparición de las huellas de los homínidos, digamos que, no han despertado
mucho interés en el campo de la Paleoantropología, debido a la escasez de
hallazgos, y por la falta de datos en comparación con los registros fósiles de
huesos. Hoy día, el número de hallazgos ha crecido y se le está prestando una
gran atención por la información que nos aporta, en cuento a aspecto
biométricos, morfométricos, referente al tamaño y composición de los grupos
humanos y los desplazamientos de la fauna.
El primer estudio que se ha
llevado a cabo en la Península Ibérica referentes a las pisadas dejadas por los
primeros homínidos la tenemos en Gibraltar, en el año 2019, aparecieron en las
dunas móviles situadas en el área de Catalán Bay. En la cantera debido a los
trabajos realizados, de la explotación del sedimento arenoso, que han dejado
expuesta la estructura interna de las dunas del pleistoceno, y donde se
acumulan unos depósitos eólicos. Éstos llenan las cuevas marinas y cubren las
laderas que forman rampas de arenas colmatadas y débilmente cementadas, lo que
hace que el registro se conserve en óptimas condiciones.
Después de unos años, se
produjeron una serie de derrumbamientos de forma natural de la arena, con la
consigueinte aparición de más material. Las huellas corresponden a cinco
morfotipos de pisadas de mamíferos como el ciervo, íbice, uro, leopardo,
elefante y la de un humano joven, posiblemente un neandertal, que han sido
reconocidas en secciones transversales. Las dataciones se realizaron por luminiscencia
ópticamente estimulada (OSL), con una fecha de 29.000 años. Estos hallazgos
representan el primer registro paleoicnológico en los sedimentos eólicos de
Gibraltar. La datación de las huellas situada en el MIS 2, corresponde con el
tránsito del paleolítico medio al superior y coincidirían con los registros fósiles
hallados en Gorham’s cave y Vanguard cave, menos el Elephas antiquus que sólo ha sido identificado en un solo lugar del
Peñón y está asociado a registros del último ciclo glacial.
Poco tiempo después, en 2020, un
equipo de investigación encabezado por Fernando Muñiz y Carlos Neto localizó
una superficie del pleistoceno superior atestada de huellas y rastros, que han
quedado expuestas en la base del acantilado de “El Asperillo” (que tiene una altitud de 20-22 m y una longitud de
35 km, y situado en el Parque Nacional de Doñana, Matalascañas, Huelva), como
consecuencia del temporal. Se trata de una superficie pisoteada y está
relacionada con áreas encharcadas de aguas poco profundas en una posición
interdunar, muy similar a las que se producen hoy día en el Coto de Doñana.
Esta superficie pisoteada registra huellas de
animales como Bos primigenius, Cervus
elaphus, Sus scrofa, Pelaeoxodon antiquus, Canis lupus y aves acuáticas
(anatidae, charadriiformes). Para estos investigadores la mayoría de las
huellas representan a una megafauna típica de estos periodos, que vivía en esta
zona, como eran los uros de gran tamaño, así como los elefantes de colmillos
rectos, y la especie de jabalí Suidichnus
galani, qué es, tres veces mayor que el actual cerdo y posible descendiente
de éste; y también leones y leopardos. Este lugar sería un lugar de caza, donde
los grupos humanos encontraban en los grandes vertebrados, como elefantes una
presa fácil, pues se trataban de hembras parturientas y sus crías.
Las huellas se encontraron
bajo una capa de dunas fosilizadas, con una datación de 106Ka, mediante termoluminiscencia
(OSL), y corresponde a la etapa primaria MIS-5 o último interglacial. Los grupos
humanos que ocupaban la Península Ibérica probablemente eran neandertales. En
aquella época la línea de costa se encontraba a 20km mar adentro, de la costa
actual.
Este año 2022, el Grupo de
Investigación de Geociencias Aplicadas de la Universidad de Huelva, encabezado
por Eduardo Mayoral, han sido los encargados del estudio de las huellas fósiles
de animales y también las de origen humano. En esta nueva fase de estudio, se
han tomado muestras de cuatro niveles sedimentarios para contrastar los
resultados con la campaña anterior, y la edad de los restos fósiles ha quedado
definida en 295,8 ±17,8 Ka.
Las demás muestran han
arrojado unas fechas de 271±15,8 Ka y 232,8±13,1Ka, y el nivel más joven se
sitúa en la base de una unidad eólica con una edad de 203,8±12,7Ka. Con estas
nuevas dataciones, el yacimiento queda adscrito al pleistoceno medio y no al
pleistoceno superior, como se había establecido anteriormente. Y las huellas
estarían asociadas a individuos de Homo
heidelbergensis, pero no se dispone de registros óseos de los pies que
facilite una comparativa.
Hasta la fecha, el grupo de
investigación se planteaba que las huellas humanas pertenecían a grupos de
neandertales. Aquí, la cosa se complica, en Europa sólo hay, hasta la fecha,
dos yacimientos que tengan unos registros de huellas de Homo heidelbergensis, que son el yacimiento de Terra Amata (Niza,
Francia) y Roccamonfina (Italia).
El yacimiento de Terra Amata fue excavado, en 1961, por
Henry Lumley, que establece dos momentos con presencia humana, uno más antiguo
situado en la playa junto al mar, corresponde a un período cálido hace 400 Ka.
Y un asentamiento moderno situado en una duna en la costa, en un período de
enfriamiento hace unos 380 Ka. Mostraban una rica presencia de fauna (Palaeoloxodon antiquus, Cervus elaphus, Bos
primigenius, Strephanorhinus hemitoechus, Sus scrofa, Hemitragus banal),
con industria lítica achelense. La fauna es típica del período cálido MIS 11-8.
En este lugar, se localizó una huella humana que correspondían a un individuo
de podía tener una altura de 1,55 cm. Estudios posteriores realizados en este
yacimiento, por Paola Villa, interpreta unos resultados diferentes y aboga que
se había producido una serie de desplazamientos en vertical de los materiales,
entre los diferentes niveles, y que los consideró un palimpsesto.
La datación que se llevó a
cabo, en esta revisión, de materiales se situaba entre 230 Ka (OSL) y 380Ka
(ESR). Sin lugar a dudas un extraordinario yacimiento, pero las pisadas no se
pueden valorar en un período determinado.
Otro registro, con huellas de
homínidos fueron descubiertas en 2003, cerca de la localidad de Foresta
(Italia), y también muy cerca del volcán extinto Roccamonfina, aparecieron las huellas de un individuo adulto y
cuatro jóvenes que caminaban ladera abajo de la montaña, supuestamente
pertenecientes a Homo heidelbergensis.
Dada la pendiente de la ladera tuvieron que ayudarse con las manos, por la que se
han registrado 56 huellas de pisadas y algunas de manos. La estatura de los
individuos era aproximadamente de 1,55m. La datación los sitúa en
385.000-325.000 años. Las huellas se han conservado porque quedaron cubiertas
de una fina capa de cenizas volcánica.
Los investigadores de este hallazgo aseguran que las huellas podían
pertenecer al Homo heidelbergensis,
pero no lo afirman hasta que no tengan nuevos datos.
En la costa de Norfolk (Reino Unido) han aparecido
unas huellas de homínidos con una datación de 780.000 años. Gran Bretaña en
aquella época estaba todavía unida por tierra a la Europa Continental, y lo que
hoy es el yacimiento de Happisburgh debió de ser una zona de marisma de un gran
río. Este yacimiento es conocido desde 2005, donde se tenía constancia de la
existencia de industria lítica de pedernal sobre todo de lascas y núcleos,
además, los huesos presentaban marcas de corte. Según las evidencias de flora y
fauna se pueden atribuir a la última parte de un interglaciar, que está fechado
sobre la base de evidencias bioestratigrafías y paleomagnéticas, que
corresponden a la fase del pleistoceno temprano, entre MIS 21 o MIS 25.
En 2013, aparecieron huellas
de homínidos adultos y jóvenes, tenían una estatura de 0,93cm y 1,73 m de
altura, posiblemente los miembros de una familia que caminaban por la orilla
del río. Atendiendo a la fecha y medidas de las pisadas la única especie
conocida en Europa Occidental es el Homo
antecesor. Es un rango que no ofrece muchas alternativas; pero sobre todo
son unas huellas muy frágiles, donde han sido destruidas por la erosión
costera.
Para el equipo de Mayoral, esta
nueva datación sitúa a las huellas en su conjunto en un marco paleoambiental y
por supuesto una reconsideración taxonómica de las huellas de homínidos, que en
un principio se han podido identificar con toda claridad 87 pisadas, que
quedaron registradas en una zona pantanosa al borde de una zona encharcada muy
poco profunda que se situaría muy cerca de la línea de costa y al resguardo del
cordón de dunas; y de las cuales 31 están longitudinalmente completas y miden
14 a 29 cm. De estas huellas 7 están asociadas a niños, 15 a adolescentes y 9 a
adultos y 11 entre niños-adolescentes. Dada la amplia gama de tamaño de las
huellas, se cree que se trata de un grupo social integrado por individuos de
edades diferentes, distribuidas entre niños, jóvenes y adultos.
Estos momentos se corresponden
con distintos estadios climáticos, entre una época cálida MIS-9 y su transición
al MIS-8, en la que se produjo una glaciación, se trata pues, de una evolución
climática de cálida a fría.
Ante todas estas evidencias
surge el debate, a parte de las pisadas de EL Asperillo, no se conocen otras
huellas de homínidos en dichos estudios del pleistoceno medio, motivo por el
cual se cuestiona que las pisadas pertenezcan a neandertales. Tras los
resultados de las dataciones hay evidencias para afirmar que se trata de
homínidos preneandertales, pero como hemos valorado sólo hay dos yacimientos
con dataciones de Homo heildelbergensis,
el de Terra Amata dónde las evidencias no son muy claras y el de Norfolk se
aleja mucho, en el tiempo y tamaño de las huellas, además desaparecieron tras
quedar expuestas a los temporales. Y la tercera posibilidad es el de
Roccamonfina, que se aproxima a las dataciones, pero el responsable del estudio
no afirma que se trate de pisadas de Homo
heildelbergensis, necesita más datos para verificar esa hipótesis. Los dos
únicos paralelos que tienen evidencias más claras son el de Theopetra (Grecia) y Biache-Vaast (Francia), pero están
adscritos a los neandertales y no al Homo
heildelbergensis.
El grupo de investigación de
Matalascañas, encabezado por el Prof. Eduardo Mayoral, determinan que las
huellas de homínidos, probablemente, corresponden al linaje neandertal (Homo neanderthalensis y Homo
heidelbergensis) pero aún faltan huellas que se encuentren bien conservadas
para que se aprecien rasgos morfométricos, como pies anchos, que están
asociados a los neandertales. La falta de registros óseos de esta época
dificulta la comparativa y dejan la puerta abierta, hasta nuevos estudios, de
que se tratan de homínidos preneandertales. Para este equipo se plantea la
hipótesis de que sean grupos de cazadores-recolectores que se desplazan por la
zona o bien desarrollarían actividades de pesca o marisqueo aprovechando los
recursos del territorio.
Sin lugar a dudas se trata de
un yacimiento de características excepcionales, ya que se trata del primer
registro de huellas de vertebrados fósiles del Golfo de Cádiz, es muy
interesante este momento para entender las ocupaciones humanas en Europa
durante el pleistoceno. Este tipo de evidencias nos permiten aproximarnos a
unos entornos paeloambientales y paleoecológicos, y sobre todo a las
condiciones sedimentológicas en las que fueron realizadas, algo muy novedoso
hasta ahora. Además, es el único yacimiento hasta la fecha, en tamaño y registro
de huellas tanto de animales como de homínidos, que nos revelan un único
momento de vida de un grupo humano prehistórico, porque lo que tenemos hasta
ahora son sólo datos arqueológicos que nos aportan información sobre cultura
material y actividades del grupo.
Referencias:
- N. Ashton et al, (2014): Hominin footprints from
Early Pleistocene deposit at Happisburgh, UK. PLoS ONE 8, e88329.
- F. Muñiz et al, (2019): Following the last
Neanderthals: Mammal tracks in Late Pleistocene coastal dunes of Gibraltar (S.
Iberian Península). Quaternary Science
Reviewa, V 217, pp 297-309.
-M. Marshall, 2020:
“Neanderthals may have climbed an active volcano son after it erupted”. New
Scientist.
- C. Neto de Carvalho et al, (2020): First vertebrate tracks
and palaeoenvironment in a MIS 5 context in the Doñana Nacional Park (Huelva,
SW Spain). Quaternary Science Reviews, V 243.
- E. Mayoral et al, (2021): “Tracking late
pleistoceno Neandertals on the Iberian coast”. Sientific Reports nº 11, 4163.
- E. Mayoral et al, (2022):
New dating of the Matalascañs footprints provides new evidence of the Middle
Pleistocene (MIS 9-8) hominin paleoecolgy in southern Europe. Sci Re 12, 17505.
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A. Marco geográfico del área de estudio y su ubicación en la Península Ibérica. B. Vista general de la superficie con pisadas. C. Sección estratigráfica simplificada del acantilado de El Asperillo. Foto: C.N. de Carvalho (2021). |
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Huellas de cérvidos y homínidos. Foto: E. Mayoral. |
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Diferentes tipologías de pisadas de homínidos de la playa de Matalascañas (Huelva). Foto: E. Moyoral. |